El después.

2.8K 261 40
                                    


Depositó un beso en el pómulo contrario, sonriendo con ternura. Katsuki no supo cómo reaccionar ante eso.

---. Si me lo pides de otra manera, lo haré gustoso. ---

Bajó de la cama, desabrochando sus pantalones, bajándolos, esperando expectante a las acciones contrarias. Bakugou mordió su labio inferior al ver aquella extensión. Definitivamente era más corto que el suyo, no más que por uno o dos centímetros pero... Esa cosa era realmente gruesa.

Imaginó que tendría que luchar un poco para que entrase del todo, se abofeteó por el pensamiento y la asimilación de este.

---. ¿Qué esperas? .---

---. ¿Ah? .---

Estaba algo confundido. Gateó, apoyando sus rodillas en la cama, acercándose al pecoso. Miró ansioso al frente, con cierto morbo. Sin saber qué hacer.

---. ¿Tú quieres que yo...? .---

El peliverde soltó una risita, sonriendo en grande. Acarició la mandíbula del otro suavemente, haciendo que Katsuki vuelva a sonrojarse hasta las orejas. ¿Cómo podía observarlo como si fuese algo hermoso? ¿Así se sentían las chicas con él? Nah, probablemente no, era precavido de no dar falsas ilusiones,  entonces...

Deja de mirarme así, carajo.

---. Pensé que querías que lo metiera, pero no tengo problemas si quieres darme una mamada... ---

Al notar su confusión, abrió la boca intentando decir algo, un claro error. El pecoso se abalanzó a él, sus labios fueron totalmente devorados. Enredó sus piernas alrededor de la cintura contraria, dejándose caer en la cama de espaldas. Abrazó el cuello de pequitas, gustoso por la cercanía.

---. Abre más tus piernas. ---

Lo hizo.

---. Relajate, ¿de acuerdo? Dime si duele. ---

Asintió.

Poco a poco la punta de su pene fue entrando en el cenizo, haciendo que una creciente incomodidad naciera en él. Aprovechó, intentando distraerlo de esa sensación, para besarle las mejillas, la frente, la punta de la nariz.

Por otro lado, sus piernas temblaban. Quería empujar a la persona encima suyo, era jodidamente extraño, no le agradaba para nada la sensación y ni siquiera llevaba la mitad de la hombría de Izuku dentro.

El pecoso se dedicó a mirar su rostro, como llevaba haciéndolo desde la fiesta. Sintió como se quedó quieto, por lo que trató de ver si ya estaba todo en él.

---. Todavía falta. ¿Duele demasiado? .---

---. Un poco. Es incómodo. ---

---. Entiendo. ---

Sinceramente, creyó que saldría de una vez y que lo dejaría tendido en la cama. Es decir... Era una simple cogida de una noche de locura, y además, estaba cien por ciento seguro que tanto mujeres hetero como hombres gays, darían todo por pasar un rato con el peliverde...

Pero en su lugar, el pecoso se inclinó a él, besando su cuello, bajando hasta alcanzar su hombro.

---. Dime cuando estés listo y seguiré entrando. Pero por favor, no te fuerces. ---

Asintió, muy débilmente. Admitía que se sentía quizás un poco mal, quizás culpable, por retrasar todo de esta manera...

Abrió un poco más las piernas, forzando a que su cadera diese toda la flexibilidad que podía otorgar. Era raro, no era un movimiento típicode su cuerpo. Se acercó lentamente a Midoriya, empujándose con sus brazos sobre el colchón, haciendo que entrase poco a poco.

Solo de una noche, ¿verdad? [REINICIO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora