Clase A05 [FYOZAI]

008

—Claro Dostoyevsky, ¿qué necesitas? —fue la respuesta de la profesora.

—Es un tema urgente. Sobre lo que ocurrió con la clase A04 y el maestro Monseley el semestre anterior. He encontrado que la verdad no es la versión que todos conocen, quería preguntarle si usted sabe algo sobre lo que pasó realmente.

—Me lo pones difícil mi niño, si te digo te digo te voy a tener que matar.

—Es un precio barato por esa información.

La maestra suspiró.

—Dazai no organizaba el acoso al maestro Monseley, todo eso es falso —dijo en voz baja.

Fyodor fingió sorpresa.

—Lo sé porque hablé con él —continuó la maestra—. Desde el principio se me hizo extraño, él era un niño muy inteligente, estudioso, en mi clase trabajaba muy bien y al menos conmigo tenía la máxima calificación. Decidí platicar con él y me dijo que lo que hizo fue acusar a sus compañeros de todo lo que le hacían al profesor, pero de la nada todos dijeron que era él, la coordinadora lo creyó y el rumor no tardó en expandirse a toda la escuela.

—Pero no tenía sentido, si el mismo los acusó...

—Yo también pienso eso, pero la coordinadora no tiene mucho sentido común.

—¿No le agrada?

—La verdad es que no. Conmigo se ha portado muy grosera y he visto que con alumnos también. Además de que Dazai está traumado con ella, cuando le pregunté me dijo que le hizo algo horrible y que tenía la culpa de que todos lo odiaran.

—¿Le dijo por qué?

—No. Ya no pude seguir hablando con él y se ve muy resignado a volver a platicar del asunto, pareciera que no quiere que le vuelvan a tocar el tema.

—Comprendo —mintió.

Ya conocía una parte de la historia, solo faltaba averiguar lo que había hecho la coordinadora. Aunque Dazai es inocente no puede pasar por alto su participación, también mencionada en la conversación de Osamu, Ranpo y Yosano.

Según lo que recordaba, "traicionó la confianza" que le otorgó el castaño.

Dostoyevsky mantuvo la fe en que la maestra de química supiera eso.

Y regresó a su aula de clases con un poco más de tranquilidad, pues ya sabía más.

Ya en clase de matemáticas el profesor comenzó a pedir un cuestionario dado hace días. Muchos alumnos comenzaron a salir del salón puesto que lo tenían en sus casilleros, pero Fyodor lo sacó con calma de su mochila.

—¿Tú ya sabías que se entregaba hoy? —le preguntó Agatha cuando regresó.

—Estaba en el calendario, ¿no lo viste? —contestó el azabache.

—Ni lo reviso.

—De hecho lo saqué hoy cuando llegué, quería revisar que estuviera todo bien contestado pero ya no me dio tiempo.

—Igual lo va a estar, todos tus trabajos nunca tienen errores.

De pronto Agatha se llevó algo de la estuchera de Fyodor, que solo le cuestionó que se había llevado.

—Este lápiz —dijo la femenina mostrándolo—. Está bonito.

Cuando Dostoyevsky intentó tomarlo ella rápidamente retiró la mano.