Marcas.

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El sexo duro nunca se detuvo, si bien comenzaron a experimentar otro tipo de cosas, nada que una buena cogida no pueda mejorar.

La verdad es que se les estaba yendo quizás un poco de las manos. Estos juegos de dominante y dominado ya se habían fundido a ellos, haciendo que sus personalidades tomen un giro totalmente drástico a la hora de disfrutar en la cama.

Aunque, no solo eso había cambiado, sino que los mensajes de texto y llamadas casuales en momentos del día al azar, se hicieron rutinarias y por ende, normales.

¿Pero eso?

Eso era completamente nuevo.

* Kacchan ha enviado una foto *
Creo que la tiene más grande que tú, ¿qué dices?

¿Qué?
¿Quién es ese, Kacchan?

Me lo encontré por ahí.

¿Estás jugando conmigo?

* Kacchan ha enviado una foto *

***

En la primer fotografía que había enviado el rubio, se podía ver un miembro masculino siendo tomado por una mano muy similar a la suya. Por supuesto que Izuku dudó por instante de que fuese la de su Kacchan, pues estaban en excelentes términos como para que necesitase acostarse con otro.

Pero para la segunda foto, con la cara de Kacchan succionando la punta del trozo de carne ajeno, ya había confirmado al cien por ciento que, en efecto, el cenizo estaba cogiendo con otro.

¿Qué necesidad de enviarle esas fotos?

Bueno, resulta que en el transcurso de la relación, el rubio se percató de que el pecoso era posesivo. No al punto de ser tóxico, pero le fastidiaba la idea de que otra persona tenga sexo con él. Por supuesto que se aprovechó de esa valiosa información como nunca, haciendo que Izuku le rompa el puto culo con la docena de nalgadas que recibía por semana.

Y no solo nalgadas. Folladas desde la noche hasta la mañana del día siguiente, lo llenaba de marcas muy evidentes como mordidas en el cuello, la huella de sus propias manos y por supuesto, marcas rojizas de besos.

Así que sí. Esta era otra estrategia para recibir esos "castigos" que ahora estaba acostumbrado a recibir.

Ciertamente, nunca se consideró gay. Menos, sumiso. Solo que Izuku era la total y absoluta excepción para sus gustos y actitudes.

No le gustaba recibir órdenes.

No le gustaba que lo celen.

No le gustaba suplicar.

No le gustaba ser dominado.

No le gustaban los chicos.

Pero...

Amaba hacer caso omiso a los pedidos de Deku.

Amaba que Izuku lo cele todo el tiempo.

Amaba suplicarle que siga, que lo haga más rápido, que lo deje tener un orgasmo.

Amaba ser dominado por Deku.

Amaba a Izuku.

No, eso

Solo de una noche, ¿verdad? [REINICIO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora