𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝑰𝑰𝑰

1.7K 188 17
                                    

—Te portas bien, y haces caso a todo lo que el tío Hobi dice, ¿Ok? –dejó un par de maletas en la cajuela de su auto y fue a cargar a su pequeña para darle un tierno beso esquimal.

—Sí, papito me portaré bien. –lo abrazó del cuello y dejó un beso en la mejilla de su padre.

—Cualquier cosa que pase o necesiten puedes llamarme o llamar a los de producción, te dejé el número en la nevera. –esta vez sus palabras iban dirigidas al mayor de cabello naranja.

—Tranquilo, cuidaré bien de Day. No tienes que preocuparte tanto. –El pelinaranja estaba aún lado de ellos. Despidiendo al azabache.

Taehyung bajó a su hija y se puso en cuclillas para quedar a su altura.

—Te voy a extrañar mucho, mi princesa.

—Y yo a ti papi. –Hizo un puchero mientras sus ojos comenzaban a cristalizarse. —¡No te vayas! –lo abrazó y comenzó a hipar en su cuello.

—Si mi niña me dice que no vaya supongo que tendré que quedarme. –Sonrió Mientras la abrazaba y la niña se separó con la cara roja y húmeda.

Lo miró con el ceño fruncido casi como si lo fuera a regañar. —¡Tienes que ir!

—Si sigues llorando no podré irme dejándote así.

La niña limpió sus lágrimas con su blusa blanca y estampado de Barbie. Dejó su rostro aún más rojo y sorbió su nariz.

—¡Ya no estoy llorando!

Taehyung sonrió, dejó un último beso en su frente y se incorporó de nuevo.

—Dejó en tus manos mi más valioso tesoro, así que espero que la cuides como si tu vida pendiera de ella. –Dijo con mirada fría a su amigo.

—Sabes que jamás dejaría que algo le pasará. –El pelinaranja giró los ojos por lo exagerado que su amigo estaba siendo.

—No faltes a tus clases y no olvides hacer tus tareas, ¿De acuerdo?. –dijo está mirando con cariño a su hija. Acarició su cabello azabache y dejó un beso sobre su cabeza. —Debo irme, amor. –miró ahora a su amigo con su semblante serio. —Estas advertido, Hoseok.

—Ya vete de una vez. –Dijo riendo, tomó la mano de la pequeña y Taehyung por fin subió al auto. Su hija y su amigo lo despidieron diciendo adiós con las manos.

Después que el auto estuvo fuera de su campo visual la niña miró al que consideraba su hermano mayor.

—¿Me preparas galletas mientras te ayudo contándote por qué el hombre nunca fue a la luna?

💫

—Si hace algo cuestionable tienes permiso para castigarlo. –Dijo el rubio mientras sacaba una maleta de su habitación esperando el taxi que había llamado.

—¡No es justo! Ya estoy grande, no necesito niñero. –Dijo el castaño aún molesto por no haber convencido a su tío de quedarse sólo.

—¿Te recuerdo lo de las cucarachas? –El menor se cruzó de brazos y se fue indignado a su habitación.

—¿Cucarachas? –preguntó un hombre mayor que el Rubio, tenía cabello negro, labios rosas regordetas, y era mucho más alto que él.

—Le dije que si se quedaba solo posiblemente a las dos semanas estaría infestado de cucarachas y desnutrido. –dijo sentándose en el sofá individual mientras esperaba el taxi.

—No creo que se infeste de cucarachas en dos semanas. –respondió tomando asiento en el sofá de alado.

—¿No? –el pelinegro negó.

𝐑𝐞𝐚𝐥𝐢𝐭𝐲 𝐝𝐞 𝐩𝐚𝐫𝐞𝐣𝐚𝐬 • 𝐓𝐚𝐞𝐊𝐨𝐨𝐤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora