𝙲𝚊𝚙𝚒́𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟷𝟹: 𝐅𝐢𝐞𝐛𝐫𝐞

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Beso, la forma más voraz del fuego, ardiendo en mi alma pérdida.

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Los gritos de los adultos alertan a dos pequeños que juegan en el patio. La pequeña de cabello dorado observo con suspicacia el interior de la casa seguida de un pequeño albino aferrado a un extremo de su precioso vestido rosa. Los dos niños logran escuchar la discusión de los tres adultos, uno de ellos golpea la mesa con furia.

—¡Dices que me rinda! —aclaró con mucha molestia un hombre de aspecto intimidante, mientras sus manos pasan por su cabello rubio. —¡es inaceptable para mí, esto me dejará en la ruina Jin!

El matrimonio observa con desaprobación al hombre frente suyo, su amigo suaviza su mirada cuando observa entrar a los pequeños niños.

—¿Papá porque gritas? —se atrevió a preguntar la pequeña rubia con preocupación.

El pequeño niño se alejó inmediatamente para acercarse a sus padres y los murmullos salen del pequeño.

—No es nada —el hombre tranquilizó a su hija mientras se alejaba de la pareja con rencor disimulado. —vámonos y sujeta la mano de la niña.

—Pero yo quería jugar más con Akemi —se quejó la pequeña con un puchero.

—No —dijo firmemente mientras se lleva a la pequeña que hace un berrinche.

Mientras la pareja Shaiming observa irse a su amigo y su pequeño hijo observa a su amiga irse.

La frente del albino arde, toda la mañana la paso en cama, con la cabeza a punto de explotar de tanto estornudo

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La frente del albino arde, toda la mañana la paso en cama, con la cabeza a punto de explotar de tanto estornudo. No había sido algo pasajero, al contrario, el malestar se había instalado rápidamente en su organismo días antes, pero por estar en el desenlace de un importante examen que lo había dejado estar y resistir como acostumbra a hacer. Él es consciente de que pospone el trabajo de su propia salud, ya sea tanto física como mental, más parecía no recapacitar por ello y seguía haciendo lo mismo, tropieza con la misma roca una y otra vez.

El ángel de los ojos vacíos (en proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora