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—Ay wey... —Despertó el pez payaso, tratando de apreciar el entorno; no había nada más que blanco.— ¡no mames, nos morimos!

—Sé que es una tragedia y todo pero, dijeron "arriba los jotos" ¡y que volamos! ¡JAJAJA!

—¡JAJAJA!... No creo que para el cielo, aunque —dio otro vistazo— no parece el infierno.

—¿Es nuestro castigo?

—"¿Fingir que somos amiiigos?" —semi-cantó.

—¡JAJA! ¡no! Digo del hecho de que ahora vivimos en un vacío en el que ya no tenemos propósito de existir ni necesidades terrenales que atender. Y por tanto, estamos condenados a vivir en un estado constante de "¿Y ahora qué?"

—...A veces no sé si me gustas o me asustas.

—¡No mames, lo dijiste!

—Jeje, sí, bueno, ¿qué tengo que perder ahora?

—"Ya se había tardado, compadre", ¡Bendecido día, JOvenciTOS! —aparecí, dejándolos más tiesos de lo que ya estaban— "No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios"- yyyy, blah, blah, blah, ehh... Justicia para la Pepo.

—¿De verdad eres Dios? —preguntó Gill.

—Dios, Dios Padre, Padre, Dios Hijo, Dios Espíritu Santo, Señor, Señor Jesucristo, Jesucristo, Cristo, Cristo Rey, Todopoderoso, Jesús, Yisus, en fin, llámenme como quieran.

—Señor Jesucristo, ¿dónde estamos? —cuestionó Marlin.

—Sólo te diré que no en el cielo, ni el infierno, ni el limbo, ni el purgatorio.

—¿Y por qué no estamos en el infierno si pecamos?

—¡Ubícate mi anfibio!, ¡los animales no pecan!

—...¿Ah, no?

—Bueno, sí pueden hacer lo que es considerado pecado, pero no son castigados porque el plan de salvación es sólo para los humanos.

—Eso explica porque había pasajes que decían "personas", "hombre", "varón" y "mujer".—comprendió el analista.

—¡Le atinaaaaste!

—¡Ahuevo! ¡Ya decía yo que no eran errores de lenguaje!

—...Señor, una pregunta, ¿por qué nos sabemos referencias a la cultura popular?

—¿Recuerdan lo que dice Hechos 4:2 de "Todos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba habilidad para expresarse"? Pues eso, pero con el lenguaje de los jóvenes de hoy en día.

—Ohh, ya.

—Seh. Y si les preocupaba tener una larga vida por delante, es de mi agrado informarles, que hoy es el día del juicio.

—¡¿CÓMO?!

—¿No oyeron a Angelo al principio? ¡Cristo viene! Osea, ¡yo vengo!, Más bien, ¡ya vine!, de hecho, está pasando el arrebato mientras hablamos.

—¡Wow!, sí que está en todo, Señor.

—Omnipresencia, claro que sí.

Y las criaturas de la creación empezaron a aparecer.

El Pescado del Pecado (Marlin X Gill)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora