Capítulo 13

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Habían pasado las horas y los dos se habían dormido, Iván mirando al techo, boca arriba, mientras que Sofía estaba boca abajo acostada en su pecho, ya en un profundo sueño debido a las caricias en el cabello del joven streamer.

Ya se había hecho el día siguiente y la pequeña Sofía había despertado totalmente sola.

Lo único que pudo hacer fue pronunciar el nombre de su amado esperando a que esté respondiera desde alguna parte de la habitación.

-¡Iván!- decía ella, pero se comenzaba a asustar debido a que esté no contestaba.

La rubia se tranquilizó y simplemente pensó que podría estar en la cocina, en el cuarto de Tomás, Matías o Thiago, en el baño o simplemente en cualquier otra parte de la casa.

Se levantó y aparentemente todos seguían profundamente dormidos, el único sonido que abundaba en ese lugar era el del silencio y el de los pies descalzos de la rubia caminando por el piso de la cocina, tenía miedo, la casa era espaciosa y no sabía que se podría encontrar en medio de la oscuridad, su corazón latía fuertemente y se sentía totalmente desprotegida sin el chico a su lado, las últimas semanas que estuvieron juntos se había acostumbrado a no dormirse sola.

-¿Iván?...- tartamudeaba ella en un susurro, aunque la voz le saliera entre cortada debido al miedo que tenía.

Sofía entró a la cocina, y fue ahí cuando lo vio, parado, apoyado contra la mesada de la cocina mirando fijamente al piso con los ojos rojos y abiertos como platos.

-Iván- tartamudeó vagamente otra vez, al haber percibido que todos seguían dormidos y no había ni una sola luz en la ventana, podía darse cuenta de que eran altas horas de la madrugada, pero no las suficientes como para que salga el sol.

Cuando la chica entro a la cocina y se sostuvo con el marco de la puerta, el chico solo levantó la cabeza con un leve movimiento y se le quedó mirando fijamente a los ojos sin pronunciar ni una palabra.

Tenía miedo, es verdad, pero a fin de cuentas, aunque estuviera sonámbulo, soñando con los ojos despiertos o medio dormido, seguía siendo él, Iván Buhajeruk, la persona que siempre la hacía sentir bien, y en este preciso momento, estaba necesitando sentirse protegida, así que solo se acercó lentamente al principio y se abalanzó a sus brazos para rodear su cuello y esperar ser correspondida por el chico.

Al instante en el que sus cuerpos hicieron contacto, el chico solo la empujó con una mano y la apartó de él con lo que parecía ser miedo, rechazo y un poco de odio.

Los ojos de la chica se cristalizaron

-¿Que es lo que pasa? ¿Hice algo malo?- preguntaba, ya que no entendía el porqué de las acciones de el ya nombrado.

Nuevamente, él no fue capaz de responder ni una sola palabra, solo se la quedó mirando a los ojos fijamente, en la misma posición que al inicio y sin haber pestañado durante minutos.

Empezó a reír de nerviosismo, no entendía porqué se estaba comportando de una forma tan extraña, lo único que sabía es que eran aproximadamente las dos de la mañana y lo que estaba frente a sus ojos le parecía sumamente espeluznante, tanto que su sangre se volvió helada, comenzó a tener frío y las lágrimas se acercaban a sus ojos.

-Iván, ¿estás bien?- preguntó la chica haciendo un cuarto intento de que el chico soltase algo por la boca, pero solo conseguía lo mismo de antes, que siga en la misma posición, con los ojos abiertos e irritados, sin pestañear ni una sola vez y sin reacción aparente.

El miedo comenzó a invadir el cuerpo de Sofía, no sabía que hacer, en este tipo de situaciones ella correría a esconderse en los brazos de su amado Iván, pero esta vez, él mismo era la causa de su incomodidad, tanto que las lágrimas comenzaron a caer y su cuerpo comenzó a temblar.

Iván y Sofía solían ser muy unidos y empáticos uno con el otro, siempre que Sofía se sentía triste, la primera reacción de Iván era consolarla y sentirse mal por ella, pero esta vez, el chico no parecía sentir absolutamente nada, cómo si todas las emociones que ellos en algún momento sintieron se hubiesen esfumado, parecía algo parecido a un muñeco de trapo, sin contar que cuando Sofía dió el abrazo no correspondido, sintió su piel fría, erizada, y no fue capaz de escuchar los latidos de su corazón.

¿Quién sos y dónde está Iván?

Era lo único que ella quisiese saber, ya no podía más con el llanto, tanto así que salió corriendo hacia la habitación de su hermano, pero al salir de la cocina parecía haber tenido una perdida de memoria u orientación, Sofía no sabía para donde ir.

Solo veía un pasillo con demasiadas habitaciones, y no tenía ni idea de a cuál entrar.

Cuando finalmente pudo orientarse y entrar a la que en suposición era la habitación de Tomás, solo pudo apreciar a sus hermanos mayores junto a Rodrigo en la misma situación en la que se encontraba el alto chico.

Todos la miraban fijamente a los ojos, con esos globos oculares cansados y rojos debido a la irritación de no parpadear durante lo que parecían ser horas.

La pobre chica estaba inundada dentro del miedo, no sabía porqué razón sus amigos estaban así, solo sabía que esto parecía ser una pesadilla de la cuál quería despertar.

...

Y al parecer había resultado serlo, cuando de un parpadeo se despertó cansada y con lágrimas en los ojos encima del pecho de su crush.

-Buenos días- dijo Iván acariciando su cabeza, pero su rostro cambio al ver a la chica llorando.

El Amigo De Mi Hermano [Spreen y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora