El mensaje no deseado:

30 2 0
                                    

Y sí, todos se habían enterado de que habia aceptado ser la novio a de Azael... Ayer al parecer todo el mundo sabía menos yo, incluso mis amigas y eso que siempre sabia cuando estaban ocultado algo y cuando no. Mamá incluso lo sabía y yo no.

Digamos que muchas chicas del instituto nos estaban muy de acuerdo con que el odioso y yo fueramos pareja. Me miraban feo o incluso escuchaba susurros de su parte, pero no estaba de humor para aguatar sangronas con esas.

Esa mañana, cuando Azael paso por mi le dijo a mamá lo que habia pasado. Mamá se emocionó muchisímo y incluso nos abrazo a los dos. Habia mirado apenada a Azael sabiendo que él no tenía ni la menor idea de por que mamá se comportaba así. ya habia decidido que iba a hablar con Azael de lo que había pasado años atrás con Arthur, me sentía preparada y no quería secretos entre los dos.

—Nesesito asimilarlo todo enserio— dije por milesíma vez después de haber visto lo que la profesora puso en la pizarra.

Emilia me miró riendo mientras me pasaba sus apuntes que copio cuando yo estaba tratando de hacer el ejericio que anteriormente la profesora habia puesto Era para el examen dinal y no tenía ni idea de como iba a pasar ese examen.

—Al parecer ser novia de alguien que no voy a mencionar te tiene bastante distraída, Chocolatito— ella me guiño el ojo y le saqué el dedo del medio para demostrarle mi más sincero amor hacia ella.

Ella se rió y yo tome su cuaderno para poder escribir rápidamente antes de que la profesora terminará d explicar el último ejercicio.

Al salir de esa claro, por fin iría a una más traquila, Literatura. No tenía mucho que darlo ya que nos había evaluado la semana pasada y gracias a Dios habia sacado una buena puntuación. Eso merecía un premio, y me premie viendo peliculas con todas en mi casa. ya mamá estaba super acostumbrada a eso, las chicas eran como sus propias hijass por así decirlo.

Y dato curioso: todas o casi todas entrariamos a la universidad con diecinueve, no me pregunten como pero así fue. Creo que estamos un año adelantadas de nuestro curso o no se que, pero se puede decir que soy mayor que Azael por unos meses, o quizás un año. Uno nunca sabe. Este también habia cumplido años el año pasado, sus queridos diesiocho años de los que hace meses presumía.

—Hola Chocolatito— me abrazo, Azael por atrás cuando salí de mi última clase de la mañana.

—Hola— lo miré y apenas giré mi rostro sus labios se juntaron con los míos en un beso suave. 

—¿A donde vas con tanta prisa?— toma mi mano y la entrelaza. 

—A comer en la cafetrería con las chicas, me estan esperando— le informe. 

—Vale, y te anució que mamá me ha pedido que te dijera que hoy estas invitada a cenar, al parecer alguien te quiere conocer— me guiño el ojo y me atrajó a él poniendo su brazo sobre mis hombros.

¿Su mamá? 

Nunca la hemos conocido...

Es cierto.

Esto va estar terrible, solo lo digo.

Que positiva eres.

Giré mi rostro hacia él y sonreí nerviosa.

—¿Tú mamá quiere conocerme?— casi no me sale la voz— ¿Sabe... ?

—Fue la primera en saberlo— me guiño otra vez el ojo mientras entrabamos en la cafetería.

Tome una bandeja y la pase por la barra de comida. Azael me imitó y cuando terminaron de servinos, le dimos el dinero de la comida. Veía justo que cobraran por la comida, esas mujeres se pasaban el día haciando comida y muchas personas no lo valoraban. 

—¿Nerviosa?— se burló de mi.

—No, estoy perfecta— mentí.

—Eres pésima mintiendo Chocolatito, pero aún así te quiero— beso mi frente—, hablamos luego. 

Asentí y lo vi irse.

Me senté con las chicas y comí un rato hasta que por fin nos llenamos. Los amigos de Azael y el odioso se nos unieron tiempo después y se juntaron con nosotras . Pero al poco de unos minutos, nos terminamos quedando solos. Nos sentamos en una de las bancas que estaban en el instituto y hablamos de cosas al azar.

Y recibí un mensaje.

Me giré un momento hacia el teléfono y arrugué mi nariz al ver que era un número desconocido:

Desconocido: Ven al salón de Matos, hay algo que tienes que ver Dove. 

No entendí el mensaje y decidí contestar.

Yo: Creo que no te he entendido, ¿Quién eres? 

Desconocido: Ven y lo sabrás. Sola.

Después de ahí no hubo más mensaje y me lo pensé. ¿Quién era esa persona? ¿Que quería? Miré a Azael quién estaba con su mirada sobre mi y le sonreí dejando salir un poco de aire acumulado en mis pulmones. ¿Debería ir? 

—¿Esta todo bien? — me pregunta el odioso.

—Sí, este... —me levanté—, ¿me das un segundo? vuelvo enseguida — le imformé.

El azul gris de sus ojos me cautivaron por unos segundos. ¡Dios! ¿Enserio era su novia? Aún no me lo podía creer... Me mordí el labio nerviosa.

—¿Te acompaño?— se levanta conmigo.

—No, esta bien yo voy sola— le sonreí. 

Azael asintió dudoso y se quedó allí sentado. Me dirijí al salón de Matos, el profesor de Física. Supuse que debía ser para hablar de algún trabajo o no se, pero ¿El profesor me enviaría enserio un mensaje? ¿Y me pediría que fuera sola? Estaba indecisa en si ir o no, pero opté por ir. 

Crucé por los pasillos hasta llegar al salón del profesor. Este estaba vació, e incluso estaba apagado. No entendí nada hasta que escuché un carraspido de garganta al fondo del salón. Mis ojos lo vieron con confusión, para que me había citado, ¿era él el del mensaje? Y lo más importante, ¿por que vine? 

Diego me miraba con sutileza estando al tanto de todos y cada uno de mis movimientos. Me sentí incomoda y quisé irme, pero tenía que preguntar el porque me había llamado. 

—¿Fuiste tú él del mensaje?— pregunté seca. 

—Sí, y que bueno que viniste pequeña Dove— se acercó a mi dejando un pequeño cigarro que tenía en la boca. Lo apagó y lo tiró a la basura.

—¿Cómo has conseguido mi número? Pero la verdadera pregunta es ¿Para que me escribiste? ¿Qué quieres?— le cuestioné indecisa —¿Qué querías enseñarme?

—La verdad Dove es que no hay nada que enseñar — dijo antes de estampar sus labios con los míos de forma rápida, presionada y forzada. 

Me quedé petrificada e intenté sacarmelo de encima. Incluso me estaba sosteniendo la nuca. Mi exfuerzo de separarlo fue en vano y cuando iba a darle una buena bofetada, escuché su voz detrás de nosostros.

—¿Dove? 


Player {1}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora