..:: 09 ::..

241 19 4
                                    

Faith respiró profundamente el exquisito aroma del ramo de rosas que Jungkook le había regalado. Sin embargo, su rostro tenía una expresión llena de ansiedad y sus ojos estaban llenos de confusión e incertidumbre.

No entendía porque él la había llevado a su departamento en Seúl. Desde ese momento empezaría el periodo de prueba que Jeon la había obligado a aceptar para su matrimonio. Faith sabía que él era un marido infiel, que le rompería el corazón y la humillaría, jamás la haría feliz.

Y esa era la razón por la que había visitado a su ginecólogo para que le recetara píldoras anticonceptivas, lo último que haría sería arriesgarse a quedar embarazada de Jungkook ahora que se veía forzada a intimar con él.

― ¿Qué te parece el departamento? He pedido que lo redecoraran para que te sientas más cómoda. ―Jeon miro a la italiana de arriba abajo, tenía puesto un vestido liso en color blanco que él mismo le había regalado un par de días atrás. ―Estas fantástica con ese vestido. ―

―No hace falta que hagas ningún cumplido―

―Si hace falta, Faith, tienes un cuerpo para morirse. ―le informo él, colocándose detrás de ella y deslizándole sus manos por el pecho hasta sostenerle con ellas sus senos de una forma tan sensual que consiguió escandalizarla. ―Me encanta. ―

― ¿Es... en serio? ― pregunto ella, sintiendo las firmes manos del coreano desplazándose por su vientre.

― ¿No te has dado cuenta tú sola? ―Jungkook empujo a Faith hacia atrás para que pudiera notar en su trasero la rigidez de su entrepierna. ―Me encantas, quisiera tomarte en este mismo momento... ―sus labios recorrieron el cuello de su esposa. ―Pero ahora, tenemos algo más importante que hacer... Le he pedido al sacerdote que nos casó hace cinco años, que viniera a renovar nuestros votos. ―

― ¿Qué? ―preguntó atónita.

―Recuerdo que alguna vez dijiste que te sentías como si no estuvieras casada conmigo, así que pensé que la bendición del sacerdote podría mejorar esa situación. ―

Asaltada por un ataque de furia, Faith selló sus labios para no estallar delante de él. ¡No podía dar crédito a todos los intentos que estaba haciendo Jeon Jungkook por impresionarla!

No después de que hubiera utilizado el chantaje para hacer que siguiera casada con él.

Y lo que era peor, ahora había solicitado la bendición de un sacerdote para ratificar el chantaje.

―Es mi manera de demostrarte que quiero comprometerme a hacer que nuestro matrimonio funcione. ―dijo él sin la menor sombra de vergüenza.

―Pero yo no quiero comprometerme a ello. ―le confío la joven.

―Ya querrás... ―Jeon la observó con ojos resplandecientes.

Faith no dijo nada, ya que le parecía que no era el momento ni el lugar de iniciar una discusión.

Cuando llego, el sacerdote les saludo con amabilidad y toda su persona irradiaba honestidad. «¿Cómo podía recibir la bendición si cualquier palabra que dijera no tenía sentido alguno para ella?»

Cuando Jungkook introdujo un nuevo anillo de bodas en su dedo, sintió un leve hormigueo de emoción en la garganta. Y después de que acabara la ceremonia, ella ya no sabía qué pensar realmente, ya no estaba tan segura de seguir queriendo resistirse al hombre que la tomaba de la mano.

Él la condujo al comedor donde había una mesa lista para servir la comida.

― ¿Solo para dos personas? ― pregunto la italiana. ―Conociéndote, pensé que invitarías a alguien más para dar fe y legalidad de tus planes. ―

El Capricho del CEODonde viven las historias. Descúbrelo ahora