BELOVED LADY

17

— ¡Nyahaha! Eso es lo que se merecen esos bobos al meterse con el gran Grim y sus secuaces — vitoreó el gato monstruo una vez se alejaron del jardín donde se celebraba la fiesta del no cumpleaños.

Parecía que su estado de ánimo no se veía afectado por el pesado collar que estaba en su cuello mientras saltaba de un lado a otro recordando el como con una palabra su contratista logró poner literalmente de rodillas a todos esos cobardes en la fiesta, incluyendo al tirano rojo; unque obviamente no notaba el estado sombrío en el que se encontraban sus acompañantes.

Kaira observó al trío y a sus collares, un suspiro pesado escapó de sus labios, estaba completamente agotada, no sólo por la escena que montó hace unos momentos sino también por la gran cantidad de magia que tuvo que liberar.

Deuce analizó a la pelirroja y su expresión, trataba de mantener ese rostro siempre relajado e indiferente que traía la mayor parte del tiempo, pero lo que transmitía sus ojos la delataba por completo, quería animarla como ella lo hizo con él cuando se quebró frente a ella, pero palabras no salian. Nunca fue bueno con las palabras o las emociones en sí y se sintió terriblemente frustrado de no poder brindarle un apoyo como el que su amiga le dio, pero quería demostrarle que el estaba allí para ella.

— estoy bien — murmuró con suavidad cuando sintió la mano de Deuce en su hombro, le ofreció una débil sonrisa mientras daba un ligero apretón en la misma — fue... Un día largo — empezó forzandose a hablar con normalidad y relamiendo sus labios de forma nerviosa. — tengo que resolver algunos asuntos, pero ustedes deberían ir a descansar a mi dormitorio.

Kaira dio una par de palmadas suaves en la espalda de Ace, quien se había mantenido en silencio desde que abandonaron el jardín y al cual no había podido descifrar debido a que su flequillo cubría la mayor parte de su rostro. Le entregó la caja con la tarta deshecha a Deuce y le pidió que la guardara en la nevera cuando volvieran y con una caricia cariñosa en la cabeza de Grim abandono el lugar a paso rápido.

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Su oreja se movió con inquietud al escuchar el sonido de un par de tacones avanzar rápidamente a través de los senderos del invernadero, lo primero que se le vino a la mente fue que el molesto líder de Pomefiore había irrumpido en su territorio, pero sus pasos y ritmo no se parecían a los del rubio, su mente maquinó y recordó a la única otra persona que usaría tacones altos y tuviera la confianza para entrar de esa forma al lugar, Kaira.

Bufo recordando que la chica le había dicho que iba a explorar el sitio de vez en cuando, lo cual no le parecía mal siempre y cuando no lo molestara, pero, ¿a quién en su sano juicio se le ocurriría explorar un lugar como ese en tacones ?

Volvió a acomodarse en su sitio en cuanto el ruido desapareció más que dispuesto para retomar su siesta de la tarde pero se levantó de un salto cuando sus sentidos le alertaron cuando sintió una fuerte fluctuación mágica dirigiéndose a la dirección en la que la chica fue.

— ughh —

Ese gruñido fastidiado fue su única respuestas antes de que a mala gana se levantara y empezara a buscar a la joven.

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Se esperó muchas cosas, pero ver a la pelirroja oculta entre las plantas de la zona tropical murmurando para sí como desquiciada "no llores, no llores" mientras un montón de hadas la rodeaban ofreciéndole desde flores a frutas para calmarla no era una de ellas.