Él le extendió la mano para ayudarla a levantarse. Mary la sujetó con cierta reserva. Estaba frío y mojado. En ningún momento bajo la mirada de los ojos de aquel individuo.-Soy Liquir- le dijo cuando ella estuvo de pie y acercó la mano de la mujer a su boca como para besarla- Encantado de conocerte...
-Mary. Mi nombre es Mary y el gusto es mío- contestó al sentir ese toque tibio en el dorso de la mano.
-¿Mary? Un nombre común- comentó y soltó la mano de la muchacha para devolver la suya a su espalda y dar unos pasos hacia un costado, como si hubiera querido ver por la ventana- Aunque no se puede juzgar a alguien por el nombre que lleva. Célebres mujeres han sido nombradas así ¿Conoces alguna?- le preguntó sin mirarla.
-Mary Shelly.
-Hmm- murmuró Luquir llevándose la mano al menton- "No deseo que las mujeres tengan más poder que los hombres, sino que tengan más poder sobre sí mismas". Excelente frase dejada por Mary Shelly y que la mujer actual debería tener en cuenta en lugar de esos canticos ridículos.
Pocas veces una persona dejó a Mary tan anonadada como para no saber que decir. Y es que ese sujeto le causó tal variedad de sensaciones que se sintió aturdida. No sabía que pensar respecto a él. Los pies le dolían así que decidió sentarse. Él la observó mientras lo hacía.
-Te encontré caminando en la lluvia- le dijo al girarse por completo a la muchacha- Parecías desorientada. Hablabas incoherencias ¿Qué..?
La pregunta de Liquir quedó a medio empezar, pues la presencia de Korn se ganó su interés. Aquel sujeto traía unas toallas blancas en las manos. Le dió dos al extraño tipo con aspecto de zorro, quien se seco el rostro con la más pequeña y se colgó la otra sobre los hombros mientras le preguntaba a Korn cosas como si había cerrado bien las puertas o no había olvidado limpiar las hojas del jardín, pues no quería que la lluvia causará demasiado desorden.
-Tan eficiente como siempre- comentó Liquir al devolverle la toalla pequeña, tras oír que las tareas habían sido completadas- La señorita Mary se quedará con nosotros está noche. Tendrás que llevarla a una de las habitaciones de arriba.
-Entiendo.
-Yo no...-decía Mary, pero se interrumpió cuando ambos la miraron.
-Primero que todo jamás debes rechazar las gentilezas de tu anfitrión- le dijo Liquir- En segundo lugar ¿A dónde irás bajo está lluvia y con los pies lastimados?
-Sé que sería insensato salir en estás condiciones, sin embargo, y sin querer ofender... No sé dónde estoy ni quienes son ustedes- les dijo Mary.
-Nosotros tampoco sabemos quién eres tú- le señaló Liquir- Tú sabes que somos los habitantes de esta casa. Nosotros que deambulabas descalza bajo la lluvia en la carretera. Las condiciones son las mismas para ambas partes.
No dijo nada, pero Mary admitió él tenía razón. En cierta forma.
-Korn... asegúrate que nuestra invitada este cómoda- le dijo Liquir a aquel sujeto alto y él asintió con la cabeza mientras su señor salía del estudio.
Mary siguió a Liquir con la mirada. Cuando él cruzo la puerta volvió su atención a Korn que parecía ser un mayordomo o un asistente. Él la estaba viendo también, mientras doblaba la toalla que después dejó en la mesa donde estaba la lámpara. Ese individuo tenía la boca delgada y pequeña, la cara despejada y una postura que parecía tener por columna una vara de hierro o algo así. Cuando fue hacia ella, Mary instintivamente intentó apartarse.
-La habitación de huéspedes está arriba- le dijo- No es conveniente que camines demasiado estando lastimada.
Cuando dijo eso, Mary entendió que intenciones tenía Korn y no le quedó de otra que dejar la cargará en sus brazos para llevarla a la habitación que Liquir señaló. Él la tomó con cuidado y no pareció esforzarse demasiado al levantarla. Mary se sujetó de su cuello como quien se sostiene de un alambre de púas. Korn no le dijo una sola palabra y salió con ella al pasillo donde Mary aprecio más de la elegancia de aquel lugar, pero la fue la decoración lo que verdaderamente cautivó a la mujer. Los motivos de las pinturas y cosas como el posa manos de la escalera representaban figuras de la naturaleza. Los colores de las paredes y los pisos recordaban a un bosque luminoso, joven. De haberlo podido hacer, Mary hubiera recorrido aquel lugar. Quizá tendría oportunidad de hacerlo, aunque la verdad prefería irse de allí lo más rápido posible.
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Escondete.
RandomTodo lo que ella tenía que hacer era esconderse, pero terminó encontrando algo que nunca imagino.