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Tu papel es el de ser esa mujer que él se cansó de ver que ya no toca más, que ya no quiere más EN CAMBIO YOOOO TENGO SUS NOCHES Y SU PASIÓOOON, SUS FANTASIAS Y SU OBSESIÓN AUNQUE TE DUELAAAAA SOOOOOOY LA QUE EN TU CAMA PROBÓ SU AMOR, TU ERES RUTINA POR ESO YOOOOO PREFIERO SER SU AMANTEEEE

hace tiempo que no hacía mis edits piteros en paint sjsjsjs perdón por mi concierto anterior, es que la rola queda jeje

Que no se pierda la costumbre de actualizar en la madrugada l._.l

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Han Jisung tenía una rutina arraigada después de siete años de casado y era que su alarma siempre debía sonar veinte minutos antes de la hora que usualmente necesitaría para hacer sus cosas. Debía ducharse mientras Hyunjin seguía durmiendo, apoderándose de su lado de la cama en compensación a la ausencia de su abrazo. Una vez que estaba cambiándose, era Hyunjin que seguía de ducharse mientras Jisung preparaba el desayuno; cuando su esposo estaba cambiándose, él iba y hacía a Changbin meterse al baño mientras le ayudaba a preparar su uniforme.

Era una rutina tranquila y Jisung estaba feliz con ella, su casa se llenaba de alegre sonido en las mañanas; los tarareos de Hyunjin mientras se preparaba, las quejas de Changbin y cómo Chan lo secundaba, conversaciones sobre quién iría por los niños con los abuelos en la tarde, cosas que hacían que Jisung amara la vida que formó después de tomar decisiones precipitadas.

Esa mañana era el cumpleaños de Changbin así que su alarma no necesitaba sonar tan temprano, trabajaría medio turno en la empresa y después alcanzaría a Hyunjin en casa de los abuelos, que se adelantaría para ir a organizar todo. A veces odiaba dejar a su esposo con la carga de dos niños tan enérgicos, pero sería más problema si era Jisung quien los cuidaba porque la mitad del tiempo cedía ante los caprichos de sus dos retoños.

Se despertó a la misma hora de siempre, fastidiado de no poder dormir al menos cinco minutos más, así que giró y enterró el rostro en el cuello de Hyunjin, suspirando su aroma mientras sus brazos se enroscaban alrededor de su cintura y lo atraían a su pecho, ganándose un débil suspiro del pelinegro.

Sembró pequeños besos en el costado de su cuello provocándole cosquillas, lo que hizo que el omega comenzara a sonreír de forma perezosa, girando en sus brazos hasta enterrar el rostro en su pecho, restregando la nariz y olisqueando su camisa hasta encontrarse a sí mismo ronroneando por el aroma.

—Buenos días—canturreó Jisung con los labios pegados a su cabello, sonriendo al escuchar el débil gruñido de su esposo—Tenemos veinte minutos antes de que Changbin venga a despertarnos—sus palabras hicieron reír a Hyunjin.

—Has hecho más con menos—admitió el omega, sus manos comenzando a tirar de la camisa de Jisung—Date prisa o se nos hará tarde.

Sus labios se encontraron, dándose la bienvenida y encajando con la misma perfección de dos pizas que fueron pulidas con insistencia hasta que pudieran embonar con la otra. No fue fácil cuando ni siquiera estaban enamorados del otro cuando se casaron, pero con el tiempo su amistad fue evolucionando hasta convertirse en amor.

O es lo que ambos querían creer si ignoraban el hecho de no estar marcados.

...

Cuando Minho entró a la oficina de Jisung esa mañana, lo recibió un olor completamente desconocido pero qué, al mismo tiempo, de alguna manera era familiar. Emanaba de Jisung, desde luego, mezclándose con el aroma a cuero y combustible pero de manera nada agradable para el omega, arrugando la nariz al percibir el pergamino.

Olía como a veces huele Seungmin después de largas reuniones, se queda impregnado en su ropa, alegando que las largas horas en los archiveros empolvados eran las peores. Minho solía lavarle la ropa y colgarla entre la suya para que su aroma se mezclara, como que tenía el impulso de hacer lo mismo por Jisung.

Pastel de Cereza.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora