..:: EPILOGO ::..

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Mirándose al espejo, Faith admiraba la caída del vestido de seda dorado que se acababa de poner. Le dejaba los hombros al descubierto y realzaba sus curvas. Le había costado un poco de trabajo deshacerse de los kilos que había ganado durante su embarazo, pero ahora estaba encantada con su figura.

Más tarde, Jungkook y ella iban a celebrar su segundo aniversario, ya que habían decidido empezar una nueva cuenta.

Resplandeciente y con buen humor, avanzó por el corredor hacia la habitación de su hijo. La vida era mejor qué buena. Aunque Jeon y ella habían estado un poco nerviosos durante las primeras fases del embarazo, todo había ido muy bien y su pequeño gozaba de buena salud.

Además, su esposo había resultado ser un padre devoto, al que le encantaba pasar todo el tiempo posible con su hijo.

Con un año y diez meses, Choisang ya era todo un caballerito con un increíble parecido a su padre, empezando por un carácter lleno de determinación y siendo increíblemente guapo con unos enormes ojos oscuros. Sin embargo, mientras dormía tenía un aspecto adorable y sosegado.

― ¿En qué estás pensando? ―preguntó Jungkook desde la puerta.

Ella agitó la cabeza, con el pelo castaño cayéndole sobre los hombros y sus sonrosados labios formando una sonrisa.

―Pienso que... cuando uno mira a este pequeñín mientras duerme, no se puede imaginar lo que hace mientras está despierto. ―

―Con lo orgullosa que estabas cuando empezó a caminar. ―bromeó el coreano acercándose a ella y tomando su mano.

Faith escondió una sonrisa al ver lo orgulloso que su marido estaba de su hijo.

― ¿Sabes lo mucho que te amo? ―susurró ella.

―Nunca me canso de escucharlo, Nae Sarang. ―

Cuando Jungkook le decía «amor mío», Faith sentía cómo el corazón se le llenaba de pura felicidad y sabía que no podía pedirle nada mejor a la vida.

―Seokjin ya llego y dice que está listo para cuidar de Choi. ―dijo él.

― ¿Y si mejor lo llevamos con nosotros? ―

― ¿Desconfías de Jin? ―

―No es eso. ―la joven escondió el rostro en el cuello de su esposo. ―Nunca nos separamos de él, no quiero dejarlo. ―

―Solo será una noche. ―Jeon beso la frente de Faith y sonrió. ―Él bebe estará bien. ―

―No quiero que sienta que lo abandonamos. ―

―Con mayor razón debemos salir esta noche. ―su comentario hizo que la italiana lo mirara con curiosidad. ―Debemos darle un hermano que este con él cuando nosotros no podamos. ―

― ¡Jeon! ―dijo entre risas y luego se cubrió la boca al ver que el pequeño Choi se removió en su cuna amenazando con despertarse. ―Tampoco es como si la presencia de nuestro hijo nos impida buscarle un hermanito. ―

Nae Sarang... no digas esas cosas frente al niño. ―reclamó Jungkook con falsa inocencia, recibiendo un leve golpe en el brazo. ―Anda, es hora de irnos, señora Jeon. ―

Tras despedirse de su hijo y de Seokjin, la pareja se fue a un restaurante a las afueras de Incheon, donde ya los esperaba una deliciosa cena. A pesar de que ambos extrañaban a Choisang, no evitaron sentirse felices por estar juntos esa noche.

Cuando terminaron de comer, Jungkook tomo a Faith de la mano y la llevo a pasear cerca del rio Imjin.

― ¿Por qué no detenemos? ―preguntó la italiana, en el momento en el que su esposo detuvo su paso exactamente en el mirador desde el cual podían ver la llegada del ultimo ferri procedente de Seúl.

El Capricho del CEODonde viven las historias. Descúbrelo ahora