"Aquellos ojos brillantes alrededor de miles de estrellas que te contemplan envidiosas de tu esencia mortal,
La poesía solo habla de ti,
De mí y sentimientos hacia ti, mi reina.
De mis grandes emociones cuando estoy contigo, todo parece funcionar muy bien.
No te escondas, que todas tus virtudes y manías son una presa fácil de mi enamoramiento repentino de mis largos años de amor vacío.
¡Querida Elina, que tu corazón siempre pueda elegirme a pesar de nuestras grandes diferencias!"
Si los otros dioses observaran los grandes sentimientos de Hades seguramente seguirían impidiendo que él entré al Olimpo. Al dios del inframundo le resbalaba, no le interesaba. Él y su reino estaban bien sin tener que esforzarse por caerle bien a todos, incluso con Perséfone. Realmente todos podrían irse al carajo, al Tártaro con más definición que a Hades le importaba muy poco lo que los otros creían y pensaban de sus actitudes. Nadie podría reírse en su cara porque el inframundo era tan grande, que sus muertos le tenían gran respeto y bajaban la mirada cuando lo veían deambular por el oscuro lugar. Todos los castigados por la eternidad, jamás se cansarían, ya habían perdido el sentido de la muerte y solo eran esclavos de los poderes y órdenes de Hades.
"Ya no necesito malgastar mi existencia,
Eres mi nuevo reino y mi mejor decisión.
¡Que el Hades tenga su nueva reina, si lo deseo desde mi corazón maltrecho y agotado!"
Porqué y qué eran las preguntas más frecuentes, aquellas que quiso ocultar con su trabajo como dios, gobernador, rey y más actitud de castigador con gran justicia sobre sus pecadores y esclavos mortales que burlaron su reputación. Hades estaba feliz, nunca sintió semejante grandeza con una joven como Elina.
"Sé mi nueva victoria,
Te quiero,
Te necesito, mi futura prometida
Permite que este viejo castigador pueda favorecer de todas tus sonrisas"
El amor y la soledad eran dos emociones frecuentes en Hades, estaba cegado por lo que la diosa Afrodita había decidido darle una oportunidad. Aunque esperaba que la decisión final sea de Elina, no obligaría a su querida humana a doblarse por ambos mundos. Ella era capaz de gobernar y vivir en estos sin presiones, solo el compromiso de ser completamente inmortal pero con su esencia humana, era posible, si Dionisio fue un semidiós y ahora era el dios del vino. Un borracho con conciencia de grandeza y poder.
"Mi linda mortal,
Acepta mi propuesta como el latir de mi corazón verte por primera vez,
Y por milésimas oportunidades ocupando un trono digno de ti"
¿Quién se atrevería a rimar sentimientos dormidos en unos días de conocer a otra persona? Hades era suficientemente sensible pero roedor de castigo y labor. Era auténtico, algunos preferían la certeza y semejanza de Zeus, ¿quién era ese dios del rayo que solo sabía traicionar a sus pares y engendrar a miles de niños, a pesar de estar casado con la diosa del matrimonio? Ese sí era un dilema, que Hades le asqueaba tener que vincularse con su hermano. Al menos, aquel Zeus lo liberó del estómago, cuando el titán Cronos lo tragó al nacer. Fue solo una ventaja, una oportunidad, una acción de compasión y fraternidad, ahora solo los separaba la ambición y la infidelidad.
Odiaba a los dioses.
Odiaba al Olimpo.
Pero, ¡Oh que amar era lo más bonito y podía hacerlo...más puro de corazón!
(...)
¿Cuál era el misterio de Hades? Se preguntaba Elina en cada momento que se veían o se escribían. Ella aprendió a percibir, le costaba muchísimo descubrir a este hombre. Si sentía cierta incertidumbre de su pasado que él revelaba como el rey del inframundo griego, cansado de gobernar y enamorado de ella. Todavía hay cosas que no le cierran.
"¿Quién eres, en realidad?
¿Qué es tu secreto?
Pareces frío y helado como hielo ante mis ojos,
Pero te desenvuelves en mis brazos,
Te acurrucas sobre mi pecho y mi corazón"
Elina pensaba que lo mejor sería ser más prudente con estas salidas con Hades que no iban a dejar que sus pensamientos se detengan. Le temblaba el alma. Respiró. Respiró.
"Me causas un temblor por completo,
La incertidumbre de tus extrañas formas de hablar.
Tus historias me parecen una alegoría de tu miedo de enamorarte de verdad.
Soy prudente, no acelerada"
Aunque él más hablara de lo griego, de su reino, de sus hazañas y el rencor a sus hermanos y familia sentía que estaba inventándose una historia como su vida más ficcional, ¿por qué? ¿es que no confiaba en ella? Elina estaba volviéndose inestable. En el cuarto, recostada en la cama, suspirando entre sus idas y vueltas a su cabeza, lo que realmente sentía por Hades...¿Lo quería? ¿Qué sentía por él?
"Todo el misterio que no podré saber,
Espero que tú puedas revelarme todos tus dragones,
Hablarme de verdad con la verdad."
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Ovillos de fuego y cenizas
FantasíaHades sale del confort del inframundo aquel reino que gobernó durante milenios, ya nada era divertido. El amor de su vida, Perséfone, le recuerda que ya nada es igual, que ellos cambiaron, que cosas pasaron y duda que su significado haya muerto en t...