―Feliz cumpleaños Sunmi. ―dijo Faith al tiempo que se acercaba a abrazar a su amiga.
―Gracias Faith... y gracias por venir a mi fiesta. ―
―No tienes nada que agradecer Sun, sabes que es un placer para mí venir a saludarte. ―
― ¿Y tus hermanos no vinieron? ―
―Alessandro me alcanzará en un instante, y Gianna no podrá asistir, tiene trabajo. ―
―Tanto tú como tu familia se han distinguido por su amor al trabajo― Sunmi con una sonrisa en su rostro guío a Faith hacia el centro del salón. ―Pero vamos... hay miles de caballeros que quieren conocerte. ―
―Sabes más que nadie que no me gusta hablar con gente desconocida. ―
―De acuerdo, entiendo, pero por lo menos dime que no les negaras una sonrisa. ―
―No les negare una sonrisa. ―
―Fabuloso... bueno diviértete, bebe algo o lo que quieras, iré a saludar al resto de los invitados. ― Sunmi con una cortés despedida se alejó de Faith y desapareció entre la multitud.
El salón estaba concurrido por toda la elite de Daejeon, lo que incluía CEO's, abogados de grandes bufetes, médicos afamados e incluso algunos miembros de la industria del entreteniendo.
A Faith no le gustaba ese ambiente, ella prefería mil veces más estar en casa leyendo algún libro, trabajando sobre algún caso clínico o simplemente durmiendo, para así aprovechar al máximo sus horas fuera del Eulji Medical Center.
Sin embargo, ella se veía en la obligación de cumplir con algunas, por no decir todas, las actividades sociales a las que su familia era invitada. La empresa de su padre se había extendido desde Italia hasta Corea del Sur gracias a sus conexiones y no podía ser ella quien, por su falta de interés en la socialite, rompiera dichos lazos.
Su familia no se lo perdonaría nunca.
―Disculpa. ―Faith se dirigió a uno de los hombres que repartían las bebidas ― ¿Podrías traerme un Martini dulce? ―
―Por supuesto señorita. ―
―Miren nada más que nos ha traído el viento...― Dijo una voz grave a espaldas de ella. ― Si es la reina de la pizza. ―
―Jeon... ―Faith se tensó al darse cuenta de quién era, Jeon Jungkook era el único que consideraba gracioso referirse a ella con ese apodo insulso solo porque según él hacía alusión a su origen italiano. Se dio vuelta y miro al hombre que ahora estaba delante de ella. ― Ya me lo suponía ―dijo ella en tono indiferente.
― ¿Acaso me estabas esperando, preciosa? ―
―Te gustaría eso, ¿No? ― ella recorrió con la mirada cada parte del cuerpo de Jungkook y luego regreso sus ojos a su rostro sin imperfecciones. ― Reconocería tu insoportable voz a kilómetros de distancia. ―
―Así que quieres seguir haciéndote la difícil, ¿No es cierto? Sabes que podemos hacerlo del modo sencillo. ―
―Mi querido Jeon Jungkook, cuando vas a entender que yo no soy como las miles de mujeres que metes a la cama, y que por supuesto, por si no te ha quedado claro, no me interesas en lo más mínimo. ―
―Yo sé que no eres como las demás mujeres, eso es lo que más me intriga de ti. ― la mirada penetrante de él, se posó en los ojos marrones de ella. ―Y se también, que yo te gusto a ti, aunque no quieras admitirlo. ―
―Veo que tu ego aumenta al mismo tiempo que tu testosterona, ¿De verdad crees que no hay mujer que se te resista? ―
A ella le daban unas ganas enormes de bajarle los humos a Jungkook con ayuda de una bofetada, pero sabía que estaba en un lugar público y que no podía rebajarse a ese nivel. Sin mencionar el problema en el que se metería con sus padres si se armaba un escándalo.
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El Capricho del CEO
FanfictionFaith D'Angelo era realista, sabía que las historias del príncipe azul no existían y mucho menos la familia perfecta, así que en lugar de pasar los días buscando al hombre ideal, ella se dedicaba de lleno a su trabajo en el hospital principal de Dae...