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EL MOMENTO MÁS ESPERADO POR LA TELEVISIÓN NACIONAL, AUUUUUUUH jajsjsjs

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El sudor se deslizaba por su espina dorsal como una suave caricia, la música sonaba en sus oídos tan fuerte que le parecía difícil desglosar sus pensamientos como partes individuales de su cerebro y, por el contrario, se convertían en un manojo enredados que le hacía imposible saber qué era una idea y qué era una acción a ejecutar.

Se sentía pastoso y acalorado, teniendo que abanicarse continuamente, sonriendo de vez en cuando cuando algunos alfas se le quedaban viendo, sintiéndose seguro siempre que el brazo de Jisung se apretaba alrededor de su cintura y, de vez en cuando, le mostraba los dientes a cualquier otro desconocido que se acercaba demasiado a ellos como para darle una olfateada a las feromonas de Minho, porque vaya que estaba soltando feromonas.

Seungmin solía decirle que su aroma cuando estaba en celo se asemejaba mucho al licor de cereza, embriagante y dulce en partes iguales, con un ligero olor cremoso a rosas que, conforme el celo aumentaba, se volvía más predominante. Sin embargo, también decía que después de anudarlo olía a pastel de cereza recién horneado, un aroma mucho más cálido cuando se sentía saciado.

Minho no era consciente de su propio aroma en ocasiones, para él siempre eran cerezas sin llegar a separar todos esos matices que su prometido parecía notar. Pero sabía el efecto que causaba, jadeando cuando sentía la nariz de Jisung recorrer con la punta la piel de su cuello, atrayendo sus caderas, manteniendo el aroma a pino a su alrededor de tal manera que el bosque parecía arder en llamas intentando opacar la repugnante dulzura del propio aroma de Minho.

El omega echó la cabeza hacia atrás, cayendo sobre el hombro de Jisung, y jadeó cuando sintió el tirón en su vientre, el cuerpo del alfa tensándose detrás de él al igual que algunos alfas alrededor. Minho apretó los dientes con fuerza, sintiendo que las luces se volvían borrosas y su cabeza comenzaba a palpitar en un sordo dolor, la advertencia de su cuerpo de tener que irse ahora, su necesidad de llamar a cualquier alfa en la habitación.

—Suficiente fiesta hoy.

La voz de Jisung sonaba profunda, enviando escalofríos por su espina dorsal mientras lo apretaba con fuerza a su costado para sacarlo de aquel lugar en dirección a los ascensores. Minho agradeció el cambio de temperatura, obligando a sus pies a seguir el ritmo acelerado de Jisung, sintiendo que el sudor comenzaba a secarse en su frente y los colores parecían ser más nítidos.

—Minho, estás entrando en celo—, susurró Jisung mientras presionaba el botón del ascensor.

—Pensé que sólo era mi precalentamiento—, se excusó el omega con voz débil, sintiendo que sus piernas temblaban y se aferraba más fuerte a Jisung—. Se adelantó.

La mano del alfa acarició su espalda mientras Minho se giraba y enterraba la nariz en su cuello, suspirando al ser recibido por ese aroma a pino, tan puro al provenir directamente de la fuente que sentía la saliva espesarse en su boca, su respiración escapando en acelerados jadeos a través de sus labios que erizaban la piel de la garganta del alfa.

—Hueles tan bien—, se quejó, restregando el rostro en la glándula odorífera de Jisung hasta que su piel pareció ser cubierta por las cerezas—. Me gusta cómo hueles.

Jisung lo dirigió al interior del ascensor sin decir nada, manteniendo envuelto en sus brazos en un intento de opacar sus feromonas para que nadie notara que el omega estaba en celo, no era lo ideal que le llegará cuando estaban quedándose en un hotel, en especial porque el ambiente es desconocido para que el omega pudiera hacer un nido y no se sintiera hostil y amenazado.

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⏰ Última actualización: Sep 03 ⏰

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Pastel de Cereza.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora