🚩CAPÍTULO 10🚩

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Desperté sobre saltada, llevaba toda la noche teniendo espantosas pesadillas. Observé a mi alrededor, Lord Dimitrescu no estaba por ninguna parte, contemplé los ventanales viendo el clima de hoy, nublado. Genial.

Salí de la cama quejándome del frío, era una de esas personas que tenían frío por las mañanas, y entonces sentí lo que el Lord había puesto en mí aquella noche. Mierda, tendría que llevarlo todo el día... Genial. Cogí mi ropa de la butaca del tocador donde la había dejado el lord la noche anterior, junto con unas bragas y un corpiño nuevo, era consciente de que los de la noche anterior acabaron hechos trizas. Me vestí con calma, no tenía nada que hacer tampoco así que no me apresuré, observé por la ventana el paisaje con toda tranquilidad mientras me preguntaba que estaría haciendo Dimitrescu en aquel preciso momento.

Una vez terminé de vestirme, me dirigí al tocador para peinarme mi trenza, no tardé mucho y en menos de 5 minutos estaba contemplando toda la alcoba en busca de alguna nota de aquel hombre o algo parecido. Nada. Normalmente me habría dejado una nota o algún sirviente habría venido a decirme algo encargado por él, pero nada. Simplemente no me había dejado nada.

Salí de sus aposentos caminando en dirección al gran comedor, no había muchos sirvientes alrededor de la habitación de Lord Dimitrescu pero aun así me encontré alguno que otro. Me pregunté donde estaría Crystal, hacía días que no la veía, seguí caminando pensando donde podría estar también Derek. En menos de lo esperado ya estaba cruzando las puertas del comedor.

-Buenos días ardilla durmiente.- canturreó Abell nada más verme entrar por la puerta.

-Buenos días Lord Abell.- respondí automáticamente, no quería peleas tan entrada la mañana.

Estaban en su disposición habitual, aunque todos se veían más sonrientes de lo normal...

Lord Dimitrescu me hizo señas de ir con él y así lo hice, en menos de dos segundos estaba encima de su regazo de nuevo.

-Mis queridos hijos, os prometo que hoy tendréis uno de los mejores días de vuestra vida.- empezó diciendo el hombre. -Empecemos teniendo una exquisita velada en familia.

Mi ceño se frunció, ¿por qué hoy sería el mejor día? ¿Será que me perdí de algo?

Una risa me sacó de mis pensamientos.

-Padre, parece que la mascota está un poco perdida...- se rio Daniel.

Miré acto seguido al Lord que tenía detrás con la esperanza de que me iluminase un poco.

-Oh cielo, hoy es el cumpleaños de mis preciosos hijos. ¿Lo habías olvidado?- se rio también.

Mi cara se tornó roja, se supone que nos lo dijeron al llegar al castillo. Solo había dos fechas importantes a recordar; las reuniones mensuales de Madre Miranda y los cuatro jerarcas, y los cumpleaños de los ML y su padre. Se me había olvidado por completo...

-L-lo siento mi señor... N-no se donde tengo la cabeza...- empecé diciendo. -Felicidades mi lores.

Mientras que Daniel y Abell estallaban en carcajadas, yo solo me fijé en Caleb quien me dedicaba una sincera sonrisa de aprecio. Le sonreí de vuelta.

-Ya basta pequeños míos, desayunad gustosos. Tendréis toda la mañana para vosotros, esta tarde sois libres de hacer lo que querais y esta noche, como todos los años, tendremos nuestra caza familiar del año.-

No entendí a que se refería con 'caza familiar', supongo que irían a cazar todos juntos pero según lo que me había contado Caleb sobre ellos, ninguno podía salir del castillo, solo Lord Dimitrescu.

Lord DimitrescuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora