𝐅𝐀𝐓𝐇𝐄𝐑 | 𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 05

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—Por fin. —se sintió tan aliviado al verlo dormido. Rafael finalmente concilio un profundo y tranquilo sueño luego de haber derramado tantas lágrimas por el temor que pasó hace momentos atrás.

Las golosinas que ordenó traer a su alcoba reposaban en la mesa de al lado de la cama. Claro que el niño comió algunas de ellas, pero dejó el resto para después. Vermouth no permitiría que tuviera pesadillas por comer tanta azúcar.

Era adorable.

Dormía abrazado a la almohada. Su ligero ronquidito y ese hilo de lágrimas que aún seguía drenandose por su nariz mezclándose con el moco... Sí, todo eso era extremadamente bello y adorable para él.

*Es mi hijo*

Esa idea hizo que sus mejillas se enrojecieran. Finalmente, un hijo. Él se había convertido en un padre después de todo.

—Señor Duque... —alzó la mano eh hizo que el joven mayordomo guardará silencio de golpe (el pobre hasta tembló de terror ante ese movimiento repentino del rubio)
Vermouth se levantó con cautela, con calma y con mucha tranquilidad de la cama para no despertarlo. Logró librarse de las manitos que lo encarselaban sujetandolo desde el pecho de su camisón eh ir fuera de la habitación para que el ruido de la charla tampoco lo despertará—... La-Lamento molestarlo, milord.

—Entiendo. —habló de la manera menos brusca posible, pero era casi imposible hacerlo. Su tono de voz era grueso, hacía que lo que dijera sonara como si estuviera a nada de comer un asesinato (quizás es exagerado)
El joven tomó algo entre sus ropas, vio a todas direcciones del pasillos, como si estuviera serciorandose de que nadie los estaba espiando, y entregó en manos del Duque una carta doblada en cuatro partes—. ¿Qué es esto? —indagó.
El mayordomo señaló el sello de la carta, aquel que se halló ya roto por la forma de haber sido doblado.

—Es un sello del palacio imperial. —comentó—. La Emperatriz intenta contactarse con usted.

La sangre se le heló de repente, el palpitar de su corazón se intensificó de manera rápida y anormal, sus manos temblaban. Tenía en manos suyas una carta de su amante.

*Mierda*

—A-Ah... Gracias. —agradeció para sorpresa del sirviente—. Creo que... agradecería mucho si tú... mantuvieras todo esto...

—Por Dios —expresó él con ojos de sorpresa— no sería capaz de delatar a mi señor. Yo solo cumplo con mi deber de recibir las cartas y entregárselas en sus manos, tal y como se me lo ordenó.

*Si Vermouth le confirió una tarea así a esté niño... ha de ser de confianza*

—Bien. —se sintió más aliviado con oír todo aquello—. Entonces, vuelve a tu labor y borra esta conversación de tu memoria.

Él asintió y se marchó del lugar, cogeando del pie derecho, de forma como si se tratarse de un pingüino. Un detalle que no se percató antes.

Duque Vermouth Kedrey.

Esta carta poseía una hermosa caligrafía. La tinta era dorada, era legible. Cada trazo de las líneas que se unían y formaban palabras era como un arte.

Sé que la Duquesa Annissilia ha vuelto de su viaje al Este.
Me perturba el hecho de que ella halla regresado mucho más antes de lo esperado porque ya descubrió lo nuestro.

¿“Haber regresado mucho más antes”? Eso explicaría el motivo por el que todo el palacio se halló de patas para arriba con su llegada, fue totalmente repentina y sorpresiva.

No quiero que te preocupes por esa mujer. Yo me encargaré de todos los posible problemas que ocasione.

¿Arreglar ella los problemas?, es quien los está engrandeciendo cada vez más haciéndolos monstruosos.

Te extraño demasiado.
No hay día que no deje de pensar en ti. Estás en mi mente día y noche, «mi lindo Vermouth»

Deseo que nos veamos.
¿La casa en el Oeste está bien para ti?, podemos “salir por negocios” de esta vida horrenda.

Tragó saliva con nervios, pero su garganta estaba seca.

Espero tu respuesta lo más pronto posible.

Siempre tuya,
Semiranis

—Semiranis. —degustó del nombre de la emperatriz, de la madre de Cayena Hills y Rezef Hills, la otra villana secundaria de esta historia (aquella que jamás aparecerá, pero que es nombrada de tal manera)
El manhwa aún no reveló su nombre, ¿esto contaba como un spoiler?—. Esta mujer... no tiene vergüenza alguna. —escribir una carta así a su amante, de tal manera, le parecían molesto.
Acercó la carta a la llama de la vela que tenía sobre su escritorio como ayuda para alumbrar el lugar. La hoja se consumió lentamente por el fuego y el sello volvió a transformarse en solo líquido que poco a poco se fue endureciendo sobre la madera—. Es tan molesto.

Rafael aún dormía. Lo tenía en frente suyo.

Consiguió un hijo, una familia finalmente ¿a cambio de qué?. ¿Una amante?, ¿un hijo bastardo?... Tal vez no era difícil después de todo comprender a Annissilia y sus arranques de ira desmedidos justificados hacía él... y hacía su hijo.

—Papi. —oyó el susurro de la voz más hermosa jamás antes oída para él.
Rafael despertó lentamente, pero con poco éxito de prevalecer despierto por mucho tiempo—. Papi, ¿en dónde estás?

—Aquí estoy. —fue de inmediato a su lado nuevamente para que él pudiera treparse a su pecho y recostar su mejilla allí mismo—. Papi no irá a ningún lado. —habló para calmarlo y logró hacerlo, nuevamente quedó dormido encima suyo.

Las cenizas quedaron de una carta moralmente incorrecta.
Romper esa relación era lo más correcto. Era la opción correcta. Solo así podría Rafael tener una vida en paz, en donde su padre solo pueda centrarse en él y en nadie más.

—Rafael —era una pérdida de tiempo el llamarle, él estaba completamente sumergido en el sueño— ¿qué tal si tú y yo nos vamos de aquí, juntos?

Murmullos. Adorable murmullos salieron de su boca. Parecía el estar tratando responderle aún estando en los sueños.

—A un lugar en donde podremos estar en paz.

*Vacaciones... Sí. Las huidas a veces son un remedio efectivo. Este niño necesita irse de este lugar por unos días*

𝐅𝐀𝐓𝐇𝐄𝐑 ────the villain is a puppet✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora