Desde que se habían mudado a Fráncfort, Beatles y Semine pasan mucho tiempo juntas. Beatles debía regresar a Hannover en unos días. Sus vacaciones en casa de la tía Dona habían sido geniales, Semine había conseguido un empleo como camarera en un restaurante, y estuvo ahorrando dinero para los viajes futuros que haría con Beatles.
Antes de emprender su viaje a Hannover, Semine invitó a Beatles a una cafetería que le gustaba mucho, habían ido un par de veces desde que estaban en Fráncfort, pero aquel día Semine quería especialmente visitarla. Beatles no tenía ganas de desperdiciar su último día con Semine en una cafetería. Así que de mala gana dejo que Semine la arrastrara hasta el lugar. Ya ahí, vio estacionado frente al lugar una furgoneta camper. Beatles la miró extrañada.
—¡Feliz cumpleaños! —vociferó.
—¿Es para mí? —preguntó sorprendida.
Semine asintió.
—¡Sí! ¡La compré para nosotras!
—¡No puede ser! —chilló Beatles corriendo a abrazar a Semine, la levantó en el aire y dio una vuelta, completamente emocionada.
El camper estaba equipado como una mini casa como esas de las revistas. Con una cama sencilla, una pequeña cocina, cajones y más cajones, no había un baño, pues la furgoneta era pequeña así que tendría que detenerse en baños públicos durante sus viajes.
Ese día condujeron hasta el Langener Waldsee, en donde aparcaron y abrieron la puerta trasera de la furgoneta para apreciar el atardecer desde su nueva adquisición.
Se acostaron en la cama que estaba en la parte de atrás de la furgoneta y observaron el cielo que cada vez se pintaba más de un profundo color naranja, con matices amarillos.
—¿Cómo la conseguiste? —preguntó Beatles.
—Escuché al dueño del café diciendo que su hijo tenía una furgoneta de la que se quería deshacer; decidió dejar de viajar porque ahora tiene un hijo. Le pregunté el precio e hice un trato con mi tía para comprarla, ella la pagó y ahora, con mi trabajo, yo le estoy devolviendo el dinero.
—Semine no debiste...
Le calló.
—Sí debí, lo hice por las dos ¿Sí? Ve esto como un inicio a nuestra nueva vida. Pronto nos graduaremos y seremos libres.
Beatles la observó sonriente.
—Pensé que querías ir a la universidad.
Semine miró hacia arriba como si del cielo fuese caer la respuesta correcta.
—Sí lo pensé —dijo — Pero la verdad es que no estoy interesada. Quiero pasar todos mis días contigo, Beatles.
Beatles se quedó en silencio, procesando las palabras de Semine. Era algo inesperado considerando que Semine era una excelente estudiante, el no querer ir a la universidad tomó por sorpresa a Beatles, pero la emoción y el amor en los ojos de Semine le hicieron comprender que esta era la elección correcta para ellas.
Sonrió y tomó la mano de Semine con ternura.
—Entonces, estaremos juntas en esta aventura, explorando el mundo y creando nuestra propia historia. No necesitamos seguir un camino tradicional, lo importante es que estemos felices y vivamos de acuerdo a nuestros sueños.
Semine asintió, sintiendo un alivio en su corazón al saber que Beatles la apoyaba en su decisión. Juntas, en ese pequeño rincón del Langener Waldsee, imaginaron todos los lugares que visitarían, las experiencias que vivirían y los momentos que compartirían en su furgoneta camper.
El sol se sumergió completamente en el horizonte, pintando el cielo de colores intensos. Beatles y Semine se abrazaron, disfrutando de la magia del momento y dejando que la tranquilidad y la paz del entorno los envolviera.
A medida que el cielo oscurecía y las estrellas comenzaban a brillar, Semine y Beatles se acomodaron en la cama de la furgoneta, abrazadas y mirando el cielo estrellado.
—Nuestro futuro está lleno de infinitas posibilidades, Semine. Juntas, podemos enfrentar cualquier desafío y crear una vida llena de amor y aventuras —dijo Beatles con voz suave, acariciando el cabello de Semine.
Semine cerró los ojos, sintiéndose completamente en paz. Sabía que el camino que habían elegido no sería fácil, pero también sabía que no importaba lo que el futuro les deparara, siempre estarían juntas, apoyándose mutuamente y construyendo su propio destino.
—¿No te has puesto a pensar en que hubiera sucedido si el profesor Bach no nos hubiera puesto en equipos? —preguntó Semine.
Beatles dudó antes de responder. Si lo había pensado y en su cabeza ocurrían todo tipo de malos escenarios. En ninguno la vida de Semine se acercaba si quiera a la felicidad. Si jamás se hubieran enamorado, lo más probable, hubiese habido un final trágico y el solo pensarlo le hacia sentir una punzada en el pecho. Semine merecía vivir como una persona feliz, como cualquiera, sin una madre que controlara su vida y sus relaciones, principalmente necesitaba a alguien en quien confiar y quien le brindara apoyo y Beatles estaba dispuesta a darle todo eso.
—Sabes —continuó Semine —Creo que de todas formas nos hubiéramos conocido.
—¿Por qué?
—Los caminos de Dios son perfectos —sonrió.
Le sonrió de vuelta. Si había algo que amaba era escuchar a Semine hablar de Dios, era obvio que todo lo que decía en torno a él lo hacía con amor y eso le fascinaba a Beatles.
—Oye —murmuró Semine.
—¿Sí?
—Cuando estábamos en la rueda de la fortuna, en Múnich. Dijiste algo que no logré escuchar... ¿Qué fue?
Beatles sonrió y dirigió su mirada a Semine, quien la observaba impaciente.
—¡No puedo creer que recuerdes eso, Jesús! —se burló.
Semine la dio un golpe en el hombro mientras reían. Beatles entonces tomó a Semine de las mejillas y le dijo:
—Dije que te amaba... pero pensé que si te lo decía tan pronto podías asustarte, por eso no lo repetí.
Una sonrisa se asomaba en los labios de Semine. Le plantó un beso en la nariz a Beatles.
De pronto, quedaron en silencio, observando el cielo y sintiendo el frío viento de la noche.
—Pronto irás a Hannover —susurró Semine, algo triste.
Beatles la observó.
—Pensé en transferirme aquí —dijo.
Semine la observó sorprendida.
—¿En serio?
Ella asintió.
—Necesito hablarlo con mis padres primero, pero espero poder hacerlo —la miró —honestamente no quiero estar lejos de ti. No creo que sobreviva un año sin tenerte cerca.
Se acercó a Beatles y le plantó un beso en los labios.
—Eres increíble, Beatles Moon.
Beatles sonrió.
—Te amo, Sunny.
—Yo te amo más, Moon.
Se besaron mientras el anochecer caía. Y así, en medio de la oscuridad de la noche y bajo un cielo estrellado, Semine y Beatles se sumergieron en un sueño reparador, llenas de esperanza y emoción por todo lo que el mañana les deparaba.
Su historia continuaba, con la furgoneta camper como su hogar sobre ruedas y el amor como su guía. Juntas, seguirían recorriendo el mundo, creando recuerdos inolvidables y descubriendo el verdadero significado de la libertad y la felicidad.
El viaje de Semine y Beatles apenas comenzaba, y estaban decididas a vivir cada momento al máximo, confiando en el amor que las unía y enfrentando los desafíos con valentía y determinación.
Y así, en la tranquilidad de la noche, el murmullo del viento y el destello de las estrellas, el futuro se desplegaba ante ellas, lleno de promesas y aventuras que solo el amor verdadero puede ofrecer.
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Alguien como Semine (Versión 2022)
Teen FictionSemine Schultz es una buena estudiante de Hannover, Alemania. Su vida no va a ninguna parte hasta que conoce a Beatles Moon, una chica de ojos azules apasionada por los viajes. Beatles siente un rechazo instantáneo por Semine y por las formas irraci...