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Cuando abrió los ojos estaba solo.

Estabas loco. Estabas más borracho de lo que pensabas.

Ese fue el primer pensamiento que tuvo. No esperaba abrir los ojos en un lugar tan descuidado como ese. Heerak, se sentó distraídamente en la cama y se rió de buena gana.

Una caja de cerillas pasada de moda. Una caja de pañuelos, con una gran número de avisos de viajes de negocios. Mientras veía las cosas que estaban sobre la mesa auxiliar, su risa se hizo se más profunda. Entre todos los objetos, solo le resultaban familiares su reloj, las llaves de su coche y su billetera.

Quería tomar una ducha ligera, pero cambió de opinión tan pronto como abrió la puerta del baño. Heerak tomó su ropa de una vieja percha. A pesar de todo, no pudo contener la risa y estalló en carcajadas.

Ni siquiera sabía cómo había llegado allí. Él no habría estado consciente como para colgar su ropa en la percha, así que no había necesidad de adivinar quién lo había hecho por él.

¿Quién era ese tipo?

El solo pensar en eso hizo que su cabeza palpitara.

Baños que le descubrían sorpresas, ropa colgada en ganchos, y un omega desconocido. No tenía tiempo para pensar en esas cosas. Se despertó gracias a una llamada telefónica, donde le decían que no le quedaba mucho tiempo disponible. De todos modos, tenía que salir de allí.

Heerak solo obtuvo un dato del recepcionista del hotel. Le dijo que un hombre lo había traído anoche porque estaba borracho. Se había convertido en una obsesión, saber quién era el hombre con el que había dormido. Preguntó por la ropa y la apariencia del hombre, pero el empleado lo miró perplejo y solo le dijo:

—...bueno, ¿Era muy normal?

—Entonces, ¿Me permite ver el Circuito cerrado de televisión?

Heerak apenas si podía tratar de presionarlo. Su cara era bien conocida. Debía tener mucho cuidado con lo que decía.

—¿Le gustaría mostrarme el CCTV para verificar la cara de la persona que me trajo?

Cualquiera sospecharía. Por supuesto, el empleado no le permitió hacerlo.

Heerak salió y se quedó aturdido por un momento. Todo se veía brillante.

La luz del sol caía a cántaros alrededor del área hasta el punto de dejarlo deslumbrado.

Había una gruesa cubierta, en la ventana de la habitación donde se había quedado. No podía saber si era de día o de noche, pero cuando finalmente salió, la luz del sol brillaba en la calle. Se quedó perplejo.

Se preguntaba qué hora era y comprobó el tiempo en su teléfono celular. Era la 1:35 p.m.

Cuando sacó su teléfono celular, decidió hacer una llamada telefónica. Mientras mantenía presionado el número 2, apareció Min Seok-chan, en la pantalla.

— [¿Director? Cómo es que... ¿Qué está haciendo?]

La otra persona levantó el teléfono antes de que el tono de espera sonará dos veces. Aunque, su voz sonaba sorprendida y urgente.

Min Seok-chan era el brazo derecho de Heerak. Le alegró mucho escuchar la voz de su secretario, aunque ya la había escuchado más de cien veces. No pasaba un día en que se despertara y no escuchara esa voz.

[¿Director? ¿Hola?]

—Uh hu.... Ja, ja, ja.

La realidad, que no había desaparecido desde el amanecer de hoy hasta ahora, estaba en su cabeza. Gracias a eso, no pudo evitar sonreír. —¿Es un sueño? ¿Es un sueño? — Después de repetir tales pensamientos y ser llevado a la realidad, no tenía más remedio que reír.

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