Capítulo 6

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Capítulo 6

[Capítulo nuevo y extra]


Pasado.

No el de mi antiguo yo, Camila.

Sino...

Miré el retrato de la mujer rubia.

El de la antigua dueña de este cuerpo, yo, Ophelia.

La muerte de la antigua duquesa era un tema tabú. Y hablar también del antiguo Duque lo era aún más.

Al parecer, Jonathan y yo nos habíamos encargado de que esos nombres nunca más, fueran mencionados en esta casa.

Caminé por el pasillo de la fría madrugada, todos dormían y los pocos guardias que me encontraban no hacían preguntas. Seguía mi camino por la mansión, pareciendo un alma en pena.

Ayyyyy mis hijos.

Ese pensamiento me hizo reír.

Buscar información de madrugada no era muy normal, pero en mi defensa, no tenía sueño y la reacción que tuve hoy al ver el retrato de mi "padre", fue sin dudas muy sospechosa.

Seguí caminando hasta llegar a la sala de retratos, pero no entré. No quería tener otro ataque de pánico. Así que seguí de largo, caminando y caminando llegué al ala oeste de la casa, tal parecía que era como un deposito, no, más bien...

Un lugar que ni mi hermano y yo queríamos ver.

Cada paso que daba hacia que mi cuerpo se tensara cada vez más, sin embargo, no me detuve en ningún momento. Todo estaba nuevo y limpio, pero sentía recuerdos aquí. Recuerdos malos. Muy malos.

— ¿Ophelia?

Me giré. Jonathan. A unos largos metros de mí.

Sin pasar la línea imaginaria que dividía el ala oeste de lo demás de la casa.

Lo miré.

—No es sano que estés aquí, querida—Me dijo.

No dije nada.

—Vamos. Ve a tu cuarto.

Me acerqué y miré detrás de mí, cuidadosamente.

—A veces enfrentar el pasado hace bien.

Él también miró ese lugar.

En lo poco que había estado aquí, sabía lo fácil que era para él serme sincero. Así que elegí las palabras correctas para poder descubrir el pasado.

— ¿Aun te es difícil lidiar con el pasado?

—Jamás lo voy a perdonar, Ophelia—Me dijo, mirando rencoroso la oscuridad del pasillo.

— ¡Papá déjame, déjame papá!—gritaba intentando que soltara mi cabello.

Fruncí el ceño.

—Fue por él que Tatiana nos dejó, Ophelia.

—La vi morir, Ophelia—dijo mi hermano en mis brazos—. Me dijo que no podía más, que no nos podía ni ver, menos a mí. Soy idéntico a él. Tan idéntico a ese monstruo.

Sacando cuentas. Jonathan no tenía más de trece años recién cumplidos cuando tuvo a Ariadna. Tatiana no tuvo más de doce años...

—Sé que te culpas—Tomé su mano— .No lo hagas más. No es tu culpa. Solo fuimos unos niños.

— ¿Qué hiciste, Ophelia?—me preguntó mi hermano en un susurro mientras se llevaban el cuerpo de papá.

—No quise hacerlo—susurré, asustada—. Solo cambié los tés, ese era mi té.

— Tampoco la tuya—Apretó mi mano.

—No es que nos quejemos del resultado—bromeé un poco.

Lo miré y él también lo hizo. Reímos.

—Nombro a mi hermana, la señorita Ophelia Cornelius la nueva gran Duquesa de Cornelius y Rumelia. La solicitud ha sido aceptada por la emperatriz y su majestad, El Emperador de Rumelia.

—Una niña de quince años tomando al mando de la casa junto a su hermano. Esto no saldrá bien—los escuchaba murmurar alrededor del sepelio.

Las niñas lloraban, pareciendo que estaban conscientes que su madre las dejó. La pequeña Cindy apenas y tuvo unos cuatro días a su madre antes de que se lanzara por el balcón.

Jonathan, mi hermano, lucia impoluto viendo el cadáver frío de su esposa. Lo tomé de la mano, y él la apretó.

Estaríamos bien. De eso me encargaría yo.

— ¿Vamos, Ophelia? Tengo sueño.

Así que, el pasado, ha sido disipado.

—Claro.

A la mañana siguiente, ordené tirar los cuadros del antiguo duque. Y el ala oeste... era hora de dejar ir el pasado.




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Siento que todos necesitamos esto.

El pasajo de los Hermanos Cornelius. Un capitulo que siempre estuvo en mis planes que no sabía manejar. 

Ophelia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora