Pastel de Cereza.

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Tengo algo con relacionar el Hyunmin con canciones de Arctic Monkey, ayuda

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El apartamento de Lee Minho no era la gran cosa, en realidad era lo suficiente grande para él y Felix, su hermanito; sólo tenía dos habitaciones, el baño, la sala y la cocina, sin comedor más que una sencilla mesa de madera con sillas desiguales que marcaba el final de la sala y el comienzo de la cocina.

Seungmin se quedaba al menos tres veces a la semana con ellos, especialmente cuando el omega había tenido un largo día y sólo quería llegar a acorrucarse con él. Sin embargo, había días en los que Minho no quería hablar con Seungmin pero no lo echaba por Felix, así que esa mañana no fue sorpresa que el alfa entrara a la cocina después de ducharse y encontrara a Minho listo para el trabajo dándole de desayunar a Felix.

— ¡Buenos días, Seungmin!—saludó el niño sentado en una de las sillas con una enorme sonrisa— ¿Dormiste bien?

—Buen día—saludó Seungmin, acercándose y despeinando su cabello—Sí, gracias, ¿y tú? ¿Listo para la escuela?

—Lo vuelves a despeinar y estarás en problemas—advirtió Minho, colocando un plato con panqueques en la mesa—Desayuna antes de irte.

Seungmin suspiró, alejándose de Felix para sentarse a desayunar mientras Minho volvía a acomodarle el cabello a su hermanito; sus mañanas usualmente eran así, Minho no era el ser más expresivo y dulce de todos a no ser que se tratara del niño a su cargo y estaba bien, Seungmin así se había enamorado de él, pero sabía que en esa ocasión el omega estaba molesto, su aroma a pastel de cerezas olía agrío, provocando que el alfa arrugara la nariz con desagrado.

Siempre consideró que el aroma de Minho era demasiado dulce para su gusto, terminó acostumbrándose a él pero seguía considerándolo empalagoso, especialmente cuando el omega lo perfumaba sin darse cuenta, así que oler lo agrío que se volvía cuando Minho estaba enojado con él hacía que Seungmin detestara más el aroma.

Anoche discutieron cuando el alfa pasó por él a su nuevo trabajo, gritando en el auto antes de tener que ir a recoger a Felix con la niñera. Minho volvió a recriminar el ser su secreto, Seungmin intentó explicarle la razón por la que no quería que conociera a su familia, el omega preguntando quiénes asistirían a su boda si Seungmin se negaba a presentarlos o si realmente lo quería para formar parte de su familia, llegando a un punto medio donde Seungmin prometió arreglar los malentendidos.

Sin embargo, Minho seguía molesto con él y Seungmin no podía culparlo, después de los años que llevaban conociéndose y los meses comprometidos, no merecía ser el secreto de Seungmin.

—Felix, lávate los dientes—ordenó el omega mientras lavaba los platos—Nos iremos pronto.

—Aún falta una hora—murmuró Seungmin mientras veía al pequeño rubio correr al baño.

—Iremos en metro—sentenció Minho.

—Odio que uses el metro, lo sabes—gruñó Seungmin, terminando de desayunar y llevando su plato a donde se encontraba Minho—Pensé que iba a llevarlos yo.

Minho no respondió, siguió lavando energéticamente los trastes mientras ignoraba a Seungmin y su aroma a pintura acrílica que le rodeaba, arrugando la nariz y negándose a ceder a sus intenciones, su omega ronroneando cuando los brazos del alfa lo rodearon y lo estrujaron contra su pecho.

Odiaba sucumbir a sus instintos primaros cuando se trataba de Han Seungmin.

Fue demasiado fácil enamorarse de él, siendo todo lo que Minho alguna vez consideró en una pareja; amable, educado, serio sin necesidad de atención las 24hrs del día, además que adoraba a Felix y Minho se negaba a estar con alguien que no entendiera que su hermanito era primero. Siempre se aseguró de que Minho estuviera cómodo con cualquier cosa, intentaba priorizarlo y darle todo para que nada le faltara, incluso ofreció mudarse a su gran apartamento más cerca del centro y comprarle un auto para que no tuviera que ir en metro, pero esas cosas eran algo que Minho prefería negar.