Fragmento 13

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-- ¡Agg! No, no, no, ¡No esta funcionando! -- Dice mientras estrella sus manos contra las teclas del piano que tiene enfrente produciendo un sonido doloroso para quién lo oyera.

Si había algo que Grell odiaba con cada fibra de su ser eran las fiestas privadas que hacía Michaelis en el club: Sebastián no le prestaba atención, sus invitados con frecuencia la trataban solo como la "diversión" de la noche y por si fuera poco sus chicas y chicos trabajaban el doble de duro que en un día normal. Cuando se bajaba del escenario se quedaba completamente sola y eso le disgustaba bastante.

Sin embargo, esta fiesta si que estaba logrando sacarla de sus casillas sin ni siquiera haber comenzado. No solo tendría que aguantar todo lo que ya había dicho antes, sino que después de esto Sebastian se iría otra vez de viaje, dejándola a ella ahí en la mansión, esperando a que regresara por casi un mes.

No era la primera vez que lo hacía, Sebastian nunca la llevaba a sus viajes de negocios para protegerla de algún atentado.  Sin embargo, después de  casi 16 años de conocerse esta rutina ya la tenía harta.

-- ¿No puedes concentrarte? -- Sebastián se sienta a lado suyo -- Todavía no puedes coordinar tus manos y tu voz, ¿verdad?

-- No, no puedo -- Contesta con algo de sequedad -- El piano nunca ha sido mi fuerte, no entiendo porque tu obsesión de que aprenda a tocarlo.

-- Simple lógica my lady, una dama que posee además de una gran belleza varios talentos siempre será más atractiva que las demás...

-- Ya veo -- Suspira -- Pues creo que mañana tus invitados se tendrán que conformar con mi voz. Esto no está listo todavía.

-- ¿Ah? ¿Segura? -- Pregunta acariciando uno de los mechones de pelo de Grell que solo aparta su mano con delicadeza.

-- Muy segura -- Grell se levanta del banquillo con un ligero suspiro de cansancio -- Me voy a dormir, mañana es un día muy importante ¿Sabes?

-- Lo sé, mañana vendrán todos mis socios comerciales de los dos mundos.

--...

-- ¿Dije algo malo?

-- ¿Solo por eso es importante mañana?

-- Pues... Sí, obviamente -- La respuesta de Michaelis hace que la pelirroja le dedique una mirada de enojo -- ¿Y ahora que dije?

-- ¡Ush, olvídalo!

Grell sube corriendo las escaleras hasta llegar a su habitación y posteriormente encerrarse en esta, no sin antes hacer temblar la residencia azotando la puerta. Sebastián tuerce los ojos y suspira de cansancio ante eso.

-- Omegas -- Concluye mientras toca con delicadeza una tecla del piano.

Mientras tanto, Grell se encuentra frente al espejo de su tocador quitando de su rostro todo el maquillaje del día. Lo hacía con fuerza, sin delicadeza, casi le queda la cara roja de lo fuerte que se tallaba, realmente estaba molesta con Sebastian ahora.

-- Estúpido, estúpido, estúpido... -- Murmuraba mientras limpiaba  su cara con el algodón.

Cuando quedó limpia se observó un buen rato sobre el espejo, sintió rabia pero al mismo tiempo algo de pena por sí misma, era patético pero ¿qué podía hacerle?

Mañana era su cumpleaños número 26...

Era el aniversario del día más triste de su vida...

Y él no iba a estar a su lado...

AL DÍA SIGUIENTE

Desde una mesa algo escondida del nivel bronce, el doctor de cabello rebelde observa el ir y venir de los camareros, ayudantes de cocina y bailarines que se esfuerzan por dejarlo todo impecable para esta noche.

Under The DarknessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora