Prepárate.

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Había pasado al menos una hora desde que el pecoso se había acercado a él.

Lo estuvo evitando toda la puta noche.

Porque sí, esa lindura lo estaba buscando. No era difícil darse cuenta de una mata de cabellos verdes girando en son de tu figura alrededor de la pista.

Se encerró en los baños, trabando la puerta de manera adecuada. Se sentía perseguido, vigilado. Fuera de la coquetería posible de ese hombre, incluso comenzaba a estar incómodo por su presencia.

¿Qué quería lograr con él?

Quizás era eso lo que más le aterraba. Descubrir cosas. No quiere saber nada.

Sacó de su bolsillo el pequeño sobre transparente con tres pastillas, cortesía de sus amistades. Era hora de la magia. Tragó dos de una, algo dificultosamente, dejando la tercera para más tarde con la última pizca de cordura que aún controlaba su psiquis.

Lo más probable era que el efecto tardaría, así que bailó despreocupado, tomó todo lo que le servían y por supuesto, besó a algunas mujeres que fueron fáciles de conquistar. Del resto, bueno, pudo tener un acercamiento a la hora de bailar con ellas, no mucho menos que roces.

La puta pastillita estaba tardando a su parecer, mientras contemplaba a la lejanía una ronda inmensa alrededor del peliverde.

El último pensamiento que tuvo y recuerda, era que no sabía quién le gustaría ser.

El pecoso quien recibía atención fémina como moscas al azúcar, o...

Si la mujer que se frotaba tan rigurosamente contra ese cuerpo esculpido...
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Se estaba sintiendo quizás algo mareado. Quizás un poco demasiado. Todo le daba vueltas e incluso juraba que algunas cosas las veía distorsionadas. No fue la mejor idea tomar dos pastillas a la vez, pero era inútil pensarlo porque hasta ahora no podía manejar una máquina del tiempo a su antojo.


De alguna manera, el cenizo terminó bailando encima de la barra de tragos junto a un grupo de chicas...

¿Pero qué carajos pasó en cuarenta minutos?

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Izuku observaba sentado desde su lugar, mientras que Katsuki lo miraba a los ojos sin despegar su vista de él. Le pagaría al DJ más tarde, no creyó que el rubio se supiera la canción y además de eso, la supiera bailar. Habían algunas chicas además de él, ¿pero cómo mirarlas? Es incluso irreal el control que tiene sobre sus caderas.

Solo de una noche, ¿verdad? [REINICIO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora