Diez.

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—¿Te haz enterado del tipo extraño que encontraron caminado alrededor de los puestos?

— ¿Pero es normal, no?, ya que estamos en un festival y hay muchas personas.

—En parte si, pero lo raro que este se hace llamar un Dios.

Quackity ríe.— Ese si que está criko Fargan, quizás bebió mucho.

—Dijimos lo mismo con los demás integrantes, pero tiene unos tatuajes que parece de otro idioma.

—Nah pues cualquiera podría tatuarse cualquier pendejada.

— Podría ser, además dijo que se llama Sapo peta.

—Que nombre tan cabrón, ¿y donde está?

—En la comisaría con Vegetta y un oficial, ya que los demás están cuidando los alrededores del pueblo.

—A ver,  vayamos a ver a ese pendejo criko, veamos si es tan dios como dice.— el pelinegro se levanta y bota el palo del algodón de azúcar en un basurero.

—¿Te imaginas que de verdad sea uno?— sonríe el castaño.–Fuah chaval, yo le pediría que me diera esa de la buena.

—De paso compartes.— Ríe quackity.

— ¿Que cosas dices Quackity?, no me lo esperaba de ti, que decepcionado estoy.— dice Fargan fingiendo asombro.

— Mira quien lo dice, un cabrón que se mete en problemas veinticuatro siete.— rueda los ojos el pelinegro.

— Eso es tiene explicación.

—¿Eso crees?

El contrario lo observa con los ojos entrecerrados.

—hmm, o vaya Quackity, se nos hace tarde, rápido que se te acaba el descanso.

—Si serás...— susurra el menor y prosigue a ir detrás de él.



— No lo se, yo solo lo encontré por ahí en el bosque.

—¿Nadie se encontraba junto a el?

—No, nadie.

—Deberíamos dejarlo en la comisaría mientras que llega Merlon.— habla el ojimorado con un oficial, este asiente y se retira.

Después de unos minutos, Vegetta escucho la puerta abrirse.

— ¡Vegetta!, ¿como va todo por aquí?— dice fargan mientras lo abraza feliz.

— Como ves tío, nada aún.— suspira.

—¿y donde está el viejo crikoso?— dice está vez quackity.

—Adentro, en una oficina, intente hablar con el pero sigue repitiendo lo mismo.— Vegetta se masajea su cien.

—¿Que dice?— pregunta Fargan.

— Que proviene de otro mundo o algo así y que es una clase de Dios que llego con una misión.— explica el de camiseta negra.

— Bastante extraño la verdad.— piensa el castaño.

—VEGETTA.— se escucha un medio grito en la entrada de la comisaria, proveniente de Rubius y detrás de el se encuentra Alexby y Willy.

—Doblas, no alces mucho la voz.

— ¿Quien es el que se fumo de la buena?—ignorando lo que dijo Vegetta, el albino se aproxima a ellos para preguntarles.

— Lo mismo dije yo.— sonríe Quackity mirando a Rubius.

¡LUZUU! #luckityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora