XI

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—Pablo, ¿por qué no estamos vivos? —preguntó Hank.

—"Náufragos, somos náufragos" —cantó nuestra querida cirujana azul.

—No lo sé, pero sí sé que, como dice Segunda Timoteo 4:7: "He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, me he mantenido en la fe". —manifestó sereno, hasta que vio al par de mojarros gays— ¡Oigan! ¡¿Ustedes qué hacen aquí, pescados pecaminosos?!

—¡A veeeer, no, no, no, no! El que esté libre de pecado, que arroje la primera piedra.

—¡¡Mi Señor!! ¡Bendito sea en las alturas! No es por cuestionarlo, ¿Pero de qué habla?

—Veamos, ya que el plan de salvación no era tan de salvación, ofreciste una falsa redención. Luego, asumiste un puesto de mando, adoctrinaste a una gran población, y mataste no a uno, ¡sino a tres peces por ser homosexuales! ¿Eso no te suena algo pecaminoso?

—Obedecí al pie de la letra su palabra, ¿No fui un excelente líder religioso?

—¡Por todos los cielos Pablo, claro que no! ¡En ninguna parte de la Biblia decía que tenías que hacer un régimen autoritario religioso que opta por la fuerza y violencia cuando hay diferencia de ideas! ¡Así que ahora, pagarás por tus acciones!

—...¡¿SCUSI?!

"El que obra injustamente recibirá el pago que corresponde, ¡cualquiera sea su condición!" —la antes divina y carismática voz se transformó en una siniestra.

—¡¡NOOOO!! ¡¡POR FAVOR SEÑOR, SE LO PIDO, SE LO IMPLORO, SE LO RUEGO, MI SEÑOR!! ¡¡NO ME LLEVE AL INFIERNOOOO!! ¡¡NO CON-

"Y fue lanzado fuera del gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, ¡el cual engaña al mundo entero!; fue arrojado a la Tierra..."

—¡¡PORFA-

—¡Tranquiii! No te puedo mandar al infierno por tu especie, ¡pero de esta no sales libre!, ¿eh?, te pasaste de burger, y uno como Dios de justicia no se puede quedar así sin hacer nada.

—¡Bueno, pero no asuste!

—Perdón, se me sale lo Antiguo Testamento.

—Entonces, ¿sí fui un gran líder religioso?

—¡Jaja! No.

Hubo un incómodo silencio entre nosotros.

—¿Y ahora qué? —inquirió Marlin.

—No lo sé, ¿Me acompañan al infierno?

—¡¿QUÉ?! —exclamaron todos.

—¡Sí! es que, hoy toca cenar con los apóstoles mientras Da Vinci nos hace un cuadro bien chingón, y pues tenemos que recoger a Judas.

—¡Ahhhh!

—Sí, claro —accedió no Martin.

—Yo digo que simón —se sumó Gill.

—¿Nosotros qué?

—Ustedes nada, Simón Pedro y Simón el cananeo. ¡Andando pues! ¡El último en llegar es gay!

—¡Y si son gays, son heteroooos! —gritó una voz conocida desde lejos.

—¡¿CHUCKLES?!

—¡Quiuboles!

—¡No mames, Chuckles! ¡¿qué te pasó?!

—Los municipales 'manitos, los municipales.

Sea cortés, ande con cuidado, ¡edúquese! lo más que pueda, respete para que lo respeten, y que yo los ampare, ¡hasta el próximo día y muchas gracias!

El Pescado del Pecado (Marlin X Gill)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora