Cinco.

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El sonido de las hojas de los arboles menearse, el pasto, los arbustos, las flores, todo estaba muy tranquilo, el cielo despejado junto con el sol que iluminaba con tanta alegria, sería un buen dia penso quackity antes de levantarse, o, eso eso creía.

—CABROOON, DEVUÉLVEME A MI TENTA CULOS.

y si, ahí estaba, quackity, corriendo como si no hubiera un mañana; como era de esperar, rubius estafo al pelinegro y como este se dio cuenta, destruyo una parte de la casa del rubio.

—ESTO ES POR MI CASA TONTITO.—le grito rubius a quackity.

El mencionado maldecía mientras seguía corriendo, su actividad física s
no era muy buena que digamos por lo que después de unos dos minutos ya se estaba agotando más y más.

Por el otro lado Rubius tampoco le venía bien correr, pero cuando se trata de vengarse y de esas cosas, lo daba todo.

Quackity ya no pudo más y se cayó de cara cansado.

—TENTA CULOS.—grito sollozando sobre el cesped.

Fue en vano toda ese esfuerzo de recuperarlo, no podía seguir corriendo más, a menos que quisiera que se desmayara.

—Pues no me sorprende mucho viniendo de él la verdad.— Escucho una voz al lado de el.

Quejandose levanto su rostro del césped y miro al proveniente del comentario.

—Lolito~

—Joe'r que se te ve mal eh,por ese pato.— dice el colorin.

—No es cualquier pato, es tentaculos.— responde exagerando su perdida.

—Lindo nombre.— dice lolito.

—Es hermoso.— quackity cierra los ojos y se toca el pecho.

—Eh, vale.—levanta una ceja el de pelo largo.

El pelinegro abre sus ojos y suspira.

—¿Que te trae por aquí?

-
—La verda' es que pense que habia un maratón o algo, porque los ví correr tu y rubius con unas ganas.—silvó impresionado.— Pero solo pasaba por aquí, fue coincidencia que nos encontraramos.

—Tienes razón, nunca habia corrido tanto, todo por culpa de ese pendejo.— Quackity toco su frente frustrado y procedió a levantarse.—¿Te han pasado estás cosas a ti Lolito?— pregunto.

—Uff, si supieras cuantas.—El colorín movio su cabeza de un lado a otro suspirando.

—¿Entonces porque casí nunca te escucho quejandote?.— ladea la cabeza el pelinegro.

—Con el tiempo me acostumbré, además, se como son los demás y se sus puntos débiles, por lo que puede contratacar fácilmente.— dice.

—hm, ajá, ajá, me interesa.- asiente quackity.— Algún dia te pediré algo de ayuda entonces.

—Claro, pero acuerda que en la vida nada es gratis.— le sonrie Lolito.

—Pues claro que lo sé lolito, vengo de un lugar muy muy malo.— le dice el pelinegro.

—¿Si?, yo pense que eras de esos niños mimados.– Cuestiona el colorín.

—Que no.— dice el menor.—anyways.— le resta importancia.—¿Tu?, ¿de donde eras antes de venir al pueblo?

el contrario piensa por unos minutos antes de hablar.

—La verda' no se, solo recuerdo cuando llegué aquí.-

¡LUZUU! #luckityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora