Liquir se tomó la situación con calma. Se dió un baño, se seco con mucho cuidado y se vistió con ese atuendo rojo de cuando se internaba en el bosque. Sin prisa bajó la escalera para ir a desayunar. Korn tenía todo listo. Fue una comida silenciosa. Korn solo estaba parado a su costado, con la mirada puesta en un punto muerto más allá de la mesa. La lluvia perdía intensidad y el cielo comenzaba a mostrar claros azules entre las negras nubes.-Has estado muy callado- comentó Liquir súbitamente. Korn lo miró- ¿Sucedió algo en el evento?
-El conflicto interno en nuestro país siguen en aumento y el país del norte no deja de provocar al primer ministro. Está semana el presidente enviara a uno de sus ministros en una visita que a denominado humanitaria.
-Le advertí a Iru que no su plan económico iba a causar problemas. Jamás me escucha- declaró Liquir antes de terminar su razón de fruta.
-¿Piensa intervenir?
-Quien sino yo puede salvarlo ahora.
Ellos siguieron hablando de sus cosas diplomáticas mientras la luz del sol bañaba la mesa. Una hora después el cielo estaba casi libre de nubes y Líquir se encaminaba al bosque. Salió por la puerta de atrás. Tuvo la impresión de que Mary había salido por ahí. No iba a arriesgarse a ser atacada por los perros. Además en el lodo habían huellas de la mujer que iban de la cabaña a la senda adoquinada que llevaba al portón.
-Esa mujer tuvo el tiempo suficiente para abarcar varios kilómetros- señaló Korn que llevaba una escopeta en la espalda.
Liquir sonrió con desdén.
-¿Acaso me estás subestimando?- le cuestinó.
-Solo expreso un hecho libre de subjetividad- contestó Korn y miró de reojo a su señor- No es mi culpa que te haya hecho bajar la guardia con un truco tan vulgar.
Liquir no le mencionó a su asistente lo que pasó durante la noche, pero no era complicado llegar a esa conclusión. Menos después de salir medio desnudo del cobertizo.
-Estas equivocado- le señaló Liquir al internarse entre los árboles- Lo que sucedió fue un evento aleatorio. Su fuga una improvisación. Está competencia cuestión de orgullo. Y claro... yo di la deuda por saldada, pero no el juego por terminado- agregó antes de iniciar su búsqueda.
El bosque estaba empapado. La hojarasca era como una esponja, de las ramas de los árboles se desprendia la lluvia acumula en pequeñas cascadas que se desbordaban de forma un tanto ruidosa. Las aves cantaban con vehemencia y los olores que desprendia el suelo eran tantos, que hicieron creer a Liquir que era lo que evitaba ubicará el olor de Mary. Otra cosa que lo empezó a inquietar es que no habían huellas de la mujer por ningún lado. Con un suelo tan blando era imposible que ella no dejará marcas. Existía la posibilidad que hubiera salido por el otro lado de la casa. Por la puerta de enfrente. Pero le era poco probable que hubiera podido escapar de los perros. Corriendo en torno a la casa le hubiese tomado cerca de un minuto llegar a la entrada y hubiera tenido que treparse a la estructura. Lo veía poco probable. Después de unas horas de examinar el bosque le surgió una duda simple, pero que lo obligó a detenerse para reflexionar ¿Por qué Mary se llevó su bata?
-¿Qué ocurre?- le preguntó Korn al verlo parado ahi, con una mano en la barbilla.
Liquir no contestó. Estaba sumido en sus pensamientos. Después de unos minutos volteó hacia su casa y se echo a correr de regreso a ella. Korn lo siguió un tanto confundido. Liquir brinco sobre el muro para ingresar más rápido. Una vez en el interior del edificio olisqueo el aire buscando algún indicio de la mujer y lo encontró, pero aquello lo hizo gruñir.
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Escondete.
RandomTodo lo que ella tenía que hacer era esconderse, pero terminó encontrando algo que nunca imagino.