Capítulo nueve - Perdón

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Loco apretaba con fuerza los laterales de la silla. Intentaba escuchar con atención las constantes preguntas que Beatles le hacía, sin embargo, el potente ruido de la música pesada se adentraba en sus oídos.

—¿Esto es tortura o investigación? —preguntó María mientras observaba a su novio.

Beatles la observó y puso los ojos en blanco.

—Apaga la música, Craig.

Este hizo caso. Loco soltó el aire que estaba conteniendo y cerró los ojos unos segundos, para después abrirlos y lanzarle una mirada asesina a Beatles.

—Bien, Loco. Ahora dime ¿Cuándo es el cumpleaños de María?

—Quince de agosto.

—¡Meh! —pitó Craig desviando la mirada hacia la rubia.

Tenía los brazos cruzados y el ceño fruncido.

—Es el cinco de agosto, Terrence —corrigió.

—¡Carajo! —maldijo Loco.

Beatles apuntaba todo lo que ocurría, el estrés en efecto había afectado a Loco y a María, quien había olvidado cual era el segundo nombre de su madre después de no haber pasado satisfactoriamente la prueba de memoria. Craig, por otra parte, fue más difícil de hacer estresar, parecía que la calma y él eran una misma persona, ni siquiera la fuerte música de Marilyn Manson logró hacerlo. Craig era un caso aparte, pero Beatles creía que se debía a tener cuatro hermanas, a pesar de que dos eran mayores que él aun convivía mucho con ellas, las otras dos eran menores que él y además eran gemelas, así que él estaba acostumbrado a situaciones de estrés, por lo que su memoria no se veía afectada.

Su parte del proyecto estaba lista, solo hacía falta preparar las diapositivas, escribir el informe y juntarlo con el de Semine y darían por finalizado su proyecto.

Tras el incidente del viaje, aún con temor, Semine pidió permiso a su madre para visitar la casa de Agna después del colegio. Esta aceptó, con la condición de que llamaría a Elena Dutschke para comprobar que se encontraba con ellos.

Alexander aplaudía en el oído derecho de Agna mientras Semine le realizaba preguntas. El rostro de pocos amigos de Agna demostraba que estaba perdiendo la concentración por el estrés. Alexander disfrutaba de hacerla enojar, después de todo, ella ya había aplaudido bastante en los oídos de él antes de su turno. Agna no había logrado contestar las preguntas bien desde la quinta pregunta, que fue el momento en que empezó a estresarse. Semine dio por concluida su investigación.

—Listo, chicos —anunció —¡Terminamos!

Los tres se abrazaron y comenzaron a dar vueltas mientras saltaban. Agna y Alexander estaban felices de volver a convivir con Semine, después de todo, ella era parte del grupo "La conexión trifecta" (nombre que había propuesto Alexander) así que tenerla de vuelta era genial.

Semine continuaba usando pantalones largos y suéteres con cuello, aun cuando los golpes habían cambiado de color. Aquel día el calor era insoportable, así que Alexander y Agna llevaban pantalones cortos, Semine dentro de la casa de Agna no sudaba debido al aire acondicionado, pero cuando salieron a comer un helado y se sentaron fuera de la heladería sus amigos no tardaron en notar lo sudada que estaba Semine.

—Sunny, hace mucho calor —dijo Agna —¿Por qué no te pusiste algo más fresco?

Sonrió intentando encontrar una respuesta.

—No hacía tanto calor cuando salí de casa —mintió.

Sus amigos notaron que mentía, pero ninguno dijo nada. Para Agna, quien había sido su amiga por años, no era difícil darse cuenta de cuando Semine intentaba mentir. Desviaba la mirada y su sonrisa temblaba como si estuviera nerviosa.

Alguien como Semine (Versión 2022)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora