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Mi rola más personal, verdad de Dios

MI BUEN AMOOOOOOOOOOR SI NO QUIERES REGRESAAAR PORQUE VUELVES A BUSCARME UNA VEZ MÁS, NO ME PIDAS QUE TE DÉ UNA ULTIMA NOCHEEEEEEE. MI BUEEEEEN AMOOOOOOOOOOOOOOOOR PARECE FÁCIL TI!!!!! ALEJARTE PARA LUEGO EXIGIR QUE TE QUIERAAA COMO SI NADA NADA NADA YO SINTIERAAAAAAAAAAAA

Necesito mayúsculas más grandes ;-;

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Jisung terminaba de lavar los platos después de la cena mientras Hyunjin recogía las cosas que los niños dejaron regadas en la sala; Changbin había estado haciendo tarea antes de cenar y Chan había pretendido hacerla mientras coloreaba, lo que significaba que había un desastre de papel, colores y algo de purpurina en la mesilla de noche.

Usualmente, Hyunjin siempre hacía que los niños recogieran sus cosas antes de ponerse a cenar, algo sobre enseñar responsabilidad y orden, pero hoy no era un buen día así que Jisung no se sorprendió que mandara a los niños a su habitación apenas terminaron de cenar, decidiendo que él recogería el desastre mientras Jisung terminaba de limpiar la cocina, un trabajo que usualmente hacían juntos.

Olía la amargura en Hyunjin, perfumaba la gran parte de la casa y Jisung la sentía debajo de sus fosas nasales; a veces no entendía por qué alguien sería menos simplemente por su casta cuando éstas existían para complementarse. Un alfa necesitaba de su omega para que pudieran formar una manada, era quien se mantenía a su lado, a quien recurría para buscar dirección, ¿por qué no podían verlo? Por algo el lazo iba en ambas direcciones, un omega pertenecería al alfa de la misma manera en la que éste le serviría toda su vida.

Colocando el último plato en su lugar sobre el lava-trastes, Jisung cerró la llave del agua y alcanzó una toalla para secarse, tenía verduras bordadas en la parte inferior, Hyunjin la compró para la cocina porque parecía que los vegetales estaban bailando y eso, de alguna manera, había hecho que Changbin encontrara las calabazas y las zanahorias mil veces más divertidas.

Tenían una familia, un hogar, y Jisung amaba con todo su corazón a Hyunjin; si bien al principio fue una cuestión de circunstancias, tuvieron que lidiar con mucho enojo de parte de ambos ante la situación que les había obligado casarse, eso nunca impidió que Jisung desarrollara amor por él. Porque lo amaba, claro que sí, amaba verlo dibujar con los niños, escucharlo reír mientras lo miraba con ojos como medias lunas, verlo bailar en la sala de estar con Chan en brazos, que fuera lo primero que oliera al despertar y lo último que viera al dormirse.

—Estaba pensando—habló en voz alta, comenzando a guardar la comida que quedó en el refrigerador mientras Hyunjin se adentraba a la cocina, mirándolo—Es una sugerencia, claro.

—Tus sugerencias suelen ser problemáticas—murmuró Hyunjin, dejando sobre la mesa lo que se supone era la tarea de Changbin antes de ir a abrazar a su esposo—Como cuando sugeriste comprar solamente un carrito con dos niños.

—Lo admito, no he tenido las mejores ideas—asintió el alfa, ganándose la risa de su esposo—Pero ésta la llevo pensando durante un buen rato.

Jisung guardó silencio durante unos segundos, esperando encontrar las palabras adecuadas para expresarle lo que quería, porque era más un deseo egoísta que nada. Y Hyunjin no presionó, simplemente se quedó ahí de pie mirándolo con una pequeña sonrisa, su aroma resultando un poco dulzón después de estar amargo gran parte del día.

Era tan hermoso que Jisung difícilmente podría hacer poco para tenerlo feliz, él simplemente arrodillaría al mundo si Hyunjin se lo pedía porque, a pesar de todo, lo amaba. Era su esposo, su mejor amigo, era esa parte de sí mismo que le complementaba a pesar de las circunstancias que les obligaron a unirse y a veces tenerlo a un lado no era suficiente. Llámalo instinto, su lado animal haciendo que sus colmillos picaran por salir y a saliva se espesara en su lengua, lo que fuera, pero Jisung lo necesitaba.

Pastel de Cereza.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora