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Heerak, que guardó silencio por un momento, abrió la boca. 

—Lo siento. Estoy hablando... . 

—No, no. No por Dosun, sino por mí. Me siento como una basura. 

Heerak levantó la mano izquierda y se frotó los labios con el pulgar. Con sumano derecha, siguió agarrando la muñeca, que seguía sosteniendo hastaentonces.

¿Por qué se sentía como basura?

La respuesta era muy fácil. 

Cuando pensaba en sí mismo, sabía que su personalidad y su mentalidad no eranbuenas. Estaba cansado de eso, y se negaba a reconocerlo. Como su nombre y sucara eran reconocidos, podía vivir con la personalidad externa creada pornecesidad, pero no podía engañarse en su esencia. 

Y justo, le tenía que pasar eso ahora.De hecho, cuando pensaba en su personalidad, era ridículo. Si realmente estabapreocupado por sus problemas con Dosun, era suficiente con contratar a unapersona que solucionara el asunto, e informarlo a Seok-chan. Era extraño, que lehaya pedido una cita para comer. 

Había algo fuera de lo común, de lo cual no podía salir. Sintió que había tenidoun accidente inesperado, imposible de controlar. No se sentía bien. Era unarutina, fuera de su control. 

Y había algo más. 

Heerak miró la cabeza, ligeramente inclinada de Dosun. La mirada cayó sobresus hombros, se deslizó de alguna manera, y luego se dirigió a la muñeca sinmovimiento. La piel alrededor de la palma, estaba extrañamente fría. ¿Es por sutemperatura corporal o por los nervios? 

No, eso está bien ahora.Lo importante era, que no sabía por qué seguía sosteniéndole la muñeca.Dosun dijo, que no había sido una violación.El momento en que le preguntó, mientras daba la espalda, en busca de placer, ocuando fue doblemente verificado con sus palabras. Pensó que todo había sidocorrecto. 

¿Pero había sido así realmente?

Dosun le había dicho que era un buen recuerdo y que estaba agradecido por ello.Incluso, agregó que comprendía todo lo que había pasado ese día. Esa era laverdadera razón, por la que se sentía tan mal. 

Cuando Heerak pensó en eso, no concibió que fuera un buen recuerdo enabsoluto. 

No podía entender a esta persona, que decía que era un recuerdo memorable. 

Fuiste el único que se sintió bien ese día. Esta persona frente a mí, recuerda esedía y habla de culpa y ansiedad. Incluso, aunque no fuera importante, se sentíaorgulloso de sí mismo, en ese aspecto. Soy una mala persona. Su estado de ánimobajó hasta el fondo. 

Cuando se le preguntaba a un "Omega" que había pasado lanoche conél, ¿Cómo fue el sexo con Cho Heerak?, ninguno diría lo que dijo Dosun.Pensando todas esas cosas, Heerak sonrió como si se riera de sí mismo. 

Tampoco tenía mucha paciencia. Creyó que era algo innato, así que no podíaevitarlo. 

Ignora esa idea, ignora el fugaz nerviosismo de esta irritación y entiérrala.Entonces, todo podría terminar si decirle nada a este hombre.Sin embargo.

—Dosun-ssi. 

—Sí.

Eso no era posible.No podía hacer eso, era justo lo que estaba pensando. 

—Ahora, voy a decir algo muy loco, pero si no está de acuerdo, puederechazarme. Le digo de antemano, que puede sonar como una compulsión. 

—Sí. ¿Qué ...? 

—Hagámoslo una vez más, tengamos sexo. 

Su expresión contundente se sacudió de inmediato. Luego puso los ojos enblanco y levantó la mirada, como si observara su rostro brillante. Heerak borró susonrisa. En su lugar, miró la cara de Dosun, con una expresión más seria quenunca. 

Dosun, apenas pudo abrir la boca, mientras Heerak aún le sostenía la muñeca conla palma de la mano. 

—Ahora... ¿De verdad acaba de decir eso?

No podía creerlo en absoluto. Heerak respondió, mientras susurraba con unasonrisa. 

—Dosun-ssi, ¿Dijo que me preguntó lo mismo ese día? La respuesta que le daré,será la misma que ese día. 

—Pero esa vez, tuvo suerte de que fuera una locura. 

—Así es. Aunque lo digo en serio, a Dosun le debe sonar de esa manera. Creoque va a ser increíble y divertido. 

Incluso con una broma, Dosun ni siquiera reacciona. Lo miró a la cara, de unaforma más contundente de lo habitual, y Heerak ya no abrió la boca. 

—El Director quiere hacerlo conmigo. 

Dijo Dosun, después de un momento de silencio. Finalmente, en un tono queparecía confirmarle una vez más, Heerak dijo de nuevo.

—Sí. 

—Entonces... . 

La cara seria seguía siendo difícil de ver. El rostro inexpresivo de Dosun, nosiempre puede ponerse al día con lo que está pensando. No sabe, si estáconsciente de que es algo muy irritante para la persona que lo mira. 

—A mí también me gustaría. 

Por un lado, era la respuesta que esperaba. 

Pero por otro lado, también era una respuesta inesperada. 

El pensar que Dosun aceptaría era, francamente, similar a pretender ser fuerte.Solo quería creer, que no había posibilidad de que pudiera consolarse, si él ledecía que no, ya que nunca lo habían rechazado, cuando le pedía a una personaque durmiera con él. 

Estaba aburrido de fingir ser fuerte y estar nervioso. Y una vez más, comenzó ahablar antes de que su boca se moviera. Si se rendía ahora, no tendría nada queganar, por eso la ansiedad de terminar lo que había empezado, era aún mayor. 

—Vámonos.Había pasado un tiempo, desde que se había arrepentido de algo. Pero esta vez,se sintió más aliviado que arrepentido. 

Heerak lo agarró de la muñeca. Y Dosun lo siguió, sin emitir ninguna sensación de rechazo.

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