𝐅𝐀𝐓𝐇𝐄𝐑 | 𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 08

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Quien verdaderamente estaba emocionado por esté día era Raphael, su expresión lo demostraba demasiado. Él, por su parte, se sentía verdaderamente nervioso por el simple hecho de que ese pequeño llevaba en sus manos un peligroso arco con flechas muy filosas. ¿Cómo eran capaces de darle objetos así a niños de la edad de su hijo? era tan peligroso utilizar esa clase de armas, ¿y si se lástima muy gravemente?, ¿qué hay de si una de esas flechas lástima a alguien más?

—Raphael, espera un momento.— el niño se detuvo al oír a su padre. El Duque tomó la caja de lanzas al instante de su espalda tomándolo por sorpresa —Deja que lleve yo estas cosas.

—Pero, no podré usarlas al momento en el que vea a alguna ave.— contestó el pequeño en queja.

—Son muy peligrosas para un niño de tu edad. Puedes herirte en ellas.— tal comentario no solo tomó desprevenido al niño –el cual mostró una expresión de sorpresa– sino que también tomó desprevenido a los guardias que los habían acompañado hasta ese recorrido dentro del bosque del Imperio.

—Gran Duque— habló uno de ellos, el general —no debe de preocuparse por algo así. Le aseguro que el joven señorito es muy bueno para utilizar el arco y las flechas.

—No dudo de eso, pero me siento más en calma siendo yo quién carge con estas cosas.— una actitud poco normal en él que era verdaderamente extraña, ¿quiénes eran ellos para ser capaces de llevarle la contra al Gran Duque de Kedrey? Simples lacayos —Ahora, volvamos a caminar que aún no hemos llegamos al centro del bosque.— tomó de la mano a su hijo eh inició nuevamente con la caminata teniéndolo a él ahora a su lado. Los soldados parecían tener la misma pregunta en sus cabezas: ¿era esto un recorrido de escuela?

Era adorable que se preocupara demasiado por él, le gustaba Raphael recibir esa atención de su padre, pero era un poco decepcionante el darse cuenta que no confiaba en él para llevar por si solo las flechas. Su deseo era demostrarle que ni era un inútil y que tenía un extraordinario talento para aprender a usar las armas de combate. Había creído que las flechas serían aquello que se lo demostraría, pero si simplemente se las arrebata por el hecho de que desconfía de sus dotes ¿no le da a entender que él cree que es un idiota?

—¡Oh vaya!— el repentino grito que él hizo volvió a sorprender a Raphael —¡Pero que lugar más hermoso!

—Es un descampado que se encuentra por en medio del camino hacía el centro del bosque, maestro.— informó el general —Aún no hemos llegado al final del recorrido.

—Eso ya no importa. Vayamos allí.— jaló al menor hasta esté lugar.
No se trataba de un simple descampado común y corriente, allí habían demasiadas flores verdaderamente hermosas floreciendo generando un manto de ellas mismas. El lugar perfecto para hacer un picnic —De haber sabido que había esté lugar habría traído unas cuantas cosas para poder comer, ¿no lo crees, cariño?— el lugar era bonito, pero no era lo que Raphael quería —Sera para la próxima vez. Ahora tenemos que relajarnos un momento.

—¿Y qué hay de cazar aves?— el Duque tomó asiento en el pasto de repente.

—Las aves no irán a ningún lado. Podremos ir después, ven aquí y quédate a mí lado.— abrió sus brazos con intenciones de que fuera a él, la imagen era tan hermosa. Su padre era como un ángel. Sus mejillas se habían pintado de rojo por culpa del rubor.

Su cabello dorado brillaba por obra y gracia del sol, lo hacía ver como si fuese de oro.

Sus iris, tan celestes como el cielo, el sol hacía que se vieran como dos gemas verdaderamente costosas por su increíble brillo.

Sin siquiera importarle lo demás, soltó el arco y fue directo a aquellos brazos que solo se abrirían para él, para nadie más.
Era algo que de ahora en más sería lo que le encantaría por sobre todas las cosas, estar en su pecho. Cerrar sus ojos y estar allí sin más, sintiendo su calor, su perfume, su latido de corazón.

Quizás esto era mucho más divertido que cazar aves.

—Majestad.— reaccionó al oír el llamado del joven subordinado. Volteó para hallar su mirada —¿No sería mejor volver por dónde vinimos primero? Este camino nos llevaría a la casa de campo del Duque Kedrey.

—Solo tomaremos esta ruta, no molestaremos al Duque.— respondió —No creo que hayan problemas por simplemente pasar por delante de ellos.

La realidad de todo esto era que él deseaba ser observado. Quería que el desgraciado de Kedrey supiera que también estaba rondando estos bosques para no fuese ni siquiera capaz de dormir en paz en una cama al lado de su esposa.

—¡Alto!— oyeron la orden de detenerse. Cumplieron al instante —¡Identifíquese!— volvió a dar una orden. A simple vista, nadie podría saber que se trataba de la comitiva de su majestad, el Emperador. Pronto los soldados que llevaban entre sus manos las banderas de la Imperial Casa se mostraron por delante, dejando en evidencia quiénes eran. Un soldado más se adelantó y dijo:

—¡Somos la comitiva real!— contestó —¡Su majestad, el Emperador, está junto a nosotros!

—¡Majestad!— pronto se postraron ante él como muestra de respeto —¡Perdone nuestra insolencia, no sabíamos que se trataba de Usted!

Edward alzó su mano indicando que se detuvieran. Bajó de su corcel y caminó hasta los soldados del ducado.

—¿No están muy lejos de la mansión Kedrey?— indagó —¿Es que acaso nos hemos topado con una vigilancia de rutina?

—No, no es así, su real majestad.— habló el joven con nervios —Hemos venido como comitiva del Gran Duque hasta aquí.

—No veo al Gran Duque por ninguna parte.— las miradas que fueron dirigidas hacía el descampado de al lado del camino resultó ser la respuesta a esta duda suya.
Allí se hallaba él, brillante como siempre con su cabellera dorada y piel de leche. Parecía estar pasando un día tranquilo al lado de su hijo heredero —Ya veo.— una sonrisa se dibujó en su rostro —El Gran Duque vino junto a su hijo, resultó ser un buen padre después de todo.

—Solo han venido a cazar aves, majestad.— ahora mismo ¿a eso se lo podía llamar el "cazar aves"?
Ignoró el hecho de que su acercamiento a ese campo en descubierto había generado nervios en los soldados y tomó rumbo hacía él, quería ver de más cerca aquella imagen y comprobar con sus propios ojos de que se trataba de él verdaderamente.

—¡Papi, te vez como un ángel!— oyó decir al joven hijo del ducado Kedrey. Tomó por sorpresa aquella risa suya, nunca antes había sido capaz de apreciar una expresión tal como esa en él. Quizás Vermouth Kedrey había permanecido por tanto tiempo con una cara tan seria y poco amigable, pero le parecía tan raro estás nuevas expresiones en él.

—¿Lo crees así, Raphael?— la corona de flores en su cabello...era hermoso —Tu también te vez como un adorable ángel. Mí lindo ángel.

*¿"Mí lindo ángel"?*

De repente, capturó la atención de él. Ahora tenía la brillante mirada de Vermouth encima.

—¿Quién es usted?— está pregunta tomó desprevenido a Edward, ¿no lo reconocía? —¿Cómo es que a llegado hasta aquí?

—¿Qué acabas...de decir?— él parecía verdaderamente sorprendido. Era como si estuviera viendo a un extraño cuando se supone que se conocen desde hace demasiado tiempo. ¿Por qué esa actitud tan de repente con él?, ¿tanta era su desconfianza como para proteger a su cachorro detrás suyo? —Parece que has vuelto a hacer bromas como las de antes, ¿no es así, Vermouth?

—¿Qué?

—Fingir desconocerme es muy cruel.— se permitió el creer que todo se trataba de una broma suya —¿No te sientes curioso por saber el cómo es que llegue hasta aquí verdaderamente?

—Es una de las primeras preguntas que te eh hecho.— al instante deduzco que podría tratarse de un conocido del duque, pero desconocía de quién se trataba.

—Pasaba por aquí con mi comitiva, no pensé que nos encontraríamos una vez más.— contestó de brazos cruzados —Veo que has venido hasta aquí a perder tiempo,— su mirada se dirigió al menor que en todo momento se ocultó detrás de su padre —con compañía.

—Eh decidido que tendríamos momentos de solo padre eh hijo.— excusó —Solo estamos creando momentos inolvidables.

—Entiendo.— su repentino acercamiento a él generó un pequeño susto en Vermouth, lo único que hizo este sujeto de brillantes ojos celestes fue el tomar una de las flores de su cabello —Que adorables eh inolvidables momentos de padre eh hijo.

𝐅𝐀𝐓𝐇𝐄𝐑 ────the villain is a puppet✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora