Capítulo 5

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Capítulo 5

Al aceptar mi nueva vida, también había aceptado sus responsabilidades.

¿El problema? Yo me la pasaba todo el santo día en la cama, oh, y apenas tenía diecisiete años, así que aun no había entrado a la universidad. Para rematar mi escuela no tenía el mejor sistema educativo del país, por lo que mi educación era una mierda.

Aun no sé cómo diablos iba a entrar a la universidad.

Como supuse, la antigua Ophelia era la responsable de los sirvientes, de la administración de los gastos de la mansión y de los jardines.

No sabía qué hacer en esos momentos. Si pedía ayuda, iba a ser muy extraño, Ophelia había administrado eficazmente esta mansión durante quince años enteros. No podía pedir ayuda. Así que tuve informarme durante dos días completos y fue la cosa más cansina de toda mi existencia.

—Tu tez no se ve bien, tía.

—Lo sé—dije, la mañana siguiente de esos dos horribles días.

—No has ido a reuniones sociales estos días—me hizo saber Jonathan.

— ¡Es cierto! No has visitado a tus amigas.

Ariadna asintió de acuerdo con su hermana mientras comía en silencio.

Ay, Ophelia, ¿Cómo diablos tenías tiempo de ver a tus amigos cuando hacías tanto?

—Pronto—anuncié, aunque no era cierto.

—Lady Stuart y Lady Hilton han enviado bastantes cartas, ¿no les has respondido?

—No, se me ha olvidado completamente—ni siquiera sabía que esas cartas existían.

Jonathan me miró con sospecha.

— ¿Ni siquiera has visto tu correo, verdad?

—Sinceramente no.

Jonathan sonrió y negó con la cabeza, parecía que pensaba "¿Qué haré contigo, Ophelia?"

Elevé una ceja en su dirección, pidiendo una explicación de su expresión pero él solo me ignoró olímpicamente.

—Por cierto, ¿cómo te ha ido con las prácticas junto al príncipe, Ariadna?—le preguntó a su hija.

—Me ha ido bien.

— ¿Y el príncipe?

—Está mejorando—murmuró—. Aunque aún le falta demasiado para igualarme.

— ¡Su alteza el príncipe es muy bueno con la espada, pero nadie es tan bueno como mi hermana! —alagó la pequeña Cindy.

Jonathan la observó.

— ¿Y yo no soy fuerte para ti, Cindy?

Cindy rió encantadoramente.

— ¡Padre también es muy fuerte! ¡Padre y hermana son los más fuertes de todo el imperio!

Nunca creí que vería en vivo y en directo una actitud así. Vaya.

Los dos parecían conformes con los halagos, lo noté porque sonrieron "discretamente". Elevé una ceja y negué con la cabeza. Esos dos se desvivían por la pequeña peligris.

Me levanté cuando terminé de comer.

—Me retiro, tengo que seguir trabajando.

Jonathan me miró algo curioso y, dudoso, asintió.

Salí del comedor y caminé hacia mi oficina. Aunque me acercara ellos, todavía se sentía muy extraño, sabía que no eran malas personas pero convivir con ellos mientras creían que yo era una persona que nunca se sabía cuando iba a volver o si acaso volvería, era agotador.

Ophelia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora