El miercoles por la tarde, mamá habia entrado a mi estudio sin que yo me hubiese dado cuenta, cuando la miré me dijo que la acompañara a hacer unos encargos. Acepté dejando la pintura secando y las brochas en agua. Landom no estaba por que había salido con sus amigos, y por otro lado, uno muy extraño, Lorena había faltado hoy tambien al instituto. La llamé para preguntarle que pasaba, pero no me contestó.
En el supermercado, mamá tomo el carrito y fuimos de góndola en góndola en silencio, hasta que ella habló:
—Tus pinturas estan siendo un poco tristes, en el sentido emocional—me dijo, tomando un arroz.
Suspiré y la miré. Ella sabia que no estaba bien.
—Es por que no estoy bien—le confesé—. Tengo mi cabeza llena de cosas que no quiero pensar y sentir—añadí mirando el carrito.
—¿Es por él?—me preguntó y solo asentí.
Ella toma un suspiró profundo y se coloca enfrente de mi. Me toma la cabeza con las manos y me sonríe:
—Él no te va a romper el corazón—me aseguró.
—¿Pero como sabes que no lo va a hacer?—cuestioné.
—Solo lo sé—beso mifrente—, ahora buscame una salsa por que haré pasta.
Asentí mientras me volteaba y buscaba una salsa en otra góndola que quedaba cerca. Me quedé mirando el suelo y viendo los estanes de comida. Hasta que vi donde estaba la salsa de tomate que mamá ama y voy por ella. Pero justo en ese momento lo vi.
Traía una sudadera que hacia juego con su pantalón. No traía tenis, si no unas crocs de hombre con unas medias puestas. Su pelo estaba revuelto y su mirada se veía cansada. Y me vio. Sentí el impulso de irme y dejar la salsa pero sabía que mamá iba a matarme si no la traía. Ella amaba hacer su pasta.
Tomé la salsa y me voltee para ir a donde estaba mamá, pero su voz me detuvo...
—Hola, Chocolatito —me dijo y lo escuché acercase.
No respondí, no me digne a voltear a verlo, lo que hice fue diferente, cobarde. Decidí ignorarlo e ir a por mamá y darle su salsa. Y eso hice. Cuando me encontré con mamá le dije que la esperaba afuera para ayudarla a subir los encargos. Me preguntó que pasaba pero no quise decirle.
La esperé afuera y gracias a Dios, mamá avanso con los encargos. La ayude a subirla al carro y mamá supo que algo me estaba pasando. Pero no insistió en que le diera. Así que nos montamos al carro y fuimos a casa. Allí, mamá hiso la pasta y comimos todos juntos.
Luego subi a mi habitación a descansar un poco pero justo me había llegado un mensaje, y juro que mi corazón se acelero a millón al ver de quién era.
Odioso: ¿Todo bien?
No quise contestar. No quería hablar con él. Quería encerrar este sentimiento en mi corazón y no volver a sacarlo. No quería seguir siendo una estúpida cuando Azael estaba cerca. Todo habia pasaod rápido y no iba a permitir que me sintiera así.
Otro mensaje:
Odioso: Sé que ya viste el mensaje... ¿te hice algo?
¡Joder! ¡No quiero hablar contigo!
Entonces hice lo impensable. Fui a su contacto y lo bloquee. No podía hablar con él. Mi mente me lo repetía una y mil veces. Era suficiente ya. No podía seguir así.
Me acoste en la cama llorando, hasta que de pronto la puerta de mi habitación se abrió. Voltee a ver quién era y era Landom. Estaba con unas ojeras y con su pelo despeinado. Se sentó a mi lado y acaricio mi cabello. No hablamos, era más que obvio que me entendía y yo no quise preguntarle que le pasaba a él por que sabría que no me diría.
—Mamá me dijo—susurró y se acosto a mi lado.
Lamí mis labios y lo miré a los ojos.
—¿Es pátetico, no? Me enamoré de un playboy—respondí, triste.
Landom dejo de acariciar mi cabello y beso mi frente. Eso significaba que todo iba a estar bien en nuestro código de hermanos.
—Es super pátetico—me dijo y lo miré extrañada—, pero sé que vas a escoger la mejor desición. Después de todo, se trata de tu vida y ni mamá, ni yo, ni nadie puede decirte que debes escoger.
Abracé mi almohada boca arriba y suspiré mirando el techo.
—Lo he bloqueado—dije sin mirarlo.
—Mmm—ronroneo.
—Y no sé si sentirme bien—añadí.
—¿Quieres esto?—pregunto y lo miré. No sabía bien si quería esto.
Pero por otra parte, se sentía bien amar a alguien aunque no era la desición de mi celebro, si no de mi corazón. Yo no puedo mandar en mi corazón. Y por más que me repito que Azael le gusta otra chica no puedo dejar de quererlo. Todo se había salido de mis manos en tan solo unas semanas. Y todo comenzó desde que me salvo aquella noche en la fiesta.
—A él le gusta otra chica—le dejé saber.
—Mmm—repitió.
—Pero aunque me repitó que no debo quererlo, mi corazón no hace caso.
Y de momento, Landom suelta algo que me hace soltar una carcajada.
—¿Y si es de ti?—me miro y yo solo me reí.
—¡Es completamente pátetico! Él solo me ve como su amiga, ya me lo dijo—respondí con una sonrisa triste.
—Bueeeno—él se encoge de hombros—. ¿Quieres ver una película?
Asentí y busqué mi computadora. La prendí y Landom escogio la película. Nos sentamos y puse mi cabeza en su hombro y nos pusimos a ver la película. Pero Landom empezo a ver su teléfono de vez en cuando. No quise protestarle pero se volvio consecutivo. Luego de que en un momento fue al baño, dejo su teléfono y le llegó un mensaje.
Me debatí en no mirar pero la curiosdad me gano. Era un mensaje de Lorena:
Lore 33: Tenemos que hablar con ella, y con tu mamá amor. Esto no lo podemos dejar pasar.
¿Dé que estaban hablando?
No pude averiguarlo por que Landom salio del baño. Me dio tiempo de soltar el teléfono y acomodarme. Peor me quedé con la duda de que pasaba, y de que tenian que hablarnos a mamá y a ¿ella?
Poco después la película termino y ambos nos fuimos a dormir. Esa vez, Landom se quedó a dormir conmigo en m habitación y antes de dormirme me bañe y me cambie. Luego revise mis redes sociales y puse a cargar mi teléfono antes de dormirme.
Al día siguiente, Lorena aún no venía. Así que decidimos llamarla entre todas por que nos tenía muy preocupadas, pero no contesto. Cabe señalar que no había hablado con Azael en todo el día. Lo había estado evitando y también había decidido que iría en mi carro para el campamento, nesesitaba estar lejos de él.
Azael:
Dove me había estado ignorando y para más, me habia bloqueado, así que no podía preguntarle por mensaje que le pasaba. De modo que decidí que era hora de contarle lo que sentía por ella. Y lo haría mañana de camino al campamento. Estaríamos ella y yo solo y podíamos hablar. Esperaba que me creyera y no pensará que solo la quería como había tratado a las otras mujeres con las que he estado. Cosa que ya, no he vuelto a hacer. Mañana hablaría con ella...
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Teen FictionUnos dicen que las mariposas en el estómago son lindas y te hacen sentir bien, ella siempre creyó que solo las lastimarían; así que las enjaulo para que no revolotearán en su estómago. Él era no fijo, siempre andaba de una en una, nunca paraba. Era...