HAZEL.
Hoy es lunes, lo bueno es que es día feriado. Afuera el clima está un poco frío, al parecer lloverá.
—Bebé ¿ya estas lista para que te peine?
—Si, mami.
—Bien. ¿Qué peinado quieres para hoy?
—Quiero una trenza como Elza.
—Pues una trenza será.
Dure alrededor de 5 minutos haciendo la trenza. Al principio fue toda una odisea aprender a hacer diferentes tipos de peinados, pero con el tiempo siento que ya soy toda una profesional.
—Ya terminé, mi vida. —Le digo mientras le doy un beso en la mejilla y la bajo de la silla en donde estaba— Las tortitas también están listas, come para que vayamos al súper ¿si?
—Como usted mande mi capitana —Hace un torpe saludo de militar mientras ríe.
—Puede retirarse a hacer su labor, soldado. —Hago el mismo saludo que hizo ella.
Heather se sienta y empieza a comer, yo aprovecho y termino de arreglarme. Presiento que hoy no será un buen día, tengo esa corazonada, esperemos y me equivoque.
Cuando mi hija termina de desayunar, agarramos nuestras cosas y salimos.
¥
Estamos terminando de comprar lo que necesitábamos, pero me percato de que falta algo.
—Heather ¿Qué te parece si buscamos unas aceitunas y hacemos una rica pasta?
—Si—Sonríe emocionada. Vamos al pasillo en donde están los condimentos y Heather me trata de pasar un frasco, pero algo se lo impide.
—Oye, eso es mío—Escucho que Heather le dice eso a alguien. Bajo mi vista y veo el frasco enrollado en dos manos distintas... ¿pero que?
—Yo lo agarré primero, niña.
—Oiga, hay muchos más frascos, agarre otro—Le digo al hombre que está frente a mi, extráñamente se me hace conocido. Pero no se de donde.
—Yo quiero y voy a tener esté—Me responde.
—Yo lo agarré primero.—Responde Heather.
—Eso no es ciert...
—Claro que si...
—Que no...
—Qur s...
—¡BASTA! —Intervengo en esta ridicula pelea—¿Usted ha dando cuenta de que está peleando con una niña de cuatro años? —Le pregunto al hombre.
—Si, me doy cuenta. Pero ella agarro mi frasco de aceitunas, señora.
—¿Señora? Hágame el favor ¿me ve cara de señora? —Ahora soy yo quien le reprocha, el trata de hablar, pero lo interrumpo—Agarra otro frasco Heather. Nos vamos.
—Per...
—Nada de peros señorita, agarra otro frasco y listo. Y usted—Señalo al hombre— para la próxima no se rebaje a un niño—El hombre me mira ofendido, pero no me importa. Mi hija le saca la lengua antes de irnos y el le devuelve la acción. Que infantil.
Cuando vamos a pagar la compra veo al mismo hombre pasar lo que supongo es su tarjeta por la tableta en donde se paga. ¿Qué rayos?
—Oye ¿Qué haces?
—Pagando tú cuenta ¿no ves? —me señala lo obvio.
—obvio que si veo, pero ¿Por qué? No podemos aceptar dinero de un desconocido.
—Eso es verdad—Me secunda Heather mientras se concentra en la paleta de fresas que le compré.
—Solo quería de alguna forma compensar mi mal comportamiento hace un rato. Solo que no la he estado pasando bien y todo me altera.
—Oh—No se que responder ¿Qué se dice en estos casos? —Está bien, no era necesario, gracias y espero que todo esté bien—Y si, este fue mi intento por ser amable—Yo puedo regresarte el dinero, de verdad no es necesario.
—Déjalo así, tengo dinero de más y tengo que gastarlo en algo.
—Que humildad—Digo con sarcasmo.
—Ja, lo se—Luego veo que ya empacaron todas las bolsas de la compra.
—Bueno, Adiós—Digo en un intento de salir de este silencio que se formó.
—Oye, espera—nos detiene— no me dijiste tú nombre.
—¿Para que quieres saber el nombre de mi mami? —Le pregunta mi hija al desconocido.
—Hazel, así me llamo—Le respondo con un toque de amabilidad ¿de donde salió? No se. El sonríe.
—¿Qué? ¿Por qué sonríes?—Pregunto.
—Nada, es que acabo de tener un deja vú.
—Ah, ok—escuchamos un teléfono sonar y al parecer es de él.
—¿Qué pasa Francis? No, estoy lejos ahora mismo. Si, se que es importante. Estoy allí en una hora—Cuelga.
—Me tengo que ir. Un gusto Hazel y lo siento, pequeña—Le habla a mi hija—no fue mi intención pelear por algo tan absurdo.
—Está bien—Dice mi hija sin mucho interés. Nosotros reímos.
—Oye, no me dijiste tú nombre—Le digo y el me pasa una tarjeta.
—Adiós, Hazel—me sonríe— Adiós, pequeña.
—Adiós—Respondo.
—Adiós desconocido—Le responde mi hija.
Bajo la mirada a la tarjeta. Esta solo dice su nombre en grande y un número de teléfono.
Blake
Asi se llama.
Blake Hampson ¿por qué siento que te conozco? ¿Y por que siento que esta no es la ultima vez que te veré?
ESTÁS LEYENDO
Desde que te encontré (Nueva versión)
RomanceElla: madre soltera, con un sueño frustrado y trabajando para darle lo mejor a su hija. El: Dueño de una de las Editoriales más grandes del país. Dos vidas completamente diferentes, un solo camino. Se supone que el dejo de creer en el amor, pero cua...