𝐅𝐀𝐓𝐇𝐄𝐑 | 𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 04

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Annisilia tenía sus opacos ojos abiertos; verdaderamente sorprendida, la Duquesa de Kedrey, abrió su abanico con delicadeza y gracia para tapar la mitad de su rostro. La imagen delante suyo le parecía ser tan falsa.

*Esta mujer... Eh manejado casos así antes, es tan común esta clase de tratos a los niños en familias tan desfuncionales*

La risa de la Duquesa hizo que él tuviera un escalofrío. Hizo temblar a Rafael además, que, aunque más miedo tuviese él por estar en brazos de su temperamental padre, prefería estar allí con él que cerca de su madre. Escondió su rostro entre el formido pecho de su progenitor y liberó en un silencio grandioso las lágrimas antes retenidas.

—¿Acaso mis ojos me están engañando?, ¿O es que el calor del Sur me ha afectado?— preguntaba en grandes risas mientras su tono tan sarcástico era sentido con facilidad en ellas —Señor Duque— detuvo su risa para volver a su postura recta sin siquiera perder el tono burlesco —¿Qué es este comportamiento tan repentino de parte suya?, ¿tal vez la bofetada ha hecho de usted un completo lunático?

—¿Lunático?— su sola risa, su solo tono de burla, todo de esa mujer lo hacía enfadar demasiado —No digas tonterías, la lunática es usted.

—¿Yo soy la lunática?— su risa burlona pasó a estar repleta de veneno en ese momento en el que su sonrisa la hacía ver como una verdadera villana —Tan solo fue ayer que usted no podía ni siquiera ver a Rafael, ¿pero ahora sale a su rescate?

—Lo que le haces al niño es-...

—Lo que haga o deje de hacer con nuestro hijo es problema que solo me consierne a mí— su seriedad volvió a su rostro de golpe. Cerró el abanico emitiendo un ruido seco en la palma de su mano eh hizo que el pequeño protagonista temblara de temor ante este mismo —La educación de Rafael está en mis manos, ¿lo ha olvidado?, sus condiciones fueron perfectamente entendidas aquella ocasión.

—Esto no es educación— tapó al niño que traía en sus brazos, le brindó caricias en su espalda. Era un método efectivo para calmar el temor o la ansiedad en pequeños —Estas siendo muy abusiva con él. Te ordenó que te detengas.

—¿Detenerme?— nuevamente se rio en modo de burla —¿Quién es usted para interponerse en la educación que le doy al niño?

—¡Soy su padre!

Su grito fue sorpresivo eh hizo que el rostro de la mujer se deformara y demostrara confusión.
Cargó a Rafael con más comodidad entre sus brazos eh inició con su retirada del dormitorio. Al salir allí la presencia de varios mayordomos y sirvientas, que se habían quedado detrás de la puerta para oír la discusión, no lo tomó por tanta sorpresa. Era evidente que los gritos que ambos emitieron llamarían la atención de todos los habitantes de aquel lugar. Una sola mirada suya bastó para que todos los presentes que se habían atrevido descaradamente a oír se marcharán con prisa.

—¡Tú!— el último mayordomo en tratar de irse fue detenido. Su repentino llamado causó en él escalofríos terribles. Miró detrás suyo, la oscuridad del pasillo hacía ver al Duque como una persona tan aterradora por culpa de aquellos brillantes ojos azules —Ven aquí— oyó nuevamente, esta vez no podría escapar a salvo como sus demás compañeros y por esa razón decidió afrontar las consecuencias.

—¿Se–Señor?— tembló demasiado, pudo notarlo asique, para evitar la posibilidad el matar de un infarto a ese sujeto, cambió su tono de voz.

—Llévame a mí dormitorio— ordenó. El criado asintió y cumplió al instante la orden.
Guió al Duque hasta su dormitorio. Rafael no deseaba quitar la mirada del pecho de su padre. Podía sentir la humedad cálida de esas lágrimas derramadas por el menor. Sus caricias no estabas dando mucho resultado favorable —¿Crees que puedas traerme unas vendas? también algunos dulces.

—¿Du–Dulces, mi señor?

—¿Tengo que repetirte las cosas?— otra vez vio el temblequeo en ese sujeto. Parecía estar verdaderamente atemorizado por su presencia, ¿qué clase de trato era el que Vermouht Kedrey le daba a sus criados? —Solo cumple y trae las cosas que te estoy pidiendo 'amablemente'— remarcó el verbo de amabilidad en su tono de voz para evitar posibles malos entendidos por parte de ambos.

—De inmediato— contestó haciendo una reverencia. Cuando se fue estaba seguro que tardaría poco pero tendría el tiempo suficiente para poder consolar al niño que no dejaba de sollozar en silencio en la cama grande del dormitorio.

—Rafael— cuando lo llamó, el menor alzó la mirada de golpe para secar con prisa sus lágrimas —Espera, espera— detuvo aquellas manos tan torpes que solo lograrían herir aquellos lindos ojos —No seques tus ojos con las mangas de tu ropa, pueden estropearla. Además, esa clase de tela es muy áspera— alrededor de aquella mirada la piel ya se había irritado por la fuerte fricción que ocasionó el mismo niño y la tela poco suave de la cual estaba hecha su ropa; Vermouht tomó el extremo de su propia manga, la seda era más suave y fresca, podría servir para secar aquellas lágrimas —¿Lo sientes?, ¿No es mejor así?— obtuvo como respuesta un asentamiento de cabeza —Por supuesto que lo es. Fuiste muy valiente— su último comentario volvió a hacer que él derramará lágrimas. Ahora no contenía sus lamentos. Su llanto se volvió más fuerte y sus adorables alaridos hicieron que los propios ojos de su padre se cristalizaran.

*Mierda, ¿Por qué siempre hago esto?*

Nunca fue bueno para soportar el dolor de los demás. Era un llorón. Lo sería siempre, en esta vida y en la otra lo sería y no podría jamás cambiar eso.
La razón por la que sus alumnos lo adoraban era porque sus propias lágrimas venían en compañía con las suyas.

Abrazó al niño eh hizo que llorara con más fuerza en su hombro.

—Ya todo esta bien— acarició el cabello onix de Rafael —Todo estará bien desde ahora, Rafael.

Esta era, tal vez lo era, era su oportunidad para ser un padre. Para poder cumplir el sueño...

—Lo prometo.

Padre— oyó el sollozo del menor en su cuello.

Rafael se aferró al Duque con fuerzas. Era tan solo eso lo que él siempre ha querido oír, tal vez por esa razón estaba sonriendo con alegría.

𝐅𝐀𝐓𝐇𝐄𝐑 ────the villain is a puppet✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora