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Cho Heerak, 32 años.

El cuarto hijo del Presidente del Grupo HW, Cho Heerak y el Alfa más dominante de todos ellos.

Tan pronto como se graduó de la universidad, afirmó que la sucesión no tenía sentido. Quería avanzar mucho más que sus hermanos, hasta donde ellos, nunca imaginarían llegar. Su padre no era muy listo, y pensaba que su hijo menor, que era lo suficientemente inteligente, solo era bonito. Al principio, era reacio a esperar, que su hijo menor participara activamente, en la lucha por la gestión de la empresa y desempeñara un papel activo en ella.

Naturalmente, se oponía a que Heerak, fuera su sucesor.

Por eso, la sucesión de Heerak, no fue una elección impulsiva. Fue el resultado de un duro golpe, totalmente calculado.

Por supuesto, se había arriesgado a ser un perdedor. Pero tuvo suerte. Tenía que mostrarle resultados positivos a sus padres y a la junta, para poder lograr algo único y triunfar seriamente. Porque había nacido de último, la desventaja que tenía con sus hermanos y hermanas mayores, debía ser superada, obteniendo mejores ganancias que ellos.

Eso pensaba Heerak.

En otras palabras, ser el último hijo, también podría significar ser un perdedor. Vivir una vida de lujos todos los días, y en el proceso, jugar con tus hermanos y después de todo, debes estar satisfecho con uno pocos allegados codiciosos, que te colocan la etiqueta de perdedor porque ni siquiera puedes tener suerte. En resumen, ese podría haber sido su destino.

Era un hecho.

No importaba cuanto pensara en una vida así, no era divertida. Desearía haber nacido, como un niño más, sin tener que calcular nada, para poder triunfar. A pesar de que trató de no mezclar sus emociones, su padre nunca pasaba por alto sus errores. Era inmutable. La única persona que podía controlar a su padre, era su madre, un Omega masculino, muy dominante.

Fue bueno ser respaldado por su madre. Era su mayor defensor. Su padre solo era fuerte contra sus hijos, pero contra su madre, no tenía oportunidad. No supo como convenció a su padre, pero al final de cuentas, dio su brazo a torcer.

Los hermanos mayores, siempre querían mantener a su lado, al hermano menor, que había ganado la sucesión. Incluso, con su hermana mayor, comía una vez a la semana, tenía una buena amistad con el primogénito y con el tercero, jugaba al golf en varios eventos.

Heerak pensó que su estrategia, estaba progresando sin dificultad. Gracias a haber nacido con cuchara de oro, ya vivía una vida muy notable. Pero, ahora, vivía una vida que otros envidiaban.

Por supuesto, hubo momentos en que la luz roja se encendió en el plano, como si todo sucediera tal como estaba planeado, lo que no era divertido. El café de la franquicia, que fue lanzado con la ayuda de su madre, se vendió. No fue un fracaso para obtener ganancias, pero eso fue todo. Pero para Heerak, no fue más que una ruina. Cuando apareció el vaso de edición limitada, no pudo romper la marca, eso que hacía que la gente se alineara desde el amanecer, para comprarlo. Estuvo comercializando agresivamente y exprimiendo al equipo de relaciones públicas, pero no ha pudo obtener el primer lugar. No tenía sentido pelear por la sucesión, a menos que fuera el primero. Por eso, Heerak vendió la marca temprano y recurrió a una mejor opción.

Esa vez se dedicó al catering. Heerak lanzó un restaurante familiar <Sartago> basado en una barra de ensaladas. Tanto sus padres, como sus hermanos ya eran escépticos sobre el éxito del negocio, diciendo que solo iba a ocasionarle pérdidas. Una vez al mes, se seleccionaba a una de las regiones del mundo, para poder degustar platos representativos de esa región, con una barra de ensaladas especial. Si los fideos de trigo de Busan, salían en un mes, la pizza al estilo de Chicago, saldría al siguiente. Además, se descubrió que la razón de la caída del restaurante familiar, era el alto rango de precios, y por eso, la tarifa de uso básico se redujo significativamente. Fue un éxito. Fue la primera idea que dio los frutos, que tanto había esperado.

Al ingresar al mercado, el número de tiendas aumentó y ahora la marca se popularizó, en todas las regiones de Corea. Incluso, los hermanos, que no esperaban mucho, mientras pagaban la inversión se burlaban, diciendo que nada bueno podía hacer, el hijo menor. Pero cuando los restaurantes familiares se alinearon en varias revistas de información, la alegría de poner a Sartago, en el primer lugar de la lista, finalmente lo hizo reír con satisfacción.

Pero ese no fue el final. Heerak se tiñó el cabello.

Al principio fue de color marfil. No habían pasado más de dos semanas. Su padre se rió, sorprendido con su deslumbrante cabello, que lucía casi blanco al exponerse a la luz, pero su madre no estaba muy feliz. "A mi hijo le queda todo bien, porque es genial, no importa lo que se ponga." Sin embargo, dijo: "Creo que hubiera sido mejor, que hubieras tenido un poco de autocontrol."

Mientras sus hermanos subían algunas fotos rutinarias, en sus atuendos duros y nobles, en las revistas de negocios, Heerak recorrió varios medios de comunicación, con su cabello castaño brillante. Poco después, el interés público, se concentró en Heerak.

Con su piel blanca, casi transparente, de 188 cm de altura y bien cuidado. Aunque era una belleza natural, tiene una apariencia brillante y elegante sin falta. Cuando Heerak apareció, como si caminara por una pasarela, con ropa de marca de diseñador y adornos envueltos a su alrededor, todas las miradas se fijaron en él.

Su ascenso, continuó sin precedentes.

Heerak también utilizó activamente, las redes sociales. El primer día de cada mes, hacia una degustación del plato especial de la barra de ensaladas, del restaurante familiar que dirigía. Por supuesto, decía cosas como "Lo mejor de este mes.". También, decía: "Esto será un gran éxito." "Este menú es abrumador." Si te gusta el picante, ¿Crees que se sienta como yo? No solo eso. Subía fotos bebiendo cerveza en el jardín de la azotea al amanecer, y del superdeportivo que había estado esperando durante mucho tiempo, y que finalmente había llegado.

El público era muy receptivo con sus publicaciones. Aunque el estrato social podría ser distinto, nunca le hacían malos comentarios. En lugar de sentirse inferiores, las personas, cada vez más, sentían curiosidad al observar la vida cotidiana de Heerak. Todos los principales conglomerados y empresarios famosos, mantenían su privacidad en secreto. El público pensaba, que vivirían en secreto para siempre. Pero, eso era lo que Heerak había cambiado.

Heerak decía: "Voy a una tienda de conveniencia y ¿Qué debo comprar? Hay tanta cosas que se ven bien." Y la gente recomendaba sus loncheras y sándwiches favoritos, en sus comentarios y luego Heerak, compraba lo que le recomendaban y mostraba la certificación visual de que lo había probado, con sus agradecimientos.

También aceptaba entrevistas. A cambio de eso, enviaba todo tipo de cartas de cooperación a todos los medios de comunicación, exigiendo artículos que excluyeran palabras que recordaran, que era el hijo menor del Grupo HW, como "Sucesor", "Heredero", "Apuesto" y "Patrimonio". Era para tranquilizar a sus hermanos, y para el futuro. Los medios seguían fielmente la solicitud. Heerak cruzó los distritos económicos y de entretenimiento con modificadores como "Mito joven", "Nuevo aire" y "Presencia única". Además no dudó en aparecer en la televisión. En las variedades de cocina, Heerak decía: "No creo que nadie que coma carne de cerdo agridulce no lo sepa. Esto es Tteokbokki. Solo el Sundae puede superarlo." Cada vez que decía esa línea, la gente se reía.

Todos se sentían atraídos por este caballero popular, y "Representante, joven y hermoso". Eventualmente, fue posible poner su nombre en la parte superior, de muchas listas de popularidad, como las de gerentes, personas influyentes, etc. que eran las preferidas de varios medios.

Después de ese tiempo de locura, su objetivo final estaba frente a él.

El centro comercial, al que apuntaba Heerak, pudo avanzar más rápido de lo esperado. Y lo que pensó que tardaría tres años en construirse, pudo llevarse a cabo en la mitad de ese tiempo.

Durante el corte de cinta de la inauguración del centro comercial, una gran multitud y medios se reunieron, para ver al gran representante. Heerak les expresó su gratitud. No dejaba de reírse, dio generosos apretones de mano y abrazos, aceptó todas las solicitudes para tomarse fotos, hasta que el tiempo se lo permitió.

Todo era perfecto. Por supuesto, si pensaba en el fracaso que fue el café, se molestaba un poco, pero era insignificante. Si creía, que había sido una prueba inevitable, para llegar hasta donde estaba, para él, no era más que eso.

Pero esto. Por esto.

—Dormí con un beta. ¿Puedes creerlo?

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