Aturdido y turbado por la más excitante y prolongada descarga sexual que había sentido en su vida, Jeon Jungkook reposo la cabeza en la almohada sin dejar de estrechar el cuerpo de Faith, ella se removió en sus brazos, pero él la apretó con más fuerza.
«Ya no va a abandonarme» pensó y depósito un beso en su frente, como si estuviera dándole algún tipo de bendición.
―Ha sido increíble, Nae Sarang, realmente maravilloso. ―le dijo suavemente al oído.
Faith respiro el aroma masculino de su piel y cerró los ojos, la cabeza le daba vueltas y no solo por el placer que acaba de sentir, sí no que, por más que intentaba no conseguía callar sus pensamientos.
Al acostarse con Jungkook había hecho realidad su secreta y culposa fantasía, una que durante mucho tiempo se había negado a aceptar, pero que sin duda había sido satisfactoria.
Había una parte de ella que deseaba que él se convirtiera en el esposo amante y fiel que cualquier mujer debería tener, pero eso era un simple espejismo.
―Estas muy callada, ¿pasa algo? ―
―Solo pensaba en lo bien que se te da esto. ―Faith lo miro con una chispeante sonrisa en la cara. ―Ahora entiendo el porqué de tanta habladuría. ―
―No estoy seguro de que esa sea la impresión que quiero causar en mi esposa. ―dijo Jungkook con el ceño fruncido. ― ¿Qué es lo que te ocurre?― protesto al ver como ella se soltaba de su abrazo, se levantaba de la cama y tomaba la sabana para cubrir sus voluptuosas y deliciosas curvas.
―Acostarme contigo no me convierte en tu esposa, mas bien, en una más dentro de una larga lista de mujeres. ―se escuchó a sí misma decir enfurecida. ―Porque no eres lo que se dice una persona fiel, ¿verdad? ―
Enfurecido por la respuesta de Faith, Jungkook se levantó de la cama, pero ella ya había salido de la habitación, al seguirla se dio cuenta de que aún era de día y que las ventanas estaban abiertas, así que maldiciendo su suerte, volvió a vestirse lo más rápido posible.
Con las emociones a flor de piel e intentando ocultarlas, la italiana se dio vuelta y regreso a la puerta de la habitación.
―Siento haber reaccionado así, no hay excusa para mis modales. ―dijo ella negándose a mirarlo a la cara. ―Pero debes entender que aun quiero el divorcio... ―
―Entonces, ¿Por qué demonios has dejado que te llevara a la cama? ― Jungkook sintió que aquello era el peor insulto que le habían hecho en su vida.
―No quiero discutir eso en este momento. ―
―Tengo derecho a saberlo. ―
―Solo quería saber cómo sería hacer el amor contigo, ¿okay? ― dijo Faith con crudeza. ―No creí que fuera la gran cosa... ―
―No te creo. ―el coreano la miro con tal rabia, que apenas podía vocalizar, ahí estaba ella, confesándole que básicamente lo había utilizado para su placer. ―Tampoco creo que quieras divorciarte, yo sé que te importo, por eso me has entregado tu virginidad. ―
La arrogante afirmación de Jeon Jungkook la atravesó como una puñalada, pero el orgullo hizo que la italiana levantara el rostro y lo mirara con desprecio, desafiándolo con sus ojos marrones.
―¿Que te hace pensar que lo hice porque me importas? Solo estaba cansada de ser virgen. ― afirmó Faith. —Pudo haber sucedido con cualquier otro hombre. —
―Lo que paso hace un momento me dice justo lo contrario. ― respondió Jungkook con una crueldad que nunca había utilizado antes con su esposa.
―Quiero que te vayas... Ya no eres bienvenido en esta casa. ―dijo ella con la voz entrecortada. ― ¡Voy a divorciarme de ti y no necesito de tu permiso para hacerlo! ―
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El Capricho del CEO
FanfictionFaith D'Angelo era realista, sabía que las historias del príncipe azul no existían y mucho menos la familia perfecta, así que en lugar de pasar los días buscando al hombre ideal, ella se dedicaba de lleno a su trabajo en el hospital principal de Dae...