"Enamorarse es para ingenuos y débiles."
Siempre me repetí esas palabras en la cabeza para no olvidar.Mi primera decepción sucedió cuando era un niño de diez años de edad. Fue cuando comencé a ser consciente del matrimonio de mis padres y descubrí que era una mierda. Las infidelidades de mi madre, la victimización de mi padre, las peleas, el resentimiento y el odio de ambas partes eran los elementos que llenaban este paquete llamado matrimonio, una verdadera pesadilla.
Aún sabiendo lo terrible que era enamorarse, tuve un primer amor en la escuela que fue inevitable, el primero y no el último.
Y es que apenas me acerqué a él ( si, él, un chico) para confesar ese sentimiento burdo de atracción, apareció su novia quitándome completamente del camino. La segunda gran decepción de mi vida relacionada al amor.
El chico era mi único amigo en la escuela, a veces cuando lo recuerdo me pregunto por qué no me contó que tenía novia, pero probablemente no le importaba tanto para confiarme esas cosas. Dejamos de ser amigos luego de ese fatídico día invernal, más temprano que tarde perdimos todo tipo de comunicación, excepto las miradas. La suya expresando una especie de tristeza y lástima que me dañaba el ego de una forma incontrolable, por lo mismo dejó de existir para mí esos últimos años de primaria.
Me prometí en la secundaria que no caería por nadie, error. No pude cumplir. Estuve esos cuatro años de novio con Adam, un.. Libertino intelectual demasiado soberbio para mi pero aún así aguantaba con tal de no quedarme solo y es que los residuos del abandono de mi padre comenzaban a mostrarse.
El sexo era bueno, tuve mi primer orgasmo con él pero no tardó en romperse todo al enterarme de su primera infidelidad, si, habían otras. Sin embargo y cómo era de esperarse le perdoné sus deslices y mentiras más de lo que desearía haber hecho. Y como toda relación en este tipo de dinámicas, finalmente Adam se aburrió de mi y me terminó.
Desde ese momento hasta ahora han pasado cinco años y tardé un poco más de uno en dejar de llorarlo. Quise ser su amigo pero era otra forma de inflingirme daño, finalmente, decidí irme aunque nadie estuviese allí para despedirme.
No hizo falta una tercera decepción amorosa, bastó con esa última para terminar de construir mi armadura de excusas ante el escape de relaciones comprometidas. Taché completamente la posibilidad de enamorarme, disfrutaría con mi cuerpo los años que perdí sin desperdiciar mis sentimientos en alguien que podía vivir sin mi.
Más de uno quiso verme otra vez, pero lo mío era de una noche, jamás quedarse a dormir, jamás volver a llamar.
Evidentemente mi madre me abandonó en algún momento y la universidad no se pagaba sola. Tuve que trabajar para pagar la carrera de Derechos y todavía estoy en ello.
¿En qué? No iba a ser mesero, ni perder horas extras por un mísero pago, después de todo necesitaba una cantidad mucho más grande si quería vivir mis comodidades y pagarme los estudios. No lo dude mucho tiempo, vender mi cuerpo no era algo malo, podría elegir a hombres de mi tipo para empezar. ¿Cuál era mi tipo? Altos,con cuerpo trabajado, de traje, con rostros perfectos en lo posible y una gran cuenta bancaria.
Me fue difícil al principio, pero no me tomó mucho tiempo aprender los pasos de seducción que estos hombres requerían. Fue perfecto. Iba a un casino del centro con temática "alternativa" no apostaba nada y luego de un rato salía de la habitación principal con mucho dinero. Me aprendí las debilidades de estos hombres. Amantes, esposas, hijos.. Por lo que fue fácil deshacerme de ellos sin ninguna queja.
Hablo en pasado, lo sé. Fue perfecto hasta hace poco, no lo vi venir honestamente. No quería darle importancia, pero fue evidente que el tipo me quitó la máscara.
Mi primer error fue divisar a un hombre atractivo de ojos café y cabello negro con cuerpo trabajado, un traje perfecto, serio y con una tarjeta dorada. Debí haber sospechado que era demasiado bueno para ser cierto. Mi segundo error fue acercarme, y el tercero, al reconocer quien era, no haberme ido lejos.
Vi en su sonrisa que me reconocía, esa mirada de tristeza por mi la había visto antes, no tardé en evocar los recuerdos, bastó con escuchar su nombre para entender que aquel hombre que era completamente mi tipo, era el amigo que perdí a los diez años por mi confesión. Debí haber salido inmediatamente de ese lugar pero luego de considerarlo cometí el cuarto error, me quedé esa noche.
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Solo Adrián (+18)
RomancePara Adrián tener un vínculo amoroso con un hombre, solo servía para cumplir tres objetivos fundamentales en su vida: dinero, poder y sexo. La vida le enseñaría con crueldad que el amor no era más que un invento con efecto dopante. Se consideraba in...