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Por andar recomendado esta cosa, me veo obligada a actualizar -.- jsjsjs mentira, les tqm <3

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—Había olvidado cómo olíamos juntos.

Las palabras de Seungmin penetraron la somnolencia que nublaba el cerebro de Hyunjin, haciendo que el omega suspirara débilmente contra su pecho sonando más como un ronroneo que hizo al alfa acariciar su cabello. Echó la cabeza hacia atrás sólo para contemplarlo, encontrándolo con una expresión meditabunda mientras miraba fijamente el techo provocando que el estómago del pelinegro se retorciera.

—Chan huele a nosotros—recordó amablemente el omega, sin saber muy bien qué intentaba decir Seungmin con su comentario.

—No es como si pudiera pasar mucho tiempo con el niño—el alfa suspiró, cerrando los ojos con cansancio—Y huele más a Jisung que a mí.

Hyunjin se mordió la lengua antes de decir que es obvio ya que Jisung es su padre, volviendo a esconder su cabeza en el pecho desnudo del alfa, deseando empaparse de su aroma todo lo que pudiera antes de tener que deshacerse de él. Sentía la mano de Seungmin acariciar su espalda y cabello, dibujar patrones inexistentes en su piel desnuda con la yema de su dedo índice, un mapa que sólo él había aprendido y que mantenía oculto de Jisung para que no encontrará sus tesoros.

—De verdad creo que deberíamos dejar de vernos.

Tal declaración fue como un desgarro en el cielo, cada palabra cayendo con la fuerza de un misil en el corazón de Hyunjin, su omega a punto de lloriquear cuando entendió que su alfa lo estaba rechazando, no era lo suficiente bueno. Su lado omega se sentía desesperado, lloriqueando y deseando aferrarse a Seungmin para que no volviera a desaparecer.

Pero Hyunjin, oh se sentía liberado porque sabía que si Seungmin no era lo suficiente fuerte por los dos para terminar aquello, Hyunjin jamás lo dejaría. Incendiaría el mundo y a él con él, rompería todo lo que construyó con tal de mantenerlo a su lado.

—Acabas de decir que yo siempre seré tu omega—recordó con voz trémula.

Temía que si hablaba más alto el mundo comenzaría a desmoronarse y no sería lo suficiente rápido para ponerse a salvo. Channie seguía dormido en la habitación de Seungmin, pronto tenía que irse para que el niño no supiera donde durmieron, los vestigios de su aroma con el de Seungmin desaparecerían de esa habitación en cuestión de días y nada de lo que se atrevió a desear sería suyo.

—Y lo eres—asintió el alfa, presionando sus labios con suavidad contra la frente sudorosa de Hyunjin—Siempre serás mi omega, Hyunjin, pero tú amas a Jisung también y eso te está lastimando. No puedes tenernos a los dos.

— ¿Por qué no? ¿No he dado suficiente ya? —gruñó, incorporándose en la cama hasta quedar alzado sobre Hyunjin— ¿Acaso no renuncié a todo por él? ¿Por qué no puedo tenerte también?

—Odio la idea de compartirte con él, Hyunjin, no soporto que te toque o te bese, odio verlos juntos ¿crees que estoy bastante tranquilo cada vez que vienes sabiendo que al final regresas a él?

—No es que seas muy diferente, Seungmin, si siempre regresas a Minho.

Seungmin se rió, un sonido amargo y resentido que atravesó como cuchillas el pecho de Hyunjin, que sólo se quedó ahí viendo al alfa echarse sobre las almohadas mientras miraba fijamente el techo, uno de sus brazos cruzándose sobre su rostro hasta cubrir sus enrojecidos ojos.

Las marcas rosadas que Hyunjin regó por su cuello eran débiles, desaparecerían en cuestión de horas al igual que su aroma y volvería a ser el secreto a puerta cerrada como venía siendo en los últimos años.

Pastel de Cereza.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora