Hace 4 años.
HAZEL.
He tenido ascos desde hace dos días, me maree hoy cuando iba a la cocina por un vaso de agua. He pesando que puedo tener Anemia aunque ¿la anemia causa ascos? Ni idea.
Escucho mi teléfono sonar, lo saco y veo que es mi madre la que me llama.
—Hola, mamá—Respondo.
—Hola cariño ¿Cómo estás?
—Bien—Miento— ¿Qué pasa?
—Es que necesito que vayas por unas cosas al supermercado, por favor—Ruedo los ojos, agsh odio hacer mandados.
—Okay, mándame la lista de las cosas que necesitas por mensaje.
—Está bien, te amo.
—También te amo.
Una vez que resivo la lista me subo a mi auto y conduzco al supermercado. Las nauseas no pasan desapercibidas durante el viaje. Dios odio las náuseas.
Tal vez me cayo algo mal, o tal vez tenga anemia.
Una media hora más tarde tenía todo lo que mamá me mandó a comprar, solo faltaba unas aceitunas.
Cuando miro el estante sola quedaba una, que suerte tengo.
Justo cuando la iba a agarrar alguien la agarra primero ¡Genial!
—Oye, yo iba a tomar eso—Le digo a quien sea que tomó el frasco. Cuando enfoco bien a la persona veo que se trata de un hombre nada feo la verdad.
—Pues yo las tome primero, consíguete otras.
—¿Ves que hay otras?—Le pregunto.
—No, per...
—Pero nada, dámelas—Intento agarrar las aseitunas pero un fuerte mareo me avasalla haciendo que todo a mi alrededor gire.
—Oye ¿Estas bien?—Escucho que me preguntan a lo lejos, no llego a escuchar más porque todo se vuelve negro.
¥
Voy abriendo los ojos lentamente y lo primero que persivo es un dolor de cabeza que me avasalla.
Miro a mi alrededor ¿Dónde estoy? No lo sé, pero veo a un chico sentado en una silla junto a la cama en donde estoy.
—¿Donde estoy? —Pregunto. El chico alza su cabeza y me mira. Que lindos ojos tiene.
—Te desmayaste y te traje al hospital. Mierda creí que te habías muerto porque no te di las aceitunas.
—¿Aceitunas?—Trato de incorporarme, pero no puedo del todo ya que mi brazo está conectado ¿a un suero?
—Cuidado—Dice el chico mientras me ayuda a incorporarme— Si ¿No recuerdas nada? El supermercado, el último frasco.
—Ah ya, el chico que se robo MI frasco de aceitunas.
—¿TU frasco de aceitunas? Disculpa, pero la última vez que vi ese frasco estaba solo solito en el estante—Me da una sonrisa burlona, idiota.
—Si, pero yo ib—Trato de defenderme, pero alguien habré la puerta interrumpiéndome. Un doctor.
—Hola, señorita ¿Cómo se encuentra?
—Mhm me duele la cabeza.
—Es normal en su estado.
—¿En mi estado?
—Si. Necesitamos que llene estos papeles por favor, son sus datos—Yo asiento.
—Una pregunta ¿Qué estado?
—Está usted embarazada, tiene 3 semanas. Felicidades van a ser padres—Nos dice y yo estoy en shock. No escucho nada de lo qué hay a mi alrededor, solo el eco de la palabra Embarazada.
Cuando vuelvo a la realidad veo que el doctor ya se ha hido.
—Bueno ¿Felicidades? —Dice el chico a mi lado.
—Idiota—Respondo.
—Oye, no seas así conmigo, lo único que intento es ayudar.
—Si, lo se y te lo agradezco, pero es que joder. Yo no puedo estar embarazada—Siento que mis lágrimas están apunto de bajar como cataratas.
—Lo se, te ves joven y se que esa noticia no estaba en tus planes, lo siento. Pero puedes tomar la decisión que elijas respecto a tu embarazo. Tú decides y estoy seguro que elijas lo que elijas serás muy buena en ello—Mis lágrimas ya se deslizan por mi mejilla a causa de sus palabras.
—Gracias, realmente gracias—El me abraza y se siente diferente, más como en calma. Este abrazo se siente a paz.
Unas horas después me dan el alta.
—Oye ¿y mi auto?
—Supongo que se quedó en el supermercado.
—Ya veo—Respondo.
—Pero si quieres te llevo.
—No, cómo crees. Ya has hecho mucho por mi.
—Pero no lo suficiente, venga déjame hacer la labor completa—yo sonrío.
—Está bien.
Le doy la dirección de mi casa y el conduce hasta ella. Luego de un rato llegamos.
—Gracias por todo—Digo bajándome.
—No es nada. Recuerda que puedes hacer lo que quieras y que decidas lo que decidas será lo correcto. Confío en ti.
—¿Confías en mi? —El asiente—pero si nos conocimos hace poco.
—Ya ves, mi sexto sentido de hombre me dice que confíe en ti—Rio.
—¿Sexto sentido de hombre? Si que estás loco—El a modo de respuesta sonríe—Gracias una vez más.
Y así me encamino hasta los portones de mi casa.
—OYE, NO ME DIJISTE TÚ NOMBRE—Escucho que me grita para que lo pueda escuchar porque ya estamos a una distancia razonable. Yo rio por su locura, me volteo y respondo:
—HAZEL ¿EL TUYO?
—FUE UN PLACER PELEARNOS POR EL ÚLTIMO FRASCO DE ACEITUNAS, HAZEL.
—LO MISMO DIGO...
—MI NOMBRE LO RESERVO PARA OTRA OCACION, NADIE SABE SI EL DESTINO NOS VUELVE A JUNTAR—Y no se porque yo sonrío como tonta. Dicho eso sube a su auto y se va.
Hoy mi vida estuvo a manos de un desconocido y me sentí...bien con ello. Tal vez porque no era cualquier o desconocido.
Déjate ya de tontería, Hazel.
Muchas emociones por el día de hoy.
ESTÁS LEYENDO
Desde que te encontré (Nueva versión)
RomanceElla: madre soltera, con un sueño frustrado y trabajando para darle lo mejor a su hija. El: Dueño de una de las Editoriales más grandes del país. Dos vidas completamente diferentes, un solo camino. Se supone que el dejo de creer en el amor, pero cua...