¡LUZUU! #luckity

fin.

— Obviamente todos nos equivocamos quackity.— dijo luzu sin dejar de verlo.—  pero ¿sabes?, habrá muchas veces en el que uno estará equivocado y todos los demás en lo correcto, pero cuando eso ocurre, uno tiene que adaptarse, aunque en otras ocasiones uno se encontrará firme sin dejar su posición, uno desea el coraje de admitir su error, pero este nunca aparece y es ahí cuando uno se estanca y no sabe el porque, pero aún así siente que si cede a la presión de su alrededor provocara que uno pierda, y nadie quiere perder en está batalla, ¿no?— río sarcástico.— La forma de pensar del ser humano es tan sencilla, predecible e inútil, con tan solo ver tu expresión puedo leerte fácilmente.

quackity apretó su mandíbula.

— Eres un maldito imbécil, estás loco.

— Pero aún así, aún así sabiendo desde el principio que yo estaba loco, confiaste en mí y caíste tan rápido sin que yo hiciera algún esfuerzo.— respondió sin dudar el de ojos rojos.

El más bajo lo miraba con una expresión sorprendida, pero no era simplemente sorpresa, era una expresión de dolor y tristeza, ¿Como todo tuvo que terminar así?

                                   
                             

     ******

Luzu no se sentía para nada bien, su cuerpo se sentía pesado, más pesado que las veces anteriores en el que colapso, su cabeza dolía, sentía miles de agujas incrustarse en su cráneo, le dolía, era un dolor horrible, con suerte podía respirar.

Pero ahí estaba nuevamente, escuchando esa voz, esa voz que lo atormenta tanto.

—Lo hice por su bien.

Oh, no, claro que no, lo hiciste por TU bien.

— No, no, te equivocas lo hice por él, desde el comienzo, siempre lo protegí.

¿De quién?, ¿De quienes?

—Todos, todos no son de fiar.

Tú eres parte de ese "todo"

—No, no, no, yo solo quiero que este bien y tenga una vida lejos de los problemas.

Pero le acabas de poner en frente un gran problema.

—¿Cual?

Tú.

—¿Yo?

Tú eres el problema aquí, siempre lo fuiste, desde el principio.

—Cállate, fue suficiente .

Eres un problema tan grande que haces que haya una balanza entre el bien y el mal en el pueblo.

— ¡Dejame en paz!, ¡sal!, ¡vete de mi cabeza!— gritaba pateando desesperado todo de su habitación, a la vez golpeaba su cabeza una y otra vez.

No me iré a ningún lado, porqué soy tú.

—No...—  dijo entre suspiros, no podía controlar bien su respiración.— No lo eres... no.

Soy tu enojo, tu desesperación, tristeza,  rencor que siempre has ocultado desde el principio, siempre estuve aquí, siempre estuve contigo, solo era cosa de esperar a que algo te hiciera recordarme, y ese algo fue él.

...

Lo odiaste desde el primer día que lo conociste, te desagradaba tanto que solo querías borrarlo del pueblo, de hecho, lo intentaste, pero fue un total fracaso, porque cada persona que se acercaba a él, él lo cambiaba, por lo que no pudiste hacerlo por las buenas así que solo optaste por las malas, no fui yo quien apareció solo de la nada, tu me llamaste.