El Pescado del Pecado (Marlin X Gill)

IX

—¿Gill?

—¿Mande?

—Si la vida te derrota, ¿qué hay que hacer?

—¡No tengo idea!

—¡Yo sí!, ¡NADAREMOS!

Y salieron disparados sin rumbo fijo. Mientras no los vieran, no los alcanzaran, y pasaran por lugares que no reconocían, todo estaba bien. No miraron atrás, no había tiempo. No pensaban en nada más que en huir del lugar que alguna vez fue su hogar, con los que alguna vez fueron sus vecinos. Ese arrecife ya no era ni una cosa ni la otra. Después de un rato, lograron esconderse en una fosa no muy profunda.

—¡Ahhh!, pero ahí nos dicen "Amen a sus enemigos, rueguen por sus perseguidores" —rezongó Marlin.

—Eh, yo digo que un día de estos se le olvida.

—Cabro, ese wey se sabe sus 16 nombres y probablemente la Biblia completa ¡No creo que se le vaya a olvidar!

—Ahh, cierto. Yo digo que nos cambiemos los nombres y nos vayamos a Tijuana, ¿Tú qué dices?

—Ahhh, no lo sé, no lo veo muy viable, tal vez porque, ¡¿No sabemos si podremos sobrevivir en otro ecosistema?! —expuso intranquilo.

—Bueno, no es como que aquí vivamos mucho.

—Ehh... sí, es verdad.

—...Si yo fuera el último vivo en el planeta, ¿estarías conmigo? —preguntó, como en los viejos tiempos en los que se hacían preguntas randoms.

—Si fueras el último vivo en el planeta, yo estaría muerto.

—¡Ahhh!,¡no mames sí!

—Pero sería tu muerto... ¡Ay, no, no, no, no, no, eso sonó super necrofílico!

—Ni para ligar servimos ¡JAJA!

—¡JAJA! Damos asco.

—¡Sí, que dan asco! —dijo con repulsión quien menos querían ver. Trataron de escapar, pero los ahora extraños los sujetaron. Angelo se acercó con una mirada indescifrable, elevando el afilado objeto.— Larga... vida... ¡al gay!

"Martin" hizo una mueca de confusión

—¿Es una referencia? porque no la entiendo.

—Non ci posso credere.

—¡La tuya por si acaso! —expresó el otro.

—¿Te sabes media cultura popular latina, ¡pero no te sabes una referencia al Rey León!?

—¡Sí! Aunque, ahora que lo mencion-

...Y no vivieron felices por siempre. ¡Fin!

...

¡Ahhh!, ¡creíste que era el fin! ¡pero era yo, Dios!