Hacía ya cinco años que Jungkook se había casado ante todas las leyes existentes con Faith D'Angelo, a pesar de que sabía que ella no lo amaba o incluso peor, que lo despreciaba. Sin embargo, los primeros meses fueron muy complicados, especialmente porque el plan que ideo con su padre no había resultado como querían.
Pero con el paso del tiempo aprendieron a coexistir en el mismo espacio, aunque básicamente, habían vivido separados y ni siquiera llegaron a consumar el matrimonio.
De cualquier modo, sus constantes peleas terminaron y comenzaron a comportarse como algo más que conocidos.
―No podré ir a tu fiesta. ― le dijo Jungkook a la hermosa mujer que estaba acostada en la cama del lujoso hotel en Seúl, mientras este se ponía su chaqueta con la fluida elegancia que caracterizaba sus movimientos.
― ¡Te lo ruego, Jeon! ―cubierta solo por una corta bata de seda, la guapa dominicana dio un salto y envolvió el cuello del coreano con sus brazos, utilizando su precioso cuerpo de súper modelo como arma de convencimiento. ― Quiero que estés ahí, conmigo. ―
―Nada de ataduras, ¿Recuerdas? ―
Su relación tenía una naturaleza muy simple, no era exclusiva, ya que solo se veían de manera ocasional cuando viajaba a la capital de Corea, o tenia viajes de negocios a Norte América.
Jeon Jungkook también disfrutaba de la compañía de una voluptuosa modelo chilena en sus duras jornadas de trabajo por Europa o en bien, cuando ella visitaba la ciudad natal de él: Busan.
―Nunca te he pedido un favor. ―replicó la pelinegra.
―Tengo otra cita. ―dijo él en tono frio y cortante.
―Ah, ya se a lo que te refieres. ―furiosa miró a Jungkook con el ceño fruncido.
―Perderé mi vuelo. ―Jeon entrecerró los ojos, y de pronto sus hermosos rasgos quedaron rígidos e impasibles.
― ¿Es su cumpleaños verdad? ―dijo ella con voz irritada. ―Es el cumpleaños de tu esposa. ―
―Tengo que irme. ―haciendo uso de su control, el joven reservo una obvia mirada de frialdad.
―Vi una foto suya en una revista... ―la dominicana se recostó en la cama esperando que su desnudez e imagen seductora lo convenciera de quedarse más tiempo entre sus brazos. ―Llevaba puesta una horrible blusa de flores y una bata blanca, es realmente patética, ¿Cómo es posible que la prefieras a ella sobre mí? ―
Pálido de furia, Jungkook se demoró el tiempo suficiente para advertirle que su relación había terminado y que no la visitaría de nuevo.
Esa blusa de flores había sido uno de los pocos regalos con éxito que consiguió darle a su esposa. El hecho de que se acostaran no le daba ningún derecho a juzgarla, ¿Cómo se atrevía siquiera a mencionarla?
Nunca hablaba de Faith con nadie, pero el estado de su matrimonio despertaba mucha curiosidad entre todos sus conocidos, después de todo llevaba cinco años casado y durante la mayor parte del tiempo había vivido lejos de ella.
Cada vez que alguien le preguntaba, el respondía lo mismo:
"Nuestros trabajos son muy demandantes, yo debo viajar constantemente y mi esposa debe salvar vidas, pero atesoramos y disfrutamos cada momento juntos."
Eso ultimo no era mentira, él realmente disfrutaba la compañía de Faith, ya que con ella no tenía que molestarse en fingir, cuando estaba a su lado, Jungkook podía descansar de la imagen que siempre tenía que mantener ante la gente.
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El Capricho del CEO
FanfictionFaith D'Angelo era realista, sabía que las historias del príncipe azul no existían y mucho menos la familia perfecta, así que en lugar de pasar los días buscando al hombre ideal, ella se dedicaba de lleno a su trabajo en el hospital principal de Dae...