Fragmento 12

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No podía creer lo que estaba viendo, estaba ahí frente a él, vivo, a salvo, parecía casi un sueño lo que estaba viviendo.

-- ¡¡WILLI... -- El grito de Alan fue amortiguado por la mano de Eric -- ¡Mmm!

-- Shh, baja la voz -- Dijo mientras se ocultaban detrás de un aparador de ropa.

-- ¡Es él! ¡William esta ahí! -- Intentó ir hacia él pero Eric lo detuvo abrazando su cintura -- ¡Déjame! ¡Tengo que verlo!

-- ¡Si vas a verlo todos terminaremos muertos!

-- ¡No me importa! ¡Tengo que verlo!

Alan no dejaba de moverse y de gritar por lo bajo que quería ir con Will, si seguían así iba a llamar la atención de los civiles o peor aún podían poner en alerta a los hombres de Michaelis.

-- ¡Willi..

Alan no tuvo tuvo ni tiempo para procesar el hecho de que Eric lo había tomado del mentón y colocado sus labios sobre los suyos. Su barba le hacía cosquillas, sus ojos estaban fijos en él y parecían reflejar mucha desesperación.

-- ¿Pero qué...? -- Preguntó con la cara completamente roja. Eric no supo que debía contestar.

-- ¡Parece que están distraidos! -- Ronald se interrumpió al ver la posición tan comprometedora en la que estaban su tío y Alan -- ¡Este no es el momento para eso! ¡Ya vámonos!

Eric asintió y tomando la muñeca del menor lo empezó a llevar con él a la salida. Entre el shock por el beso, sus prisas y Ronald que cuidaba de que nadie los atacara por la espalda, Alan apenas y pudo mirar una última vez a su amigo.

-- William san -- Murmuró débilmente.

-- ¡Wiru~! -- Una mujer pelirroja se acerca al pelinegro con familiaridad, él voltea a verla -- Así que aquí es dónde andabas, por un momento pensé que te habías perdido.

-- ¿Qué? -- No lograba comprender nada de lo que sucedía, lastimosamente ya no pudo ver nada más -- ¡E-Esperen!

Pese a que nuevamente estaba intentando dar lucha, los dos rubios no se detuvieron hasta sacar a Alan del establecimiento. Ya afuera subieron al auto que los llevaría de regreso al departamento temporal de Alan, Ronald se subió en el asiento del copiloto mientras que ellos se subieron en los asientos de atrás.

-- Eso estuvo cerca -- Dijo Ronald mientras veía a la sucursal cada vez más lejos.

-- Demasiado -- Eric sonrío aliviado. Sin embargo, su sonrisa dura poco al ver al castaño recluido en la esquina del asiento -- ¿Alan?

--¿¡Qué fue todo eso?! -- Dijo con la voz quebrada de enojo y tristeza -- ¡Él estaba ahí frente a mí! ¡Pudimos, más bien debimos haber ido por él!

-- Por el amor de... ¡Los matones de Michaelis nos superaban en número! Si hacíamos algo sería como entregarte en bandeja de plata a él.

El castaño iba a decir algo pero se interrumpió, ya no tenía argumentos para pelear. Su expresión de enojo se relajó dando paso a una de melancolía, incluso de tristeza, Eric se alarmó un poco al verlo así.

-- O-Oye niño -- Acarició sutilmente la mano del chico con la suya pero este la apartó de inmediato.

-- No quiero hablar contigo ahora... -- Dijo mientras perdía su mirada en la ventana del auto.

Eric suspiró, alejó su mano y dirigió su mirada al espejo retrovisor del auto. Todo había iniciado tan bien, Alan estaba feliz, Ronald estaba haciendo algo de provecho y ahora... Ahora todo estaba muy mal.

Under The DarknessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora