HAZEL.
Oh, tengo tan mala suerte que choqué con mi jefe —tuve un accidente del cual el es responsable cabe aclarar— mi hija peleo con el por unas aceitunas y al cual le dije gilipollas.
¡Genial! En serio Hazel, genial.
Luego de trágicamente enterarme que el es mi jefe. El comienza a caminar en dirección a la puerta de entrada, oh Dios mío.
Yo me encojo en mi lugar mientras trato de seguirle el paso, lo cual es prácticamente imposible ya que me triplica el tamaño.
Entramos y todos, absolutamente todos se nos quedan mirando. No me quiero fijar en las expresiones de las personas al ver que entro junto al jefe.
Luego de todo el trayecto y escuchar como las personas susurraban de nosotros veo que llegamos a una oficina.
Y que oficina.
Es completamente de cristal y ni que decir de el espacio, el tamaño de esto es el mi departamento completo. Mi jefe abre la puerta y me invita a pasar, yo tímidamente lo hago.
—Siéntate, por favor—Dice mientras se sienta en la silla tras su escritorio y desabotona el botón de su traje.
—Aún sigo sin crees que tú... digo, usted. Que usted es mi jefe—Hablo.
—Creo que después de todo lo que hemos pasado sería apropiado que nos sigamos tuteando—Asiento no muy convencida— y yo tampoco tenía idea de que tú eras mi secretaria, pero ya ves, el mundo es chiquito.
—Si, y me disculpo por todo. Por lo del supermercado, por lo de hace un rato. Realm...
—No tienes porque disculparte, en todas esas ocaciones yo tuve la culpa. Ahora tengo una duda ¿Antes, ya nos habíamos cruzado?
—Yo también tuve la sensación de que lo conozco, pero no me llega nada a la mente.
—Tal vez nos cruzamos por la calle, pero para ese entonces no nos conocíamos.
—Seguro.
Se forma un silecion, que podría ser incomodo, pero rara mente no lo es. Luego de un rato de miradas hablo.
—Bueno, yo me tengo que ir a trabajar—Me paro de la silla y no espero a que me responda y salgo a mi puesto de trabajo.
No se lo que acaba de pasar, bueno, si lo sé. Pero no lo quiero admitir, no quiero admitir que me quede más tiempo de lo debido observándolo.
Sus ojos.
Sus manos.
Su boca.
Su nariz.
El azul verdoso de sus ojos.
La línea del tatuaje que sobresalía en su cuello y se perdía por el traje.
Sacudo la cabeza y quito todos esos pensamientos de mi cabeza.
Céntrate Hazel —Me exijo.
¥
El día transcurre normal, al contrario de lo que pensé. Pensé que sería diferente a los otros días, pero no. Lo único diferente fueron las miradas de las personas, los cuchicheos, pero no le doy mente a eso.
Blake solo me llamo dos veces y fue para que imprima unos papeles y para tomar unos apuntes.
Mi hora de salida ya pasó, hace unos diez minutos. No me preocupo por Heather ya que mamá llamó y me dijo Heat se quería quedar hoy con ellos y no puse resistencia.
El problema aquí es que no tengo coche, afuera está lloviendo a torrentes y la ruta para llegar a mi departamento está inundada.
Dios, confirmo que no tengo nada de suerte.
Estoy a punto de sentarme y pensar que hacer cuando veo que mi jefe se para delante de mi.
—Hola—Digo cuando lo veo.
—Hola, pensé que ya su día había acabado—dice mirando su reloj.
—Si, ya acabó. Pero afuera está lloviendo muy fuerte y como sabrá por ahora no tengo coche. Además la ruta de ir a mi apartamento está inundada y mis padres viven muy lejos de aquí. Ósea que un taxi me cobraría demasiado y...
—Vaya, suenas agobiada.
—Lo estoy—respondo recuperando el aliento.
—Si quieres te llevo.
—Oh no, usted ya a hecho demasiado por mi.
—Insisto, no es como que me están esperando en mi casa. Nadie lo hace—Y veo su tristeza en la mirada al decir eso—Y a demás ¿que le dije sobre el usted?
—Yo... Bueno, de aceptar lo haría, pero no tengo a donde ir. A menos que me lleve a la casa de mis padres que está a dos horas de aquí.
—Venga, te llevo—Dice como si no le acabara de decir que va a perder mas de dos horas de su vida en mi. Yo no tengas muchas opciones que digamos y tendré que aceptar.
Luego de que le dijera que si, me guía hasta la Mercedes en la que vinimos.
Cuando ya estamos saliendo escucho que suena su teléfono.
—¿Puedes responder y ponerlo en alta voz? Por favor—Me dice y yo asiento. Me acaba de conocer ayer y ya responde llamas en lata voz delante de mi, digo, soy su secretaria y se supone que es parte de mi trabajo, pero ajá.
—Francis—escucho que responde Blake.
—Señor.
—Habla rápido que estoy manejando.
—La señorita Sofía ha vuelto a irrumpir en su casa—Blake cierra los ojos por un milímetro de segundo y respira profundo—No se ha hido, ha dicho que no se irá hasta que hable con usted.
—Dile que no tengo nada de que hablar con ella.
—Ya se lo hemos dicho señor, pero dice que se quedará hasta que hable con usted.
—Está bien Francis, voy para allá—Cuelga.
Sofía ¿será su hermana? ¿Su amiga? ¿su novia o su esposa? No tengo ni Puta idea, aunque tampoco es como si fuera mi asunto.
—Cambio de planes—Escucho que dice—Necesito que me hagas un gran favor.
—Depende de que tan grande sea—Respondo.
—Es muy grande.
—¿De que se trata?—Pregunto con miedo a la respuesta.
—Necesito que finjas que eres mi novia—Dice con normalidad. Como si fuera algo que dice todos los días.
—¿Tu qué? —respondo con miedo.
—Mi novia. Mi ex no para de joder y necesito que se aleje, aunque sea algo que me duela, necesito que me deje en paz y se me ha ocurrido la idea de que finjas que eres mi chica.
Su chica.
—¿Por qué yo?
—Porque tú eres la que está aquí o ¿ves a alguien más? —Yo niego.
—¿Cuánta probabilidad hay de que esto salga mal? —Pregunto.
–Muchas.
—¿Y aún así me lo estás pidiendo?
—Si.
—¿Puedo decir que no?
—Puedes decir que no, pero ruego porque no lo hagas. Solo será por esta noche.
—Solo por esta noche ¿verdad?
—Solo por esta noche –Acepto ¿Por qué? No lo sé.
Si tan solo hubiera sabido que ese "solo por esta noche" iba a cambiar mi vida entera.
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Desde que te encontré (Nueva versión)
RomanceElla: madre soltera, con un sueño frustrado y trabajando para darle lo mejor a su hija. El: Dueño de una de las Editoriales más grandes del país. Dos vidas completamente diferentes, un solo camino. Se supone que el dejo de creer en el amor, pero cua...