Fragmento 32

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UNAS HORAS ATRÁS

Iba llegando a la agencia, el auto lo dejó justo en la entrada del edificio dónde, para sorpresa suya, lo estaba esperando la señorita Annafeloz.

-- Vine tan rápido como pude ¿Qué sucede?

--Es el señor Slingby -- Dijo ella sumamente preocupada -- Los médicos dicen que la herida de la operación se infectó, hace no mucho salió de camino al hospital.

-- ¿Qué? -- El rostro de Alan palideció ligeramente al escuchar eso -- ¿Knox sabe de esto?

-- Sí, él autorizó el traslado y va camino para allá.

-- Perfecto, iré por mis cosas y...

-- No hay tiempo, debemos alcanzar a la ambulancia -- Dijo la morena al borde de la desesperación.

Ambos fueron a la parte de atrás de la agencia dónde los autos que se usaban eran guardados. La señorita insistió en que ella lo llevaría pues el hospital al que iba Eric estaba bastante lejos, Alan asintió y subió con ella al coche.

-- ¿Qué tan lejos queda este hospital? -- Preguntó a los minutos de subir.

-- No mucho... -- Murmuró ella.

El silencio se hizo entre los dos, Hannah lo llevó a la ciudad, cosa que le sorprendió bastante pues Ronald sabía que no era prudente estar en la ciudad. Conforme avanzaban, más dudas le salían con toda esta historia del traslado.

-- Ese auto... -- Murmuró por lo bajo -- Ese auto no ha dejado de seguirnos desde que llegamos a la ciudad.

-- ¿Dijo algo?

--... ¿A dónde me llevas? -- Preguntó Alan con una voz firme -- ¿A dónde me estás llevando?

-- Y-Yo...

Alan no esperó respuesta, rápidamente quitó el seguro de la puerta y se bajó del auto en movimiento. No se había recuperado del golpe cuando dos hombres se bajaron del auto que los venía siguiendo, supo entonces que todo había sido una trampa.

Empezó a correr por las calles sin importarle si empujaba gente o si todos se le quedaban viendo raro, él lo único que quería era perderlos. Sin embargo, todo estaba tan bien elaborado que no había lugar o calle en la que no le cerraran el paso. Al final, terminó en un callejón cuya salida estaba bloqueada por una reja de alambre.

-- ¡Ahí está! -- Fue lo que gritó uno de los hombres que venía a él. Esta fue su señal para empezar a escalar por la reja.

-- ¡Déjenme en paz! -- Aprovechando que el tipo ya lo tenía sujeto de la pierna lo pateó en la cara tan fuerte que incluso logró dejarlo inconsciente.

Aterrizó de manera segura del otro lado, sin embargo, sabía que debía seguir moviéndose a pesar de estar ya casi sin aire.

-- Ronald, Ronald... -- Trotaba a la par que buscaba entre los contactos de su celular el número del rubio.

Apenas había encontrado el número cuando alguien le arrebató bruscamente el celular, ahí fue cuando se dio cuenta de que toda esta persecución lejos de ponerlo a salvo solo había llevado directo a la boca del lobo: Al otro lado de la calle había un letrero de neón apagado que decía "Club golden"

-- ¡Ven aquí! -- Uno de los tipos lo tomó por la espalda y lo sometió de los brazos.

-- ¡SUÉLTEME! -- Un codazo en el estómago y un pisotón en el pie fue suficiente para que lo soltara pero eso fue en vano.

Eran cuatro contra uno, por más que intentó escapar no pudo y al final justo cuando iba a empezar a gritar para llamar la atención le pusieron un pañuelo en la boca que de a poco lo fue durmiendo...

Under The DarknessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora