𝗢𝗡𝗘 𝗦𝗛𝗢𝗧𝗦. - 𝗃𝖺𝗆𝗂𝖾 𝖼𝖺𝗆𝗉𝖻𝖾𝗅𝗅 𝖻𝗈𝗐𝖾𝗋.

› 𝗽𝗮𝗿𝘁 · six.

         ・・ ✧ ❛  𝙈i jefe.❜ ✧ ・・

Eran aproximadamente las ocho y media de la mañana y sabías quién estaba por llegar. Era demasiado puntual cada día, las demás chicas del edificio también lo sabían a la perfección. Habían memorizado cada paso de él porque jamás le quitaban la vista de encima. Se acomodaban el cabello cuando estaba a punto de pasar con ese andar tan llamativo y él tenía en mente que podría llegar a robar miradas pero era tan indiferente a esas señales, tenía la amabilidad de saludar a cada una y luego seguía su camino.

Un cierto nerviosismo subió por tu cuerpo y acomodaste tu falda apretada de trabajo un poco más arriba de lo habitual, el día de hoy te habías hecho un estilo de maquillaje diferente. Eso te había dado un toque tan erótico que recibiste más miradas de lo normal dentro del edificio, pero tú intención era robar la mirada de otro jóven que rápidamente visualizaste a lo lejos cuando entró al lugar.

Cuzaron miradas y lo atendiste cómo era costumbre. Ciertamente notó algo diferente en tí, pudiste notar como te observó de pies a cabeza pero no le dió muchas vueltas, lo único que recibiste de él fué un "Buenos días, t/n" acompañado de esa sonrisa tan gentil que enseñaba cada día, esa misma que te hacía sentir pequeñas maripositas rodeando tu estómago.

Estuviste demasiado nerviosa como para lograr coquetearle.

Él era un hombre tan interesante a simple vista, tan guapo que siempre deseaste conocerlo más allá del trabajo, te hubiese gustado que él te viera como algo más que su secretaria pero era muy complicado para tí, entonces solo mantuvieron esa relación profesional, nunca notó si lo estabas mirando mientras hacía algo tan simple que lo hiciera ver atractivo y tú tampoco te diste cuenta si él se llegó a voltear para verte en alguna ocasión.

Le oíste pronunciar tu nombre a través del teléfono e inmediatamente lo atendiste, necesitaba un par de documentos que solo tú cómo la persona de confianza que eras para él, sabía de su existencia.

Te dedicaste a buscar por los cajones de tu oficina tan concentrada que prácticamente no le oíste adentrarse en tu oficina.

Seguías buscando con determinación y sin que lo descubras, él mantuvo sus ojos puestos en tu falda posicionada más arriba de tus muslos, dejando a la vista de cualquiera la fina y roja braga que traías puesta que simplemente no pudo evitarlo, lucías tan bien agachada de esa forma, quedó casi que hipnotizado observando cada movimiento tuyo, pero claro, tú jamás hubieses pensando que él estaría allí, detrás de tí, solo viéndote cómo mostrabas de más.

El pasó su pulgar por el labio inferior y cuando salió de sus pensamientos, carraspeó la garganta haciéndote pegar un ligero brinco, volteandote para encontrarte con su figura.

"Discúlpeme, no logré encontrarlos en mi oficina, señor." Nuevamente te lanzó una mirada analizándote de pies a cabeza, tú respondiste a eso bajando la mirada con timidez.

"Olvidé por completo que yo los tenía, discúlpame a mí." Respondió.

Solo asentiste, levantando la vista para ahora sí encontrarte con la suya que se mantuvo fija en tí durante los últimos segundos. No sabías porqué razón te observaba así, pero eso causó una cierta tensión en la habitación.

En ese momento el se dió cuenta de que notaste la manera en que te miraba y te manifestó sus pensamientos, hoy te veías mucho mejor y quiso hacértelo saber con un elogio sincero que te hizo sentir como si te derritieras al oírlo, en serio no sabías cómo te mantenías para no lanzarte hacia su cuerpo y besarlo desenfrenadamente, eso era lo único que deseabas desde que lo viste hace un minuto.

Hubo un acercamiento por parte de él y tú repetiste su acción, la tensión solo había aumentado y deseaste que él mismo la rompiera, tomándote de alguna manera para comenzar a besarte con desenfreno.