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Cuando los besos y gestos dicen más que las palabras:

Todos estábamos en la sala, mamá decidió que veríamos una película para compartir entre nosotros y en cuanto terminó, ya Landom se encontraba con los ojos cansado en el hombro de Lorena, quién no había tardado y se había dormido ya. Tenía que aprovechar el momento y les tiré una foto para luego hacerles burla.

—Tan lindos—susurró mamá a mi lado.

Estábamos hablando de la boda y de la decoración mientras Carter y Azael hablaban de a lo que ellos llamaban "cosas de hombres". Miré de reojo a Azael quién me volteo a ver y sonrió para luego contestar lo que sea que le estaba diciendo Carter.

—Sí, tan lindos—me burlé cuando ya Landom estaba dormido.

—Serán grandes padres, de eso no me cabe ninguna duda—me miró y luego sonrió—. Él parece gustarle mucho—sé que hablaba de Azael.

Me ruboricé al instante cuando vi que la conversación de "hombres" había terminado y se dirigían hacia nosotras.

—Me lo demostrado varias veces—le dejé saber, antes de que Azael se posicionará a mi lado y Carter en el de mamá, quienes empezaron a hablar de la boda.

—¿Quién te ha dejado saber que varias veces? —me cuestionó divertido.

—Nada, conversaciones de mujeres—me burlé de él y este solo rueda los ojos.

—Como digas—me halo para que mi cabeza quedará en mi hombro y luego suspiró—. Le he dicho a tu madre que me encanto la cena.

—La he hecho yo casi toda—lo miré mientras él acariciaba mi cabeza.

—¿Enserio? Pues entonces no estuvo tan buena—se burló.

Le di un codazo en la costilla, suave.

—¡Oye! —me reí.

—Mi orgullo me prohíbe decir cosas que son ciertas, por ende, no te diré que estaba buena la comida por que eso es lo que quieres hoy tú—me desafió.

—¡Bien! —me crucé de brazos y tomé mi teléfono.

Lo dejé ganar esta vez, aunque después me dio un beso en la frente de recompensa por la comida y no tuvo que decir nada.

Mamá había dejado de hablar con Carter sobre la boda y había puesto toda su atención en nosotros. Ambos la miramos con expresión confusa hasta que dijo lo que pensaba.

—¿Quieres quedarte, Azael? —le preguntó, mamá—, Landom y Lorena se van a quedar por lo que veo y pues Carter también.

Azael me echo un vistazo y sonrió burlón.

—Sí, le escribiré a mi madre—mamá asintió y se fue a levantar a Landom y Lorena para que fueran a dormir en la antigua habitación de Landom.

Estos, adormilados fueron hasta la habitación con la mitad de su conciencia despierta. Mamá recogió los platos de la cena y aunque me ofrecí a ayudarla, me dijo que lo haría con ayuda de Carter que se había ofrecido.

Regresé con Azael en el sofá quién era otro que cabeceaba, por lo cual le dije que debería irse a dormir. Mañana teníamos clases y un examen teórico de Historia. Mamá nos dio permiso de poder dormir en la habitación juntos ya que antes, si Azael se quedaba por x razón iba a la habitación de Landom. Y ya saben cómo es mamá.

—Iré a bañarme, deberías hacerlo tú también después de mi—le dije tan pronto dejó su teléfono. Le había avisado a su madre que se quedaría.

—Esta bien—asintió un poco cansado.

Tomé una camisa ancha y unos shorts para dormir. Siempre acostumbraba, o me estaba acostumbrando a dormir sin el pantalón de pijama, pero no me juzguen, es cómodo y te sientes más fresca.