Reencuentro

340 40 0
                                    

Pov Ella

Es de madrugada, estoy en el puerto viendo que barco va hacia la isla que quiero ir, hoy voy vestida como "Florio" un joven pelirrojo de 17 años que quiere irse de casa, tiene nariz chata, pecas y ojos redondos color miel, mide poco mas de 1.60; observo y me doy cuenta que el único transporte que va a donde quiero es un viejo barco pesquero, que es muy familiar para mí.

- ¡Hey! ¡chicos! ¿pueden dejarme ir con ustedes?

+ No llevamos pasajeros

- Por favor, déjenme ir con ustedes, puedo trabajar mientras llegamos a la otra isla, incluso puedo pagarles

+ No, es demasiado trabajo cargar con mocosos

× Jefe déjelo ir con nosotros, nos falta algo de mano de obra,  dos mas renunciaron esta mañana.

+ [suspiro] ¡Maldición!, pero tu te encargas de el kenda

- ¡Gracias!

Subí al ya conocido y destartalado barco, no me molesta viajar con ellos, de hecho quería saber que tal les había ido en estos años y al parecer no les va muy bien, para empezar veo menos personas que antes, el estado estructural del barco tampoco es bueno, y la cara de cada uno de los tripulantes dice "otro jodido día mas" 

× No te preocupes, el jefe esta muy estresado, nos ha ido muy mal desde hace un año y desde hace unas semanas la gente empezó a irse, solo quedamos unos pocos que aun quieren trabajar en este barco

- ya veo 

× Entonces ¡a trabajar! que el que no trabaja no come 

- ¡Manos a la obra entonces! 

× ¡Así se habla chico! 

Comencé a trabajar como me dijo Kenda, subir provisiones,  acomodar las redes, clasificar la carnada; poco después el barco zarpó y me mandaron a fregar los pisos, a fin de cuentas solo voy de arrimado, era obvio que me mandarían a hacer eso. 

× Toma chico, descansa un poco 

- Gracias

× por cierto, mi nombre es Kenda 

- yo soy Florio 

× ¿Florio?  que nombre tan poco común y ¿Cuántos años tienes Florio? 

- 17 y tu?

× Mas que tú jaja ¿Qué hace un chico tan joven yéndose de casa?

- Escapando ¿No?

 × supongo [mehh]

Nos mantuvimos hablando un tiempo, kenda parecía ser el mismo tipo tosco pero amable que conocí hace tres años, sin embargo su rostro mostraba signos de cansancio y su sonrisa no parecía sincera. John el jefe de este barco parecía el mas afectado, su cara demacrada demostraba no haber dormido bien en días, su cuerpo antes robusto ahora se veía notablemente mas delgado y su porte desaliñado lo hacia lucir peor que cualquiera, ni que decir de su carácter, antes era mas risueño y si bien no era un pan de dios, trataba bien a sus subordinados, ahora parece un perro que ladra a cualquiera que se acerque a su plato.

+ ¡Deténganse aquí! ¡Bajen el ancla!

× John, ¡aquí es imposible! ¡es zona de piratas!

+ ¡He dicho que aquí esta bien! 

× ¡Maldición John! ¿Qué demonios te pasa!?

+ ¡NADA! ¿¡Qué demonios te pasa a TI!? ¿desde cuando un subordinado le levanta la voz a su jefe?

La discusión era escuchada por todos, era imposible que no pasara, pues sus gritos eran realmente fuertes, que incluso las paredes delgadas del destartalado cacharro no eran suficientes para mantener el sonido afuera; mientras los pescadores escuchaban ninguno obedeció la orden de John, no querían desobedecer, pero tampoco querían estar en peligro.

+ ¿¡No me escucharon banda de inútiles!? ¿¡es que acaso quieren perder su maldito trabajo!?

Al escuchar la amenaza todos se quedaron quietos, supongo que en cualquier lugar la demanda de trabajo es fuerte; por muy jodido que sea el trabajo cuando no se tiene ni para comer no queda mas que trabajar, sobre todo cuando tienes bocas que alimentar. no paso mucho tiempo cuando todos empezaron a moverse y obedecer a John, incluso Kenda que soltó el ancla de forma muy brusca mientras soltaba maldiciones entre dientes. Por mi parte me puse a desenredar la red antes de echarla al mar. pasadas una dos horas escucho gritar a Kenda 

× ¡Chicos!  ¡Eleven el ancla!  ¡Vienen los piratas! 

+ Jajaja ¡Por fin! 

Alcance a escuchar la risa de John, tengo un mal presentimiento, ojala sean solo suposiciones mías. 

Otra historia de una chica en One PieceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora